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La cera del barrio y la bulla

Cera rizada del paso de palio de la Virgen de la Merced | ÁLEX GALLEGOS

Redacción Cordópolis

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La cera es un elemento imprescindible y sin el que no se entenderían los pasos de Cristo y mucho menos los de palio en la Semana Santa. Su disposición para iluminar es todo un arte que pocos manejan con soltura y saber hacer y que da identidad propia a cada paso de María Santísima. Algunos de ellos cuentan, además de con los cirios de cera pura o virgen que alumbran a las imágenes, con un tipo de cera que en la actualidad es propia de los palios de barrio y de carácter alegre. Es la cera rizada o flores de cera que el año pasado se pudieron ver en una decena de pasos cordobeses, aunque a lo largo de la historia han sido otros muchos los que la han incorporado y que por no convencer a su hermandad o por cambiar ésta el estilo del palio han prescindido de ella.

El año pasado llevaron cera rizada las Vírgenes de la Esperanza, Encarnación, Amargura, Estrella, Merced, Trinidad, Piedad, Paz, Buen Fin y Alegría. Este 2018 llevan este exorno también la Virgen de la O el Sábado de Pasión en Fátima, la Virgen de la Palma y la Virgen de la Salud de la Agonía, cuya hermandad ha optado por recordar la cera rizada de otros tiempos pasados con ramos más ligeros, menos cargados de flor. En algún momento de su historia han llevado cera rizada otras imágenes como la Candelaria, la Virgen del Amor y el Rocío y Lágrimas. Incluso la Virgen de las Lágrimas en su Desamparo siendo su hermandad de carácter serio llevó dos ramos de flores de cera a los lados en una ocasión en la segunda mitad de los años 70. Aunque el caso más curioso es el de la Reina de los Mártires, que va en silencio y llevó cera rizada desde los primeros años de su salida, con dos ramos grandes escoltando a la Virgen. En los años 90 sacaba el frontal y cuatro grandes cerca de la Dolorosa y luego dejó de llevarlas aunque lo recuperó para el Via Crucis Magno de la Fe de 2013 con ramos medianos en los laterales.

Todo parece indicar que el origen de exornar los pasos de palio con este tipo de cera está en Sevilla, donde existen documentos gráficos de finales del siglo XIX y principios del XX con imágenes como Montserrat o la Victoria de las Cigarreras con estas flores. También las llevaban ya en ese tiempo Rosario de Montesión y Estrella, y la Esperanza Macarena a principios de 1900 también la usaba. En Córdoba, la vela rizada la incorporó en los años 50 Juan Martínez Cerrillo a diversos pasos imitando de manera peculiar lo que se hacía en otras ciudades. Según cuentan en su familia, el artista de Bujalance la utilizó más por motivos funcionales que estéticos, que es por los que ahora y desde hace muchos años ya se utiliza. Cerrillo utilizaba la flor de cera para dar volumen a las candelerías, que a mediados del siglo XX eran muy pobres en cuanto a cirios. La originalidad de su cera rizada radicaba en que él hacía flores o campanas de cera con moldes hechos de patatas que luego metía en cera líquida sacando así la forma deseada. Este tipo de adorno, que ya se ve en la Esperanza en la película “Soledad”, de 1958, combinando con cera lisa, llegó a ser el que ocupó toda la candelería de esta Dolorosa durante muchos años a partir de los años 60, recuerdan en la hermandad del Domingo de Ramos. También llevaron la cera rizada de este tipo imágenes como la Paz o la Piedad.

La empresa Cera Bellido, de Andújar, en Jaén, que comenzó a trabajar alrededor de 1830, es la encargada de suministrar actualmente la cera rizada a hermandades cordobesas como la Paz, la Merced, el Amor, Descendimiento y Rescatado. Aunque también  hacen cirios para candelerías y nazarenos, además de para las citadas cofradías, para Ánimas, Penas de Santiago, Calvario, Sentencia, Angustias, Misericordia, Caridad, Soledad y Piedad de las Palmeras. En toda España sirven a 900 corporaciones y son signo de profesionalidad.

Volviendo a las flores de cera, éstas se pueden fabricar solo con parafina pero en Bellido la mezclan con cera natural para darle más calidad. Además, para el resto de cera, la no rizada, esta empresa utiliza un antiguo método que consiste en blanquear la cera de abeja al sol y con agua en grandes terrazas de las que disponen en sus instalaciones, sin utilizar para ello productos químicos, que sí utilizan otros fabricantes, lo que en el caso de Bellido no le resta pureza al producto.

Manuel Bellido, de la citada empresa de Andújar, explica lo laborioso que es formar un ramo de flor de cera, cuyos elementos más habituales son reproducciones de claveles, azucenas, rosas y campanitas. Esto es lo que suelen llevar las ceras rizadas que fabrican para Córdoba aunque hay hermandades cordobesas que llevan otros motivos y en otros lugares piden a Bellido cosas más específicas como hojas de palma, hoja de yedra, flor de cala o ramos de olivo. Para hacer las hojas y las campanitas se utilizan moldes de madera y elementos como la rosa y el clavel tienen más elaboración que otros porque se hacen pétalo a pétalo que tienen que unir los artesanos. Luego hay que insertarlas en varillas y unirlas a las velas bien fijadas para que no se caigan ni con el andar de los pasos ni en las levantás.

Debido a que requiere una mano de obra especializada, que precisa de bastante tiempo para elaborar cada ramo de flor de cera, el precio es bastante más elevado que el de un cirio normal y su utilización encarece mucho el dinero que las hermandades destinan a las candelerías de la Virgen.  Aunque depende de la cantidad de flor de cera que lleve cada paso, lo normal es que el precio de estas piezas, que son minoría, iguale al del resto de la candelería o incluso lo sobrepase según ha podido saber este periódico de hermandades que las utilizan y compran a diferentes empresas. Los tamaños que suministra a Córdoba Cera Bellido van desde los 45 centímetros de altura hasta los 1,20 metros y lo normal es que se coloquen entre seis y ocho piezas pequeñas en el frontal, dos grandes delante de las imágenes o escoltándolas y otras, dos o cuatro, de tamaño mediano en los laterales.

El color suele ser el blanco, aunque hay cofradías que siguiendo una moda de los últimos diez años, según explican desde Bellido, las prefieren en un color crema, más tostado, cuya producción ha crecido en la última década a un 30 por ciento del total en el caso de esta prestigiosa empresa. Nada más terminar una Semana Santa, ellos empiezan la campaña de fabricación de cera rizada para la del año siguiente, haciendo por un lado el cirio y por otro las piezas. Cuando ya hay muchas piezas formadas se empiezan a montar en ramos que, sin duda, son unos de los elementos más llamativos y admirados de los pasos de palio que procesionan en la Semana Santa.

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