Cifuentes vuelve con una caza de brujas
Ayer la Policía detuvo a 19 activistas en sus casas. Por la tarde, se montó una protesta frente la Comisaría de Moratalaz y la represión acabó con once detenidos más
Foto: Protesta en Moratalaz (Kaos en la Red)
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Cristina Cifuentes se ha recuperado de su accidente. Y ha vuelto con ganas de demostrar que su poder sigue intacto. El pasado 20 de noviembre, un grupo de personas irrumpió en la Facultad de Derecho de la Complutense y asaltaron el local de la asociación Foro, de ideología fascista. Después unas 200 personas entraron a la facultad al grito de “fuera fascistas de la Universidad”. Pues bien, ocho días después, las fuerzas y cuerpos de “seguridad” del Estado protagonizaron una Caza de Brujas en toda regla y detuvieron casa por casa a 19 activistas. Al segundo, Cifuentes decía lo siguiente en su cuenta de Twitter: “A los detenidos se les imputan lesiones, daños y delitos contra el ejercicio de derechos fundamentales y libertades, con agravante de odio”. Y continúa: “La mayoría de los presuntos delincuentes, detenidos por asalto y vandalismo, tiene antecedentes policiales. La operación sigue abierta”. ¿Antecedentes policiales? Es decir, ¿multas? ¿Identificaciones? Bonita y manipuladora estrategia la de la delegada de Gobierno, suelta esa afirmación y hace pensar a la mayoría de la ciudadanía de que se trata de personas con antecedentes penales. Pues no, no es eso. Son personas que, como yo y otras miles, habrán sido identificadas en manifestaciones o desahucios.
Pues bien, por la tarde se organizó a través de las redes sociales una protesta frente a la comisaría de Moratalaz, lugar donde están las personas detenidas. Más de 400 personas protestaron ante la arbitrariedad de las detenciones y, ¿cuál fue la medida disuasoria ejecutada por Cifuentes? Palos y detenciones. Otras once personas cruzaron el umbral de esa cárcel encubierta.
Pero no acaba ahí el colmo de Cifuentes. Todo está pensado y orquestado. Casualmente, hoy presentan la Ley de Seguridad Ciudadana. Es decir, esta mañana llega el anteproyecto al Consejo de Ministros. ¿No es casualidad? Primero detengo a 30 personas, supuestamente muy peligrosas, y al día siguiente presento los parabienes de una ley que, gracias a mi actuación de ayer, ya puedo calificar de necesarios y justificados. ¿Cómo no vamos a ser duros con quienes protestan si son altamente peligrosos? ¡Si tienen antecedentes policiales!
Y todavía hay más. Cristina Cifuentes envió ayer un comunicado a todos los medios en los que equiparaba a neonazis y fascistas con las personas que se enfrentan a ellos o que, directamente, se enfrenta al sistema. ¿Eres antisistema? Eres anarquista y mereces ser encerrado. Esa es la lógica de la delegada de Gobierno. En este comunicado, la delegada decía que en 2012 y lo que va de 2013 se ha detenido a 233 personas “vinculadas a organizaciones de extrema derecha” y a otras 224 “relacionadas con la extrema izquierda”.
“En el concepto extrema derecha se computan tanto a personas que pertenecen al movimiento sociológico skinhead neonazi, como a personas que militan en asociaciones y formaciones políticas de extrema derecha”, explica el comunicado.
Sin embargo, los de ‘extrema izquierda’ son personas “de gran actividad” a los que se les imputa una serie de delitos que voy a intentar aclarar: desórdenes públicos (concentraciones sin convocar, por ejemplo), usurpación (okupación de viviendas de bancos, de edificios abandonados), resistencia y desobediencia (negarse a identificarse), atentado contra agente de la autoridad (muchos policías denuncian lesiones en las muñecas de los cientos de porrazos que meten), daños (supongo que las pintadas y llenar un banco de carteles de stop desahucios se consideran daños), infracción a la ley de extranjería (ayudar a los migrantes sin documentación en regla), robo con fuerza y amenazas (algún caso habrá, no digo que no). Y pone como ejemplo de detenciones las producidas en el Asedia el Congreso del 25 de abril o las 30 personas detenidas ayer.
Por otro lado, a los de extrema derecha detenidos se les imputan delitos tan graves como tenencia ilícita de armas prohibidas, pertenencia a organización criminal, lesiones, riña tumultuaria, coacciones, atentar contra los derechos fundamentales y las libertades públicas… Todo esto, reitero, sacado del comunicado que ayer envió Delegación de Gobierno de Madrid a todos los medios de comunicación. Y pone como ejemplo el grupo organizado desarticulado este año por pertenecía a organización criminal que agredió a un joven en Alpedrete y amenazó de muerte a través de Internet o vía telefónica a decenas de personas. También comentan la Operación Rosca en Majadahonda donde se detuvo a otros tantos skinhead por delitos de pertenencia a organización criminal, riña tumultuaria, lesiones y vejaciones.
Y aquí mi reflexión: ¿Son lo mismo? ¿De verdad se mete en el mismo saco a un fascista que a un antifascista? ¿Piensa realmente Cifuentes que quien okupa la vivienda de un banco o del SAREB (el banco malo) o quien intenta parar un desahucio es equiparable a esos totalitarios que buscan volver a imponer una dictadura fascista mediante el miedo y la violencia? Quizá ella lo piense, pero yo tengo claro que hay que luchar constantemente para frenar esa lacra que es el fascismo. Parece que a Cifuentes no le importa. ¿La libertad que tanto defiende esta señora ha de llegar al límite de proteger a quienes convocan homenajes a Franco y Primo de Rivera? ¿De verdad son los malos quienes intentan que no se festeje al dictador?
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