Cuando las mujeres tomaron el siglo XX para cambiar su historia
La planta superior de la Biblioteca Central luce de manera diferente a la que están acostumbrados los estudiantes que pasan intensas horas entre sus paredes. Un conjunto de paneles distribuidos por el segundo piso cuentan cómo el siglo XX supuso un punto de inflexión en la historia de las mujeres, cuando pasaron de no tener nada a tenerlo casi todo; cuando dejaron de ser mujeres procreadoras para ser, simplemente, mujeres.
A lo largo de 20 paneles, el Foro por la Memoria de Córdoba ha elaborado un intenso trabajo de estudio para dar luz a XX, el siglo de las mujeres, una exposición que muestra un período fulgurante de cambios en distintos ámbitos -laboral, educativo, social y político- pero, sobre todo, en la manera de entender el papel de la mujer en el mundo.
La primera parte de la exposición es una muestra de la desigualdad que sufrieron las mujeres a inicios del siglo XX por razón de su sexo y por su clase social. Esta diferenciación prosiguió tanto en la incorporación de la mujer al mundo laboral como al sistema educativo, donde también sufrieron la exclusión y la discriminación.
Con la llegada de la Segunda República y hasta el inicio de la guerra civil, las mujeres experimentaron un profundo cambio en pro de la igualdad. Fueron también los años en los que las mujeres empezaron a ocupar espacio en el Parlamento, en los sindicatos y en la vida cultural. Un recorte de prensa nos permite ver cómo ya en este período se puso en cuestión la labor de las tareas del hogar y su remuneración. Sin embargo, el sector doméstico quedó fuera de la regulación laboral de la época, lo que implicó que las amas de casa no disfrutaran de prestaciones sociales ni por desempleo. La llegada del voto femenino culminaría este periodo de éxito para las mujeres, que se vio fuertemente interrumpido durante la dictadura franquista.
Durante los 40 años de régimen dictatorial, las mujeres perdieron el papel en la historia que habían recuperado. El nacionalcatolicismo y las normas patriarcales relegaron su papel para convertirla en “la esposa que todo marido desea tener”. El hogar, la maternidad y la religiosidad fueron los únicos campos aptos para las mujeres, que sufrieron la imposición de una identidad.
Los últimos paneles de la exposición suponen una revisión de cuestiones como el feminismo, el activismo, la precarización, la brecha salarial y el aborto. La exposición permanecerá hasta el 9 de febrero y podrá visitarse en el horario habitual de la biblioteca.
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