El Gran Capitán y el 15m
Diría que tenemos los dioses que nos merecemos, si no fuera una simpleza de frase, una de esos homenajes a lo existente y sin embargo injusto que abundan en las culturas conservadoras como la nuestra. Y es que a Ganemos Córdoba se le ocurrió la idea de proponer que se pusiera una placa en recuerdo del 15m en el templete del bulevar de Gran Capitán, uno de los lugares en el que nos reunimos hace ahora cinco años para decirle a esta banda que nos gobierna que dejara las cosas donde estaban y se retirasen, que ya nos habían fastidiado la vida lo suficiente, y que ni esforzándose podían gastarse el botín del saqueo continuado a que nos han sometido los últimos años. Cualquiera que viaje un poco o hable con algún que otro extranjero sabe que las dos grandes aportaciones de nuestro país en los últimos años son, por un lado el 15m, una referencia que despierta admiración y se cita como pionera, tras las primaveras árabes, de diversidad de movimientos que llegan a la actual Nuit Debout parisina; y por otro, contar con una de las clases políticas más corruptas de los países de la OCDE.
Como era de esperar, la gran coalición de PSOE, Ciudadanos y PP no se sumó a la cosa. Mira que tenemos placas de vates y próceres desconocidos, sacerdotes intercambiables, y hechos irrelevantes por nuestra ciudad, pero no les pareció que la lucha por la democracia, la batalla contra la corrupción, y el empoderamiento de la ciudadanía fuera asunto para tanta alharaca. Claro que va nuestra ciudad y le dedica nuestra arteria central a un personaje, el susodicho Gran Capitán, que dedicó su vida a pergeñar métodos de destrucción masiva contra el moro, y no íbamos a ensuciar tan emotivo homenaje con una placa a la gente que se esforzó para que las españolas y españoles recuperásemos un país que nos andaban sisando entre unos cuantos.
El Pleno fue de traca, se puso el PSOE con su típico juego de sí pero no, que al final va a ser que no que se nos enfada el señorito; y nuestro querido PP, por si a alguien le quedaba alguna duda de su recio pensamiento, diciendo que más se lo merecía la Brigada Guzmán el Bueno (sic). Pensaba yo que algo de debate ciudadano habría, que saldrían los opinadores a defender la memoria de aquel movimiento, pero ya se ve que no. Entre homenajes y ditirambos a Miguel Castillejo (otro de nuestro particular santoral), el divorcio de El Cordobés, y las informaciones copa en ristre sobre la cata de Montilla, y no sé qué espectáculo del duende y el caballo andaluz, no les ha quedado espacio para más. El 15m tendrá que esperar, y nosotros a conformarnos con las ensoñaciones imperialistas del Fernández de Córdoba, y nuestra proverbial servidumbre ante los poderosos. Otra vez será.
Nota: Sí, el Gran Capitán es ese que con su caballo molesta tanto en Las Tendillas cada vez que se intenta organizar algo en la plaza.
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