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El juzgado reabre la causa de la desaparición de Paco Molina al hallar nuevas pistas

Los padres del joven Paco Molina en una concentración por la desaparición del joven | MADERO CUBERO

Alfonso Alba

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“Yo no pienso rendirme”, asegura Rosa, una madre que lleva tres años en permanente estado de angustia. La causa sobre la desaparición del joven cordobés Paco Molina vuelve a estar viva, después de que la Policía Nacional haya obtenido nuevas pistas que podrían aportar algo de luz sobre este extraño caso que mantiene en vilo a sus padres desde el 2 de julio de 2015. Este miércoles, los padres de Paco Molina han acudido a varios platós de televisión para volver a mostrar las imágenes de su hijo ante millones de españoles, a contar las novedades del caso y detallar el calvario que están pasando, donde están sufriendo hasta la extorsión de grupos criminales que les quieren hacer creer que tienen a su hijo secuestrado para que le entreguen dinero.

Este miércoles, el inspector de la Unidad de Delincuencia Especialidad y Violenta (UDEV) especializado en desapariciones inquietantes Carlos Segarra anunció que la Policía Nacional ha encontrado nuevas pistas para tirar del hilo y motivar la reapertura del caso a nivel judicial. “En este tiempo hemos seguido trabajando”, ha asegurado el policía nacional, quien sostiene que su unidad maneja una “línea de investigación lo suficientemente sólida como para ser puesta a disposición del juzgado de Instrucción que lleva el asunto”.

En concreto, Segarra aseguró en el programa Más Vale Tarde de La Sexta que “estamos centrados en la vida de Paco Molina”. El agente aseguró que Paco Molina, que en el momento de su desaparición tenía 16 años, “es un chico que está muy involucrado en la política”. Por ello, han puesto el foco sobre “las personas que rodeaban a Paco, bastantes más mayores que él”, detalló. “Creemos que pueden tener algún dato que no han querido dar por miedo o que les implican en algún hecho que no es del todo lícito”, aseguró Segarra, sin dar más detalles.

La Policía Nacional ha mantenido la búsqueda de Paco Molina activa durante todo este tiempo, aunque su caso haya estado sobreseído en el Juzgado. De hecho, se le ha buscado en más de diez países, de Irak a Reino Unido pasando por Italia, detalló el agente de la Policía Nacional.

Isidro Molina, el padre de Paco, confía en el trabajo policial. De hecho, es la Policía Nacional la que le está ayudando en los últimos años ante los numerosos casos de extorsión que sufren. El último, incluso, con amenazas más que graves. Este miércoles, Isidro Molina relató el caso de un grupo criminal de Colombia que le ha llegado a amenazar de muerte si no le entregaba dinero en efectivo para que le devolvieran a su hijo. Finalmente, se ha demostrado que se trataba de una extorsión.

No es el único caso que ha sufrido la familia de Paco Molina. En noviembre de 2017 Isidro y Rosa tuvieron que acudir a los juzgados para afrontar una vista contra un acusado de ofrecer pistas falsas sobre el paradero de su hijo. Desde una cabina telefónica, el acusado llamó a Isidro y le hizo creer que había conocido a Paco “dos meses atrás en Albacete, donde el menor vivía en un local de alterne, y que habían viajado juntos hasta Peñíscola (Castellón)”. Le dijo, además, que al menos hasta el día 21 había permanecido el menor en esa localidad, “que se encontraba bien, que pedía en la calle y que últimamente estaba con una chica con la que tenía pensado trasladarse de localidad”.

En la última llamada invitó al padre a verse personalmente para aportarle más información que “no podía facilitar por teléfono”. Isidro, sin embargo, no aceptó, después de que la Policía se lo desaconsejara. Cuando los cuerpos de Seguridad del Estado realizaron las investigaciones pertinentes, descubrieron que todo era falso, lo que provocó el desánimo en la familia.

Al principio, en el año 2015, otra persona ofreció pistas falsas a la familia de Paco Molina, algo por lo que acabó yendo a juicio y siendo procesado con penas de prisión incluso.

La desaparición

Desde las 00:17 del pasado 2 de julio de 2015 el teléfono de Paco Molina está apagado y no se ha activado. No hay contacto con sus padres, que la última vez que supieron de él fue en una llamada telefónica, pasadas las 22:30, en la que su padre habló con él tras recibir un mensaje en el que le indicaba que esa noche no iba a dormir en casa. “No me extrañó porque era normal que se quedase en casa de amigos para jugar a la consola o pasar la noche allí”, señala Isidro, su padre.

Desde entonces, la nada. La tortura de una familia, la de Paco Molina, que desapareció cuando tenía 16 años. Hoy ya tiene 20 años y su familia no sabe absolutamente de él, pero no deja de buscarlo. Las últimas informaciones situaron a Paco Molina en la estación de autobuses de Córdoba, aunque ni su hipotética llegada a Madrid, ni la posibilidad de que viajara en compañía de alguna otra persona, ha podido verificarse. La familia recurrió entonces a los medios de comunicación y empezó una intensa campaña de presencia en las redes sociales. De tanto en tanto, alguna pista difusa ha hecho que Rosa e Isidro recobraran la ilusión de estar más cerca de Paco, de su posible paradero, pero, sobre todo, de su respuesta a los infinitos llamamientos. Uno de esos momentos fue propiciado por la acción impulsada en twitter ( #DondeesTATPacoMolina ) que consiguió un millón y medio de impactos. Pero de momento, todos los esfuerzos siguen siendo vanos, aunque la familia no pierde la esperanza.

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