Walking Dead

Juzgados de lo Social. Juzgados de Familia. 12 de octubre. 13 rue del percebe.  Donde la gente se casa y descasa. Y también son una casa, donde vive gente. Como en el Proceso, de Franz K. Abres una puerta para buscar al Secretario y te encuentras a alguien en la cama pegado a las sábanas. Suben en el ascensor dos abogados con el vecino del 5º y con dos bolsas del Mercadona. En la Sala de Vistas hay una gotera del vecino del 1º derecha.  La última vez que fui teníamos un problema. Había que localizar a la viuda del imputado pero la mujer no aparecía. Razón: la viuda no era tal, el marido estaba vivo y cobrando una prestación. El funcionario de turno tuvo que soltar “que no estaba muerto, estaba de parranda”. Si no lo dice, revienta. Me voy escaleras abajo. Al pasar por Familia, siento un soplo en el corazón. El porqué de este viaje.

Registro de la Propiedad. Es un edificio grande con ventanas que dan a una bandera, más grande aún, de España. El check-point Charlie donde antes estaba el Viaducto. La Córdoba del Este y del Oeste. Dentro del Registro está metida toda la provincia, distribuida en legajos. Su principio está escrito en cada puerta, en lengua muerta: prius tempore meior ius. El primero que se apunte, se lo lleva. Me cruzo en la entrada con un antiguo profesor de la Facultad de Derecho. Lo daba por muerto, en el sentido estricto. Le pido que me pellizque fuerte. Aprobecho para tomarle el pulso. Efectivamente, está vivo. Comentamos la voluntad Popular de privatizar el Registro Civil. Por ejemplo, si te apellidas Mier de Cilla, o si tus padres te ponen Felipe Juan Froilán de todos los Santos, cambiar el orden te costará entre 20 y 40 euros. Nos preguntamos dónde iran ahora esos funcionarios, y si los emplearan en corte y confección (del Estado).

Llego a casa pensando estar a salvo de los zombies, pero al encender la T.V. veo que Bowie ha vuelto. El mismo que hace unas semanas daba por muerto. Me alegra. Lo de menos es si el single, en cuestión, es bueno o malo.