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Esencia de guitarras jóvenes para el festival

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Redacción Cordópolis

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Guitarodia casi llena el Teatro Góngora en un concierto en el que la Joven Orquesta reivindicó la esencia del certamen cordobés

Enmarcado dentro del XXXVI festival de la guitarra de Córdoba, anoche tuvo lugar en el Teatro Góngora, con una venta de entradas más que digna, sin estar completo el aforo, el concierto a cargo de la Joven Orquesta de Guitarras de Córdoba Guitarodia. Con este tipo de formaciones musicales, el Festival de la Guitarra cobra un gran significado, haciendo honor a la esencia y a su eje central.

La Joven Orquesta de Guitarras de Córdoba está formada por jóvenes guitarristas alumnos y profesores del conservatorio. Con una plantilla de unos 30 músicos aproximadamente, y acompañados por dos contrabajos para darle fuerza al registro grave.

Bajo la dirección de Javier Villafuerte, con semblante serio, comenzó el concierto con Córdoba“de Albéniz. La concentración de los músicos y de su director era palpable, y ya desde el principio se anticipaba una formación musical muy seria, con gran proyección y con muchas ganas de agradar al público. Con algunas modificaciones en el programa continuaron con Danzas cervantinas de Gaspar Sanz, donde trasladaron al público hasta el barroco español con melodías usadas y rearmonizadas por el mismísimo Joaquín Rodrigo. Continuaron con Music for play de C. Mandonico, composición escrita para orquesta de plectro. Después de Introducción y fandango, terminaron la primera parte del espectáculo con La vida breve de M. de Falla.

Después de un descanso, posiblemente algo excesivo, reapareció la joven orquesta de guitarras de Córdoba al escenario del teatro Góngora, con la obra del queridísimo y admirado maestro cubano Leo Brouwer Acerca del cielo, el aire y la sonrisa, obra de difícil ejecución y “algo fuera de lo normal” como el mismo director puntualizó al público presente. Después de incorporarse a la plantilla de la orquesta una pequeña sección de viento formado por dos flautas traveseras, un oboe y un clarinete, continuaron su repertorio con Adiós anónimo de A. Piazzola, dando lugar a bellas melodías muy agradables para el oído. También se pudo escuchar la celebérrima Danza ritual del fuego de Manuel de Falla.

Para finalizar el concierto, su director Javier Villafuerte quiso dejar el plato fuerte para el final, dándole paso al famoso guitarrista argentino Victor Pellegrini para actuar como solista junta a la orquesta de guitarras, demostrando un altísimo nivel interpretativo que todo el público pudo comprobar y sobre todo los componentes de la orquesta que lo observaban con detalle como referente musical.

Después de interpretar la orquesta la Danza del molinero como bis, se dio por concluído este elegante e interesante concierto con un público en pie que quiso reconocer el gran trabajo de esta joven formación musical, que por lo pronto ha conseguido entrar en un festival de música tan importante y de gran renombre como el de la guitarra de Córdoba.

Cabe destacar el gran mérito de su director Javier Villafuerte, por las logradas y meritorias adaptaciones musicales realizadas para orquesta de guitarras, ya que en la actualidad hay muy poco escrito para este tipo de formaciones musicales.

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