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Sobre este blog

Manon y Julio han recorrido medio mundo en bicicleta y están empeñados en montar al otro medio sobre dos ruedas para propagar los beneficios de la movilidad activa. Discípulos de Malabrocca, llevan lustros investigando sobre intermodalidad, urbanismo, mecánica o educación. Siempre en y sobre sus velocípedos. Como profes que son, les encanta aprender. Están convencidos que esto de la movilidad activa es la solución a la insoportable levedad del ser en la era del petróleo. Para ello han puesto a pedalear todo lo que han aprendido en su formación en sociología, economía, pedagogía, turismo o gestión cultural. Y han metido todo en una coctelera para fundar Revelociona SCA. Los de Cordópolis les han dejado esta esquinita para compartir los paisajes, análisis y resultados que ven desde su manillar.

Año 2184. Córdoba: Semana Europea de la Movilidad

Teletransporte.

Julio Díaz Sánchez

19 de septiembre de 2024 19:58 h

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Noticias Internacional

Desde el otoño del año 2183 se realizan los primeros viajes cuánticos comerciales. La primera teletransportación de un ser vivo se ha llevado a cabo con éxito entre Washington y Moscú el verano anterior. Una cobaya entró en la cápsula de lanzamiento a las 16.10h, hora de Washington D.C. y apareció intacta apenas medio segundo después en el Kremlin. La roedora, de nombre Gagarina, recorrió la distancia entre ambas capitales en 0,395 segundos, abriendo la primera línea de teletransportación de la historia. El itinerario ha sido bautizado por el jocoso nombre de “Línea roja”, haciendo un guiño al primitivo teléfono rojo y a la superada disputa de colores e ideologías que antaño enfrentó a ambas potencias. Allá por la era del petróleo. Esta tecnología se expande sin remedio y pronto será una realidad que vendrá a complementar las plataformas de transporte compartido aéreo y terrestre que ya operan desde hace décadas con energía solar y humana en todo el planeta.

Local

Por otro lado, en Córdoba, se celebra la 182º Semana Europea de la Movilidad, SEM. Uno de los eventos con más solera de la ciudad que “tiene como objetivo principal promover la movilidad sostenible y concienciar sobre la importancia de un transporte urbano más ecológico y eficiente”. La SEM, que inició su andadura con el cambio de milenio, se ha convertido en un referente de la ciudad junto con la Feria de la Salud y la Semana Santa. La feria, una fosilización de la original que se desprendió paulatinamente de sus objetivos fundacionales, es una mirada “vintage” donde grandes y pequeños disfrutan de las recreaciones en cuestiones de desplazamiento que eran referentes de sostenibilidad allá por el año 2024. Una oportunidad ideal para viajar en el tiempo y disfrutar de la ciudad imaginando como fue en el pasado. Destacando las ventajas que aportaba el uso de la bicicleta para la ciudad. Y el folclore que suponía en nuestros entornos urbanos la competencia con el vehículo de combustión privado que, afortunadamente, quedó en desuso unos años más tarde. Se recomienda acudir con vestuario de época para conseguir un ambiente del siglo pasado.

Año 2024. Córdoba: SEM

Desde el año 2002 se celebra en Córdoba la Semana Europea de la Movilidad (SEM). Una semana cargada de actividades cuyos objetivos se relacionan estrechamente con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, ODS, bajo el auspicio de la ONU y la OMS. Una feria donde se ventean las bondades y la necesidad de replantear los modelos de desplazamiento, en especial en los entornos urbanos. Un batiburrillo de eventos que se organizan con la principal intención de cumplir los dictámenes que se recomiendan desde la UE. En la práctica, en la mayoría de ocasiones, se convierte en una campaña municipal de ecoimpostura con poca o nula incidencia en las políticas públicas de planificación urbanística y movilidad. Y, por consiguiente, con los mismos escasos resultados en la modificación de los hábitos de la ciudadanía.

La SEM es una feria de carácter meramente lúdico que reproduce el trampantojo tradicional de aparentar que todo se mueve para que no cambie nada. O muy, muy poquito. Su motivación, no obstante, es impecable. Su organización y su programación obedece a estándares de profesionalidad sin tacha. La sensibilización como noble meta. Pero conceptualmente adolece de folclorizar las alternativas al vehículo de motor privado. De romantizar, cuando no de infantilizar, las políticas transformadoras de movilidad y los hábitos no contaminantes de desplazamiento. Convirtiéndolas en un ideal inalcanzable en la práctica. Un parque temático. O sea, actividades en familia para pasear en bicicleta el domingo, en el mismo espacio donde se puede jugar a los videojuegos o la Oca Gigante. Y que el lunes siguiente todo vuelva a la normalidad. Esto es, jugar a las “bicicletitas” unos días. Y, al día siguiente, vehículos privados de combustión copando el espacio público y propagando enfermedades respiratorias, dejando miles de heridos y fallecidos cada año. Junglas urbanas con barra libre para el ruido, la insalubridad y la muerte.

Desenredar las estructuras que posibilitan este despropósito implica salir de la zona de confort social en que nos encontramos, a pesar de las graves consecuencias que sufrimos todos y todas, sin excepción. Cambiar las estructuras urbanas y sociales es complejo, requiere de astucia y arrojo. De generosidad y de altos vuelos. Y no se modifican por la varita mágica de una semana de juegos en familia.

Creer que las dinámicas de movilidad se pueden modificar por la sola celebración de la SEM es tan ingenuo como pretender que alguien se haga experto en flamenco por bailar unas sevillanas inventadas en la feria; o que salvarás tu alma por el simple hecho de sentarte a comer pipas al paso de una virgen en semana santa. O que vas a hablar inglés o a tocar el violín por ir una hora al mes a la academia. No. Imposible. Eso es vivir de la ilusión. Y para eso ya está el teatro.

Los datos así lo constatan tras más de dos décadas de inversión de dinero público en la SEM. Y no porque se haya derrochado, al contrario. Una minucia en comparación a lo que se invierte en promover y facilitar el uso del vehículo privado. Pero la incidencia social y pública es prácticamente nula. Y esto no se restringe a una ciudad ni a un partido político. Es común en buena parte de las urbes españolas. El impacto de la SEM en la intermodalidad urbana es nulo. Y, en la mayoría de las ocasiones, ni siquiera se hace un estudio de los resultados.

En la ciudad de Córdoba, por poner un ejemplo, no existen datos que indiquen el impacto que ha tenido la realización de la SEM en el periodo 2002-2024. Con consistorios de todos los colores. Tampoco los tendremos tras la de 2024. Y, en cierta manera, también es un reflejo de la escasa ambición con la que se celebra. Reducida a un puñado de actividades en el centro de la ciudad y al cierre por unas horas de una avenida por el Día Mundial sin Coches. Y listo. Ya, después, hasta el año que viene.

Sin embargo, la movilidad activa y no contaminante es un asunto de salud pública. Una importantísima oportunidad económica, laboral e industrial de futuro para nuestra sociedad. Y una tarea colosal de pedagogía por el interés general. Por ello, como en todo proceso educativo, requiere de constancia, de prioridades. De establecer objetivos claros. Determinar el punto de partida. Diseñar una programación realista. Reprogramar si es preciso durante el proceso. Consultar experiencias exitosas de otros territorios. Dar voz a los expertos. Aplicar criterios científicos y técnicos. Recopilar datos y evaluar. Analizar los resultados con indicadores objetivos. Dar publicidad de los logros y los malogros. Determinar el impacto social. O implicar a los agentes sociales clave para garantizar la máxima notoriedad.

Desde aquí conminamos a celebrar la SEM. Acudamos en masa. Disfrutemos de una semana de actividades por y para el peatón o la bicicleta. De rutas, conferencias o jornadas profesionales sobre movilidad o el diseño urbano. Es una buena actividad en la guerra cultural que tenemos que librar contra el goliat de la industria del petróleo y del automóvil privado. La constatación de que la movilidad sostenible es también, o sobre todo, muy divertida. Pero no olvidemos que el verdadero trabajo en materia de movilidad empieza cuando se hayan apagado los focos del parque de atracciones de la SEM. Y para ello se requiere de planificación, seguimiento, inversión y análisis de resultados. Y dar cuenta de los éxitos y fracasos obtenidos en el proceso.

Nos va nuestra vida y la de nuestras hijas e hijos en ello.

Y ahora, a andar y pedalear, ¡qué son dos días!

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Manon y Julio han recorrido medio mundo en bicicleta y están empeñados en montar al otro medio sobre dos ruedas para propagar los beneficios de la movilidad activa. Discípulos de Malabrocca, llevan lustros investigando sobre intermodalidad, urbanismo, mecánica o educación. Siempre en y sobre sus velocípedos. Como profes que son, les encanta aprender. Están convencidos que esto de la movilidad activa es la solución a la insoportable levedad del ser en la era del petróleo. Para ello han puesto a pedalear todo lo que han aprendido en su formación en sociología, economía, pedagogía, turismo o gestión cultural. Y han metido todo en una coctelera para fundar Revelociona SCA. Los de Cordópolis les han dejado esta esquinita para compartir los paisajes, análisis y resultados que ven desde su manillar.

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