Empleados de El Cabril se encierran mañana en el cementerio nuclear
El Comité de Empresa denuncia que algunos jefes se subieron un 8% a pesar de la congelación salarial | Enresa defiende la legalidad del ascenso |
Los representantes de los trabajadores del comité de empresa de Enresa (la empresa nacional de residuos) en el cementerio nuclear de El Cabril inician mañana un encierro en esta instalación radioactiva. Los trabajadores protestan porque la “dirección de Enresa ocultó subidas salariales para un colectivo de jefes, lesionando los acuerdos de convenio y la buena fe en la negociación”. A través de una nota de prensa, el colectivo señala que “Enresa estafó a sus trabajadores en la venta del premio de jubilación”.
Por su parte, Enresa ha respondido a través de otra nota de prensa que sigue “las pautas básicas para la negociación colectiva en las sociedades mercantiles del sector público estatal. Desde el día 18 de mayo de 2012, fecha en que se constituyó la mesa para la negociación del convenio colectivo de El Cabril , la propuesta de los representantes de la Dirección es mantener las condiciones salariales y las ventajas sociales de los trabajadores del almacén cordobés”.
José Antonio Miranda, presidente del Comité de Empresa (UGT), afirma que cuando se negoció el Convenio de 2010 y 2011 se acordó una subida salarial del 0% para los empelados del cementerio nuclear. “Pero cuando comenzamos a negociar el Convenio de 2012 nos percatamos de que a mientras los trabajadores se les habían congelado los sueldos, a ciertos jefes, tanto inscritos en el Convenio como ajenos a ellos se les había subido hasta el 8%”, recuerda Miranda.
Enresa señala al respecto que, en marzo de 2011, la anterior Dirección de la empresa pública y dentro de sus competencias, decidió establecer “una mejora voluntaria sobre las condiciones estipuladas en convenio en favor
de aquellas personas que desempeñan puestos de Jefatura de Servicio, es decir, aumentar su porcentaje de objetivos en virtud de la responsabilidad que conlleva determinados puestos“. Enresa subraya que ”estas mejoras se realizaron, dentro de la legalidad, antes de la publicación de la ley de Presupuestos Generales del Estado para el año 2012, ley que impide el incremento salarial para el personal del sector público“. Asimismo, afirma que de todas las retribuciones de la plantilla se proporcionó puntual información a 31 de diciembre de 2013 al Comité de Empresa, desglosando las cantidades percibidas entre los distintos
conceptos que componen la masa salarial.
Los trabajadores exigieron en la mesa de negociación que se subsanara lo que ellos consideran una clara “irregularidad”. Tras dos años, no se ha llegado a ningún acuerdo “y ahora la empresa nos amenaza con la ultraactividad, es decir, quitarnos el convenio y dejarnos en el estatuto básico de los trabajadores si no firmamos un nuevo convenio que acepte esas subidas salariales a los jefes”, denuncia el presidente del Comité. Y, ante esa falta de acuerdo, se ha decidido el encierro en El Cabril para forzar la negociación. En principio, se quedarán dentro los siete miembros de UGT y los dos de Comisiones Obreras que están en el Comité.
Los que “la dirección está haciendo todo lo posible, con las medidas de presión a su alcance, para firmar un convenio en el que se oculten estas irregularidades”. Pero el Comité de Empresa deja una puerta abierta a la negociación al afirmar que está “en disposición de firmar el convenio cuando se resuelvan las irregularidades cometidas por la dirección”.
Mientras se dilucida este convenio, termina la empresa, “en septiembre de 2012 Enresa decidió no materializar la compra de equipos informáticos y conectividad pactados en el convenio de diciembre de 2011, ya que se entendían que el compromiso citado era contrario a las pautas establecidas para este tipo de empresas”, afirman. “Contra esta decisión el Comité de Empresa presentó una demanda en el Juzgado de lo Social que fue desestimada por el juez”, apuntan.
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