Dos vallas impiden el acceso al campus de Rabanales desde el canal del Guadalmellato

Los usuarios del carril de servicio del canal del Guadalmellato en Córdoba que lleva hasta el campus de Rabanales y que es utilizado para acudir en bici a las instalaciones universitarias se han encontrado de nuevo con el paso cortado, ahora por dos cancelas en sendos puntos de acceso al campus.

Las dos cancelas cortan el paso en dos puntos del carril de servicio junto al canal del Guadalmellato por donde se podía acceder al campus universitario. Esta vía fue acondicionada para servir de camino ciclista hasta Rabanales e incluso la Universidad costeó una obra para instalar una barandilla de madera que evitara caídas al canal. Además, esta vía, utilizada por senderistas, ciclistas y runners, está declarada por la Junta de Andalucía como Puerta Verde de Córdoba.

Cosa distinta es el uso de este carril de la CHG por parte de docentes, investigadores y estudiantes para realizar sus labores concretas en dichos terrenos. Actualmente, desde la Universidad aseguran que, en lo que respecta al acceso de este personal a los terrenos propiedad de la Confederación para temas docentes e investigadores, sí está regulado el procedimiento para ello y no existe problema de acceso.

El corte de este carril mediante cancelas viene de largo y han sido instaladas tantas veces como han sido arrancadas. Poco después de instalar la cancela por primera vez en noviembre de 2023, esta fue arrancada y se dejó de nuevo vía libre al paso por este carril. En el lugar, la cancela que había sido puesta a la altura del Puente de los Piconeros, desapareció y se vio cómo fue arrojada al arroyo bajo el puente. La señal con el cartel que indica la prohibición del paso por el carril de servicio permanecía instalada como lo puso la Confederación.

En junio pasado, una nueva cancela volvía a ser arrancada tras ser instalada de nuevo por la CHG. Y en el mes de julio, se volvía a instalar. Ahora, son dos los cerramientos en dos puntos distintos los que impiden el acceso al campus universitario de Rabanales.

En su día, la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir ya advirtió que cerraría el camino si no llegaba a un acuerdo con el Ayuntamiento de Córdoba para su limpieza y mantenimiento. Aseguraba que desde 1991 tiene firmado un convenio con el Ayuntamiento, pero que el Consistorio no ha mantenido ni limpiado estos terrenos. Por eso, argumentaba, “para evitar estos problemas” relacionados con la limpieza, la Confederación sostenía que “se deberían cerrar e impedir todo acceso a estos terrenos para evitar su deterioro y reducir la presión sobre el mismo”.

Contra esa decisión de cerrar el camino se levantaron voces de usuarios y colectivos como A Desalambrar, que pedía que la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir “debería velar por la ciudadanía y mantener abierto este carril, acondicionándolo para el uso deportivo, y no cerrándolo”. Y ponían ejemplos de que hay multitud de carriles de servicio en España que se usan como infraestructuras deportivas y turísticas.