Resiliencia
Hace ya más de un año que pude escuchar a Ignacio (Nacho) Muñoz en el I Start Up weekend de Córdoba hablar de resiliencia. A partir de ese momento el concepto comenzó a ocupar sitio, a ensanchar, a hacerse cada vez más presente. Hasta que la semana pasada se corporeizó, si se me permite el palabro, en la quincena de trabajo que tuve la oportunidad de pasar “a bordo” del programa Ciudad-Ciudad de ONU-Habitat*.
capacidad de hacer frente a las adversidades, superarlas e, incluso, ser transformados por el propio proceso
Indudablemente, los resilientes tienen mucho camino de adelanto respecto a los no resilientes, sobre todo en momentos de crisis como el que vivimos. Y por extensión, las estructuras urbanas resilientes, compuestas por edificiaciones y gestionadas por personas con la misma capacidad, tienen mayores posibilidades de salir victoriosas de aquellas situaciones críticas a las que puedan verse enfrentadas.
Tenemos más o menos claro el concepto de resiliencia aplicado a las personas, y podemos colegir más o menos fácilmente lo que significa para una ciudad expuesta a situaciones de riesgo natural, por ejemplo un huracán o un movimiento sísmico, ser una ciudad resiliente. El concepto está ampliamente estudiado y se comienza a imponer como apellido alternativo al de “ciudad sostenible” o “ciudad inteligente”, pues tiene un poco de todo ello. No solo es resistencia, no sólo es adaptación, no solo es transformación, es un poco de todo eso.
Pero, aplicado el concepto a nuestra realidad de ciudad europea no expuesta estadísticamente a amenazas naturales graves (crucemos los dedos) ¿que aprendizajes podemos sacar? Nuestra catástrofe no ha sido natural si no económica. Tiene la ciudad capacidad para hacer frente al tsunami que representa el paso del tiempo sin inversión en su patrimonio cultural, tangible (patrimonio construido) e intangible (convocatorias y expresiones culturales de toda índole). Este tipo de situaciones ponen en juego capacidades de la ciudadanía para no dejar que este tejido se deshaga.
Y en Córdoba estamos presenciando ejemplos que ponen de manifiesto que esta capacidad de resiliencia está muy presente: El Arsenal, Vertebro Teatro, Córdoba Esfera, Urban Knitting, Urban Sketchers, La casa de Tomasa, La bodeguita del 6, etc.
El cuerpo resiliente cordobés está en forma.
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