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Por el Reventón en moto y patinete

Una moto y dos patinetes en el sendero del Reventón.

Alfonso Alba

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Antes del inicio de la reforma del sendero de la Cuesta del Reventón, la antigua carretera de las Ermitas era un acceso poco accesible, más allá de senderistas, runners y de ciclistas de MTB. Su firme era muy irregular con puntos muy descarnados en los que había aflorado la piedra y el camino prácticamente había desaparecido.

Ahora, la reforma emprendida y casi culminada por la Gerencia Municipal de Urbanismo ha dibujado un sendero más ancho y sobre todo más accesible. Tanto que han comenzado a proliferar en redes sociales fotografías de denuncia de usuarios a bordo de patinetes o incluso motocicletas, y no de motocross precisamente, en la Cuesta del Reventón.

La Cuesta del Reventón ha sido sometida a una profunda restauración, que ha ampliado el propio sendero en la mayor parte de su trazado y que ha asentado el terreno, dejando en la mayor parte del recorrido una pista compacta y muy diferente a la de esta pasada primavera. Ese terreno más accesible ha provocado que comiencen a proliferar vehículos que no son, precisamente, senderistas o ciclistas.

El uso del sendero por este tipo de vehículos está estrictamente prohibido, tal y como recuerdan fuentes municipales, que animan a los usuarios a denunciar estos hechos. De hecho, los trabajos, que aún continúan y que se han retrasado al menos hasta finales de año o principios del siguiente, prevén la instalación en los accesos de grandes piedras y sistemas para evitar la entrada de vehículos más pesados, como motos de gran cilindrada o vehículos.

La Cuesta del Reventón no siempre se llamó así, como ha recordado Francisco Muñoz en su blog de Notas Cordobesas. Al contrario, siempre fue la Cuesta de la Trocha hasta que se popularizó el nuevo nombre. Su origen es difuso. Desde hace varias generaciones se ha asentado la idea de que se debe a que en una visita del rey Alfonso XIII a las ermitas en 1904, uno de los caballos que tiraban de su carruaje reventó ante la fuerte pendiente. Pero en las crónicas periodísticas de la jornada no hay referencia alguna al incidente.

La fuente pendiente del sendero siempre ha sido una especie de reto para los cordobeses, tanto de ascenso como de descenso. Muchos senderistas pueblan la cuesta cada mañana para subir hasta las ermitas de Córdoba. Los más osados giran por la llamada Cuesta de los Pobres en lugar de alcanzar la carretera de Las Ermitas. La intervención actual no ha alcanzado la Cuesta de los Pobres, una de las zonas con más pendiente de toda la subida.

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