Crecí en los 70 bajo la influencia de la Señorita Pepis, un set de maquillaje para niñas del que arranca un amor interminable por el rojo de labios y el khol enmarcando la mirada. Las tendencias y la moda, la cosmética y el sublime arte del perfume me interesan con una pasión que solamente los adictos sabemos reconocer. Y sí, somos cientos de miles de personas -por cierto, muy distintas en edad y características sociales- para quienes la moda es una motivación, un bálsamo, un acicate, un exquisito pasatiempo. Ahora que Internet y las redes sociales han incendiado el mundo con la revolución fashionista, por qué no echar más leña al fuego desde las páginas de CORDÓPOLIS.
Volare
Echaba tanto de menos el aeropuerto de Ibiza y el ferry a Formentera que me he comprado el kit Bum Bum Jet Set, de Sol de Janeiro, perfecto para viajes en avión. No me hacía ninguna falta. Si hay billete a las Baleares será otro año. Pero quién no adelanta ingenuamente acontecimientos, quién no sueña con el simulacro de una reserva en el Five Flowers Hotel & SPA. Quién no caído en la auto-trampa de poner el carro delante de los bueyes.
A los seres racionales, individuales y colectivos, nos ocurre y dejamos la guía a un supuesto piloto automático.
Sucede por mor de psicomagias consumistas (manipulación de la persona potencialmente compradora con tretas psicológicas) o por una necesidad de superar estados, incertidumbres o largas esperas. El mecanismo es algo así: se busca una salida, una solución, un destino, un triunfo; entre el ahora y esa meta lo lógico es que medie largo tiempo, esfuerzos, retrasos… Quizás por eso tendemos a poner ya, ahora mismo, en nuestras manos el ambientador para el futuro coche (a pesar de que aún no se ha reunido el dinero para adquirir el vehículo); el pasaje para un crucero, mientras faltan meses y meses para la ansiada jubilación, o la ropa de la graduación, aunque quedan semanas y más semanas de estudio y exámenes.
Casi siempre, lo que se sitúa antes que los bueyes o las mulas es algo más o menos inocuo, asequible, pasajero, guardable, aprovechable. Pero la cosa anticipada o traída a destiempo puede ser también una fuente de frustración y un imán de decepciones y palabrería (mucho bla-bla-bla y escasos cálculos, poca voluntad y nulos estudios de viabilidad).
Algo así sucedió, bajo mi modesto juicio, con el avión emblema de la candidatura de Córdoba a la Capitalidad Europea de la Cultura de 2016. Lo colocamos sin pensar en el mañana como una forma de conjurar nuestro éxito. Después, las plumas culturales resulta que son lo más nuestro, si bien no las dejan (o no las dejamos) ser capaces de volar todo lo alto, todo lo constante, todo lo solidario, todo lo diverso, todo lo brillante, todo lo posible y lo imposible, como desde Córdoba se puede volar por la cultura, por las culturas.
A veces dudo de si las metas logradas que no se nos resisten son verdaderas metas o eran papeles asignados. Escucho entonces Volare, en la versión de Gipsy Kings, y veo a mi tierra y a su gente como una bandada de pájaros que vuelan juntos, incansables.
Nota: Las menciones a marcas y productos no llevan aparejada ninguna contraprestación
Sobre este blog
Crecí en los 70 bajo la influencia de la Señorita Pepis, un set de maquillaje para niñas del que arranca un amor interminable por el rojo de labios y el khol enmarcando la mirada. Las tendencias y la moda, la cosmética y el sublime arte del perfume me interesan con una pasión que solamente los adictos sabemos reconocer. Y sí, somos cientos de miles de personas -por cierto, muy distintas en edad y características sociales- para quienes la moda es una motivación, un bálsamo, un acicate, un exquisito pasatiempo. Ahora que Internet y las redes sociales han incendiado el mundo con la revolución fashionista, por qué no echar más leña al fuego desde las páginas de CORDÓPOLIS.
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