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El lobo de las preferentes

Alfonso Alba

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http://youtu. be/PaAvUOXUohk

Antes de nada, este artículo no va a ser un spoiler ni una crítica de cine ni nada parecido. Bien, allá vamos. El sábado pasado vi El lobo de Wall Street. Fabulosa. Esta vez sí, Leonardo DiCaprio se merece el Oscar. Todo lo que ocurre en la película, a la que llamar “puta locura” se me antoja hasta flojo, está basado en hechos reales. Todo, absolutamente todo, de lo que cuenta Scorsese pasó hace nada, en los años 90.

No les reviento la película si les digo que el personaje interpretado por DiCaprio, Jordan Belfort, se ganaba la vida estafando a la gente. Básicamente, les vendía “basura”, según confiesa. Belfort, en una juventud delirante, prometía a la clase media estadounidense que si le hacían caso e invertían donde él les proponía invertir se harían ricos en muy poco tiempo. Y, en muchas ocasiones, ocurría. Belfort llegó a ganar él solito 54 millones de dólares en un año y en su locura se dedicó a gastarse el dinero de la forma más extrema. Vean la película y... disfruten.

Belfort fue arrestado y acusado de estafa por el FBI. Pasó dos años y medio en la cárcel y aún hoy está pagando los más de 100 millones de dólares en indemnizaciones que aún les debe a medio país.

Aquí en España, sin la estética hollywoodiense y desde luego sin hacer tanto ruido, la esencia de la historia es muy parecida. Gente sin escrúpulos que quiere conseguir dinero en muy poco tiempo (bastante) y que sin ningún tipo de escrúpulo le vende “basura” a la clase media española que con sus pequeños ahorros quiere dar un pelotazo y hacerse rica también en poco tiempo. Es lo que ha pasado, y no hay que salvar mucho las distancias, con la estafa de las preferentes.

Vamos a ver. Banqueros que necesitan capital y que, sin pudor alguno, estafan a sus clientes con la venta de unas mal llamadas participaciones preferentes que iban a ser mucho mejor que tener el dinero a plazo fijo. En pocos meses, 1.000 euros se convertirían en 1.500 y así sucesivamente. Al final, nada. 1.000 euros se convirtieron en cero euros y a tomar bastante por saco.

Poco a poco, la Justicia española está consiguiendo algo inaudito: que la venta de preferentes se considere una estafa y que algunos clientes estén recuperando parte de su dinero. Pero a diferencia de Estados Unidos, en España nos falta un pequeño detalle para que la Justicia sea justa: que los culpables paguen por lo que han hecho. En este caso, no basta con devolver parte del dinero. Hacen falta bankster entre rejas. No puede ser, como publicó ayer Infolibre, que la única víctima de la estafa de las preferentes sea el director de una sucursal de Bankia que decidió pagar de su bolsillo el dinero que había estafado a sus clientes y que por esa acción haya sido ¡¡despedido!!

Es cierto que Jordan Belfort decidió mearse en la piscina desde el trampolín haciendo un doble loop, mientras el resto de bankster de Wall Street miccionaba tímidamente desde el bordecito. Pero eso no es una excusa. Ni mucho menos.

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