La Flor de Levante cruza la acera en Las Tendillas y comienza una nueva etapa

Fue en 1938 cuando los bisabuelos alicantinos de Aitana Espí Plá, tras cuatro años vendiendo por Córdoba, se instalaron definitivamente en un local de la céntrica plaza de Las Tendillas para abrir una heladería emblemática en la Casa Colomera: La Flor de Levante. 78 años después, este despacho de helados alicantinos de Jijona sigue abierto, pero acaba de cambiar apenas unos metros de ubicación.

Y lo ha hecho justamente en la misma plaza, aunque en la acera de enfrente. Un cambio que podía haber sido traumático pero que la responsable del comercio agradece que haya sido “muy dulce, casi como un helado de turrón”.

El buen rollo que se ha respirado en esta transición se debe a la excelente relación entre los heladeros, los antiguos dueños de la casa Casa Colomera y los nuevos propietarios que adquirieron toda la finca para la construcción de un hotel de cuatro estrellas. “Tuvieron la deferencia de continuar allí hasta que entrábamos y arreglábamos un nuevo local. Y les estamos muy agradecidos porque nos lo han hecho todo mucho más fácil”, explica Aitana.

La Nueva Flor de Levante conserva la misma carta de helados tradicionales provenientes de Jijona, granizadas -no dejen de pedir la de café con leche merengada, que resucita a un muerto-, batidos y horchatas. Y con un llamativo azulejo de un azul muy típico en la zona de Alicante pero que, en esta ocasión, se ha buscado por los motivos de los cristales de hielo que son, en cierto sentido, base de la industria de esta familia.

Eso sí, para los amantes de la terraza del local nada ha cambiado. Sigue emplazada en el mismo lugar, junto a los naranjos de Las Tendillas y el quiosco. Ideal para pedir un helado y leer la prensa del día.