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La Confederación encarga un proyecto para reformar el canal del Guadalmellato en Córdoba

Una fuga del canal del Guadalmellato inundó parte de Chinales hace años

Alfonso Alba

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El canal del Guadalmellato es la última gran brecha creada por la mano del hombre que parte la ciudad de Córdoba en dos. Hasta finales de los noventa, el ferrocarril dividía a la ciudad de norte a sur. Cruzar los viaductos los convertía en una especie de puentes de entrada a una ciudad diferente. Algo como lo que ocurría con el Guadalquivir. Aún en el Campo de la Verdad hay quien dice de “subir a Córdoba” cuando va a cruzar el Puente Romano.

La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir es la administración titular de un canal que se proyectó en 1909 y que entró en servicio en los años treinta del siglo XX (la planificación hidráulica de España es anterior al franquismo). Cuando está apunto de cumplir el siglo, el canal presenta graves achaques. Pierde agua y empieza a ser poco eficiente, máxime en unos tiempos en los que se están reduciendo las precipitaciones. Eso, unido a su peligrosidad (no son infrecuentes los accidentes y ahogamientos de personas y animales) hace que la Confederación se esté replanteando una reforma integral.

Desde los años noventa, la Confederación ha pretendido el soterramiento del canal por varias razones. La primera es que un canal en tubería es más eficiente. Se pierde menos agua por evaporación y es más complicado que se produzca una avería que con un canal a cielo abierto que acumula maleza y basura. Y la segunda pasa porque se eliminaría esa brecha que sigue siendo el Guadalmellato, aunque cada vez menos. El canal está soterrado en la zona de la Asomadilla e incluso es una tubería que soprepasa la carretera en algunos puntos.

Después de muchos años de demandas, la Confederación acaba de publicar un pliego para contratar a un equipo de arquitectos e ingenieros que le presenten una serie de alternativas viables para la reforma del canal del Guadalmellato a su paso por la ciudad de Córdoba. En el pliego no se determina ninguna recomendación: soterrar o no soterrar, esa es la cuestión. Tan solo se señala que se debe plantear una solución viable. Para ello, se ha reservado un presupuesto de 300.000 euros y un plazo de obra de un año. Con ese dinero y en ese tiempo la empresa de ingeniería que gane el concurso debe plantear una alternativa viable al canal actual.

En la actualidad, el trazado del canal tiene una longitud de 47,7 kilómetros, discurriendo por las estribaciones de la Sierra de Córdoba hasta su desagüe en el río Guadalquivir a la altura de Almodóvar del Río. El Guadalmellato partía en 1932 del embalse que le da nombre. En los años noventa entró en funcionamiento San Rafael de Navallana, ahorrando un buen tramo al canal. Actualmente, la Comunidad de Regantes cuenta, en el año 2019, con 5.540 hectáreas, de las 10.560 previstas originalmente. 

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