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Bretón empieza a dar problemas en la cárcel de Villena

Bretón, custodiado por dos policías. FOTO: MADERO CUBERO

Alfonso Alba

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El preso ha estado dos días en huelga de hambre alegando que iban a envenenarle y sólo un médico en prácticas accede a firmar el informe para que siga bajo el protocolo de vigilancia para que no se suicide

Tal y como ocurrió durante sus casi dos años en la cárcel de Córdoba, José Bretón, condenado a 40 años de prisión por el asesinato de sus dos hijos, Ruth y José, está comenzando a dar grandes quebraderos de cabeza a los responsables de la prisión a la que ha sido trasladado, el centro de Villena, en la provincia de Alicante. Según han informado fuentes penitenciarias a este periódico, nada más llegar a la prisión Bretón se puso en huelga de hambre durante dos días por que alegaba que querían envenenarle. A los dos días, Bretón sólo accedió a comer si previamente él compraba la comida en el economato de la cárcel y exigió que se le envasaran los alimentos al vacío, algo que rechazaron enérgicamente los funcionarios de prisiones.

Bretón fue trasladado en primer grado a la prisión alicantina. Allí se le aplica el artículo 75.2 del reglamento para evitarle problemas con otros internos. De hecho, nada más llegar a la cárcel tuvo que ser aislado en el módulo de enfermería. La noticia de su llegada corrió como la pólvora en Villena y los presos del módulo en el que está ingresado Bretón (el más peligroso, en el que están internados condenados por los atentados del 11M en Madrid) exigieron verle. Para evitar problemas, los funcionarios de prisiones decidieron aislarlo y se lo llevaron días después a una celda especial. Esta celda no es de cristal, lejos de lo que se ha publicado, sino que tiene un ojo de buey por el que el preso sombra que comparte vida con Bretón para evitar que se suicide lo vigila.

Sin embargo, la gran polémica ha llegado cuando Bretón ha sido visitado por los médicos de la prisión alicantina. Ninguno de los sanitarios ha querido informar favorablemente para que siga aplicándose el Plan de Prevención de Suicidios, ya que ninguno ha considerado que de verdad quiera acabar con su vida. Sin embargo, un médico en prácticas sí que ha accedido a firmar el informe para evitar que Bretón salga al patio y comparta zonas comunes con el resto de presos de la cárcel. La dirección de la prisión teme por su vida.

Estos no han sido los únicos incidentes que ha protagonizado el padre de Ruth y José. Nada más llegar exigió a los funcionarios de prisiones que le consiguieran una Play Station porque ya disfrutaba de una en la cárcel de Córdoba. Los funcionarios se negaron en redondo, hablando de que se trataba de un beneficio inimaginable para un preso.

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