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'Adeste fideles', Tintín y un rey mago con lipotimia

La Cabalgata entrando por Ronda de los Tejares

Alfonso Alba

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El Rey Melchor tuvo que ser sustituido a la altura del hotel Córdoba AC Palacio por una indisposiciónLos que hemos crecido leyendo Tintín no estamos acostumbrados. Los que hemos creído en los Reyes Magos, tampoco. Lo normal era que los Reyes Magos te trajeran un cómic de Tintín pero no que Tintín anunciara la llegada de los Reyes Magos. Tampoco, que entre Melchor y Baltasar sonara el misticismo del Adeste fideles, un villancico cuya belleza, armonía y parsimonia interpretado por la banda de La Estrella contrasta con los gritos de los que intentan acopiar el mayor número de caramelos posible. Son los contrastes de la Cabalgata de los Reyes Magos de Córdoba, los mismos contrastes de la ciudad que, puntualmente, ha vuelto a recorrer entre la multitud.Uno de ellos, quizás el más significativo, fue que el rey Melchor tuvo que ser sustituido a la altura del hotel Córdoba AC Palacio por una indisposición. Además, llegó a ser atendido por los Ángeles de la noche. La cabalgata pudo continuar con normalidad.Con apenas diez minutos de retraso, se ponía en marcha la comitiva. En el Campo de la Verdad, dos amigos que habían llevado a sus hijos discutían sobre la conveniencia o no de que la cabalgata llevara “monstruos” o “figuritas del portal de Belén”. Ninguno llegaba a convencer al otro. Pero en algo sí que se pusieron de acuerdo, en jalear a sus hijos para que cogieran el mayor número posible de caramelos. Todo pasó después de que transitara la guardia a caballo de la Policía Local. Llegó Tintín (muy raro, la verdad. Los que nos hemos leído todas sus aventuras teníamos que hacer un esfuerzo por reconocerlo), llegó Pocoyó, llegaron más dibujos animados, un enjambre de abejas maya (en el portal de Belén no había ni mula ni buey pero abejas seguro) y un príncipe de cuento (en verdad era un vecino que no paraba de guiñar el ojo a la multitud del Campo de la Verdad) que este año por fin sustituía en la carroza de Mac Donald al anacrónico e inexplicable Ronald Mac Donald del año pasado. La carroza de la AnunciaciónEste año, la cabalgata ha consolidado el nuevo toque que el gobierno del PP le imprimió en 2012: un mayor número de carrozas bíblicas. En la primera, un ángel sobre una columna (que no arrojaba caramelos) daba la espalda a la multitud. En otra, se dibujaba una estampa sobre un pozo en la antigua Palestina. Pacejillos y pastorcillos completaban la comitiva más católica. Hasta una banda de cornetas y tambores cerraba el paso, a veces con la marcha de percusión de Semana Santa.Y llegaron los reyes y se desató la locura. Melchor es, con diferencia, el favorito de los cordobeses. Quizás por que es el primero en pasar y es al que más le gritan los niños. Quizás por que parece el más cercano. O quizás por que es el que más caramelos (y más lejos) tiraba. Entre rey mago y rey mago, carrozas con enormes camellos también desataban la locura de gente que pedía que le lanzaran algo.“¡¡Gaspara, gaspara!!” . Se notaba que este año la persona que se escondía tras las barbas del Rey Gaspar era una mujer: María Dolores Vallecillo, la presidenta de Cáritas. Los niños le gritaban por su sexo mientras de fondo la banda de La Estrella interpretaba el Adeste fideles.Y al final, Baltasar. Tras la música solemne, la bulla de las sevillanas aflamencadas o el flamenco asevillanado irrumpía junto a un rey negro al que este año muchos le pedían que fuera negro de verdad. “No habrá negros en Córdoba para no tener que subir a un blanco y pintarle la cara”, decía un padre delante de su hijo que, al parecer, ya sabía el secreto de los reyes magos. Todo ocurría cuando la cabalgata enfilaba el puente de San Rafael y muchos de los que habían ido a verla salir corrían para coger sitio en Ronda de los Tejares. Historias de los Reyes Magos.
El Rey Melchor tuvo que ser sustituido a la altura del hotel Córdoba AC Palacio por una indisposición

Adeste fideles

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