Una empresa de Montalbán se alía con los indios navajos para sembrar ajos en Estados Unidos

La Abuela Carmen, empresa familiar de Montalbán dedicada al cultivo del ajo y la cebolla y a la elaboración y comercialización de productos derivados, más allá del ajo fresco, como el ajo negro, la pasta de ajo, el ajo en salmuera y también frito en aceite de oliva, además de la cebolla negra, espera obtener la que será su primera cosecha de ajos en Estados Unidos el próximo junio, fruto de la alianza con los indios navajos en su reserva.

Así lo ha avanzado, en declaraciones a Europa Press, Manuel Vaquero, el máximo responsable de esta empresa cordobesa, que tiene factorías en Montalbán y Santaella y que, si todo va como espera, pronto tendrá -al 50 por ciento con los navajos- una nueva planta de procesamiento en Estados Unidos para, además de cultivar ajos, también elaborar y comercializar directamente en el país americano productos como el ajo negro.

En cualquier caso, La Abuela Carmen, según ha recordado Vaquero, exporta sus ajos a Estados Unidos desde 1992 y en este último año ha vendido allí más de 2.000 toneladas de ajo fresco. Al proceder de la Unión Europea (UE), “por ahora no pagan impuestos” por entrar. Este empresario cordobés confía en que se mantenga así, porque “libertad de comercio y aranceles no casan”, pero, aún así, lleva ya años fraguando la citada alianza con los navajos en Nuevo Méjico, y también con otros agricultores locales estadounidenses en Arizona, para, en la práctica, convertirse también él en un productor local.

Ahora La Abuela Carmen y Navajo Pride (Orgullo Navajo), la contraparte de la empresa cordobesa en esta alianza americana, tienen que esperar los resultados de la primera siembra de ajos, realizada el pasado octubre sobre 30 hectáreas en la inmensa reserva de los navajos, situada entre Nuevo Méjico, Arizona y Utah, que abarca un territorio “que es prácticamente como Andalucía”, aunque los navajos “no llegan a 400.000”, pero cuentan “con una superficie agrícola impensable en Europa”.

Allí ya cultivan patatas, maíz y otros cereales, además de otros productos hortícolas, pero “obtienen unos márgenes reducidos y poco valor añadido”, lo que se traduce en “una tasa de paro superior a la de su entorno”, razón por la que han buscado “alternativas” que resulten más rentables y que generen más empleo, como la que les ofreció La Abuela Carmen, no solo para cultivar ajos, sino también para la elaboración y comercialización de productos derivados, precisando todo ello “mucha mano de obra”. De hecho, ya se ha llevado desde España a Nuevo Méjico “maquinaria de siembra, recolección y desgrane” de ajos.

El siguiente paso es el montaje de una planta de procesamiento con los navajos y aprovechar, para la comercialización de los productos que se generen, “la buena red de distribución” con la que estos cuentan en Estados Unidos, lo que harán, según ha anunciado Manuel Vaquero, mediante una marca conjunta, aún por definir, que será la imagen de la “empresa mixta, al 50 por ciento” que ya constituyeron.

Además de la alianza estratégica con los navajos en Nuevo Méjico, La Abuela Carmen también ha cerrado acuerdos con agricultores particulares del vecino estado de Arizona, donde igualmente han sembrado otras 30 hectáreas de ajos, con la esperanza de que el éxito corone ambas acciones, lo que llevará a incrementar “de 80 a 100 hectáreas” la superficie de cultivo para la próxima campaña en Estados Unidos.

En cualquier caso, el mercado estadounidense del ajo está en alza, “y no solo porque la población hispana consume mucho ajo, sino también porque cada vez se extiende más la cocina mediterránea, con lo que el consumo de ajo está creciendo entre la población estadounidense, en general”.

Con ello cuenta La Abuela Carmen, para así consolidar su aventura americana, arriesgando, como lo viene haciendo desde finales de los 80 del pasado siglo, conquistando mercados internacionales e innovando con productos como el ajo negro y la cebolla negra, de los que es el mayor productor europeo y único productor del mundo, respectivamente.