Dos de cada tres familias atendidas por Cruz Roja no pueden mantener su hogar a una temperatura adecuada en verano
Dos de cada tres familias atendidas por Cruz Roja no pueden mantener su vivienda a una temperatura adecuada en verano. Un 63% de las personas que buscan apoyo en la organización se encuentran en situación de pobreza relativa y un 68% sufren una carencia material y social severa.
Esas son algunas de las principales conclusiones del informe sobre pobreza energética que acaba de publicar la institución humanitaria, titulado ‘El impacto de la pobreza energética en la vulnerabilidad social de la población atendida por Cruz Roja en el contexto de la crisis inflacionaria’, realizado en colaboración con la Cátedra de Energía y Pobreza de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería (Comillas ICAI) de la Universidad Pontificia Comillas.
“Son muchas las familias cordobesas que, cuando llegan las temperaturas extremas, atraviesan verdaderas dificultades para mantener su vivienda en unas condiciones confortables y adecuadas para la salud. A todas ellas intentamos apoyarlas de dos modos: tanto con el pago de las facturas cuando se puede, como ofreciéndoles consejos para mejorar el ahorro energético y la gestión de la economía doméstica”, explica Ángel Córdoba, responsable provincial en la entidad del programa de Atención a personas en situación de extrema vulnerabilidad.
Desde comienzos de año, la institución humanitaria ha ayudado a casi un centenar de familias en la provincia de Córdoba a sufragar una o varias facturas de luz, gas o agua. Y es que, tal y como refleja este nuevo informe de Cruz Roja, siguen siendo muchas las personas atendidas por la entidad que se enfrentan -sobre todo cuando llegan temperaturas extremas, como la ola de calor de estos días- a la pobreza energética, es decir, que no pueden satisfacer una cantidad Desde comienzos de año, la institución humanitaria ha ayudado a casi un centenar de familias en la provincia de Córdoba a sufragar una o varias facturas de luz, gas o agua.
Y es que, tal y como refleja este nuevo informe de Cruz Roja, siguen siendo muchas las personas atendidas por la entidad que se enfrentan -sobre todo cuando llegan temperaturas extremas, como la ola de calor de estos días- a la pobreza energética, es decir, que no pueden satisfacer una cantidad mínima de servicios de energía para cubrir sus necesidades básicas, como mantener la vivienda en unas condiciones de climatización adecuadas para la salud (18º a 20º C en invierno y 25º C en verano).
Para hacer frente a esta situación, la organización humanitaria desarrolla diversos programas de emergencia social que tratan de dar respuesta a esa realidad y atienden a aquellas personas y familias en situación de extrema vulnerabilidad.
Entre dichas acciones se encuentra el pago de suministros básicos del hogar, como la luz, el agua o el gas. Así, la entidad –con financiación de la Consejería de Inclusión Social, Juventud, Familias e Igualdad de la Junta, de ayuntamientos como el de Pozoblanco, empresas como BP y fondos propios- ha ofrecido ese apoyo, desde enero de 2024, a un total de 92 familias de la provincia de Córdoba –en el marco del proyecto ‘Intervención con personas en situación de extrema vulnerabilidad’-, que recibieron ayudas para abonar un total de 305 recibos de luz (la gran mayoría, 237 pagos), gas o agua.
Reparto de ventiladores
Asimismo, en estos últimos días el voluntariado de Cruz Roja está repartiendo ventiladores entre familias cordobesas en situación de extrema vulnerabilidad, una iniciativa que ya se llevó a cabo el año pasado también y que complementa las habituales acciones impulsadas por la institución humanitaria para dar respuesta a la ola de calor, centradas como siempre en personas sin hogar, mayores y familias en vulnerabilidad.
Desde las comentadas ayudas para el pago de suministros básicos hasta el seguimiento telefónico a personas mayores o el asesoramiento para el ahorro doméstico, las medidas que la entidad promueve en Córdoba para hacer frente a las temperaturas extremas son variadas, pero todas tienen un denominador común: estar dirigidas a colectivos especialmente vulnerables ante las consecuencias del calor.
En ese sentido, cobra especial importancia estos días la labor que la entidad realiza con personas sin hogar a través de su Unidad de Emergencia Social (UES), que recorre las calles de la capital martes, jueves y sábado para ofrecer algo de comida y bebida refrescante y apoyo humano a unos ciudadanos que, con esta canícula, ven cómo se acrecienta su situación de extrema vulnerabilidad.
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