Ciudad Código
Pablo y Toni
A Pablo Gallego (el de su izquierda) se le entiende muy bien lo que dice, lo difícil es saber de qué está hablando. El problema y la virtud de Pablo es que se formó en Valencia, y ya sabemos que de allí no sale nada sencillo, todo tiene el estilo prolijo de una falla. Cuando estás con el ninot de El Bigotes en la rodilla del gigante, él ya va por el brazo en el que está Camilo Sesto, así que el contexto te sirve de poco para hallar las coordenadas de la conversación. Si hablas con él puedes elegir seguirle en ese proceloso camino lleno de apariciones, o especializarte en cazar instantes al azar, al menos uno de cada tres será valioso. Pablo ha estudiado educación física, es diseñador, ha trabajado de camarero y volvió a Córdoba como maestro de esgrima, no sé en qué orden, probablemente en ninguno. Tiene uno de sus trabajos (la señalética de Viana) en el Museo del Diseño de Barcelona, que aún no existe pero él ya está allí, y sabe de marcas, diseño y en general de tendencias sociales lo que no está en los escritos.
A Toni Castillo (el de su derecha) lo conozco poco, y creo que él lo prefiere así. No sabemos lo que es, a mí me parece un artista, pero no sé si él se ve así, y es de los pocos que en la ciudad se mueven en esas aguas pantanosas de la programación, el arte generativo, la creación y el diseño. Tiene un aspecto fantástico para ser lo que le de la gana ser, ahora los veo a los dos trabajando y me imagino que ambos a la limón podían perfectamente ser los malos de Torrente 6.
Ciudad Creativa y Eutopìa
Pero en lugar de eso lo que hicieron el pasado 30 de septiembre fue contarnos que las imágenes que vemos, los logotipos y marcas a los que estamos acostumbrados, son pura arqueología. Bueno, lo que realmente hicieron fue realizar una sesión pública de trabajo con código creativo abierto en el que generaron un mapa de la ciudad, o más bien, crearon un procedimiento, una instrucción, (a Pablo le pone esa idea de que un procedimiento sustituya a un autor) para que ésta generase un mapa de la ciudad (no os perdáis el video del final). Con una aplicación de código abierto (Processing), un poquito de corta y pega, y mucha cabeza, crearon una imagen dinámica y sensible a variaciones como la nubosidad de la ciudad que tenía algo de hipnótico, una abstracción que refuerza su capacidad simbólica con la relación directa con lo real a través de los datos (aquí tenéis un resumen de la intervención). Algo está pasando (si, ya sé que hace tiempo, algún lector enterado siempre me sale…) en esa intersección entre la tecnología, la participación social, lo real, lo virtual y el arte, que va a hacer que las imágenes que construirán el futuro cercano se parezcan poco a las que nos han construido a nosotros. Desde ya, esa creación está accesible para que quien quiera se atreva a hacer variaciones modificando las datos subyacentes y las variables de cada elemento, obteniendo nuevas versiones, copias o clonaciones.
El acto fue el primero de Eutopía 2014 y fue sugerido y organizado por Ciudad Creativa, un grupo de personas ente las que me encuentro, a los que nos gusta provocar. Eutopía es un gran nombre, un superviviente de la ambición de otros tiempos, que está en constante proceso de construcción/deconstrucción y eso es lo mejor que le puede pasar, una cita que ha pasado de la grandilocuencia a la espeleología. Hay citas culturales que son como el cambiador de bebés cuando el niño tiene cinco años, está viendo uno como se las quita de encima y no es fácil porque todo tiene sus seguidores, y otras son la imagen de la ciudad o la posibilidad de su futuro. En Córdoba hay de todas y está faltando una revisión a fondo de una oferta que se construyó por aluvión por aquello de 2016, pero a ver cómo y en que foro se sientan las instituciones a hablar de eso.
Iago y las lechugas
-Mira Iago que buena queda esta lechuga en el bocata
-Las lechugas son para los caracoles
https://www.youtube.com/watch?v=K6sMD6240Lg&feature=youtu.be
0