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Una familia acusa al SAS de “homicidio imprudente”

María Pozuelo y su abogado, Federico Molina. | ÁLVARO CARMONA

Alfonso Alba

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Los padres de un bebé prematuro que falleció consideran que la defunción se debió a una negligencia médica y destacan que el recién nacido se infectó de klebsiella en el hospital

Los padres de una niña recién nacida que falleció en agosto de 2013 con la bacteria klebsiella, detectada en el hospital Reina Sofía de Córdoba, han presentado una querella contra el Servicio Andaluz de Salud por un supuesto “homicidio imprudente”. La pareja ha comparecido ante los medios junto a su abogado, Federico Molina, para dar a conocer lo que consideran una muerte provocada “como consecuencia directa del tratamiento dispensado por personal” del hospital cordobés “así como por los nulos sistemas efectivos para la prevención y evitación de infección de la bacteria 'Klebsiella Pneumoniae'.

En el verano de 2013, el hospital Reina Sofía de Córdoba activó todos los protocolos previstos ante la emergencia provocada por el surgimiento de un brote de Klebsiella. Esta bacteria es un germen que se puede encontrar presente en la flora intestinal de las personas y que, de manera muy excepcional en pacientes en situación crítica, con estancias prolongadas o en tratamiento con antibióticos, puede cambiar y originar un patrón de resistencia al tratamiento. Durante la infección, en el hospital murieron 11 pacientes que portaban la bacteria. No obstante, informes posteriores descartaron que estas muertes se debieran a la bacteria, sino a las enfermedades en muchos casos críticos que presentaban los pacientes. La Fiscalía llegó a archivar todas las denuncias.

No obstante, los padres de la bebé fallecida el 20 de agosto de 2013, Daniela Ariadna Hurtado Pozuelo, consideran que su muerte se debió a una negligencia médica. Según su abogado, los hechos supuestamente negligentes “se concatenan en el tiempo y provocan una complicación detrás de otra, lo que añade un plus de reprochabilidad a los responsables de la atención médica prestada”.

El relato de los padres arranca el 7 de agosto, cuando la madre de la niña, aún embarazada, fue al hospital con una hemorragia. “Primero, se envía a la paciente directamente a su casa, aún cuando presenta aquel síntoma de sangrado en un estado de gestación avanzado (30 semanas), y, segundo,

no se toman las medidas inmediatas adecuadas para evitar y controlar el referido desprendimiento de placenta“, destaca el abogado.

A las pocas horas, la mujer regresó al hospital y es ingresada directamente. Allí, tras ser sometida a diversas pruebas, nace la niña tres días después. Tras comprobar el estado del feto, la comadrona ordena activar “los protocolos que incluyen el aviso al ginecólogo de guardia que ante la evidencia y la sospecha de un desprendimiento mayor de la placenta y el grave sufrimiento fetal decide practicar una cesárea urgente”, relata el abogado. El letrado añade que “el problema es que desde que se observa en el trazado tocográfico un sufrimiento fetal, hasta que finalmente nace la niña, transcurren unos 50 minutos durante la mayoría de los cuales no se tiene una monitorización contínua de lo que está sucediéndole a la niña intraútero. El resultado es el nacimiento por cesárea de un bebé prematuro con todos sus signos vitales en cero”.

La niña es reanimada posteriormente y trasladada a la Unidad de Cuidados Intensivos para Neonatos. No obstante, y siempre según el relato del abogado, “se traslada a la recién nacida fuera de la Unidad y se inicia una alimentación oral a todas luces prematura dada su inmadurez. Durante las maniobras de reanimación, durante su estancia en la UCIN o durante su periodo fuera de la unidad se contamina con

los bacilos de Staphyloccocus epidermidis que se localiza en uno de los

catéteres umbilical, y además el de

Klebsiella pneumoniae KPC, ambos de desarrollo y transmisión hospitalaria“. Poco después la pequeña muere.

La querella ha sido presentada ante los juzgados de instrucción de Córdoba por un supuesto delito de homicidio por imprudencia y un segundo de lesiones graves al feto.

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