Doñana: las moscas nunca abandonan el pastel
Cuando la memoria es relativamente reciente solemos apoyarnos en la experiencia vivida para realizar el relato. Y más, ahora, cuando nuestro conocimiento es cada vez más fragmentario. No está de más arriesgarse en este tiempo en el que la experiencia no goza de gran autoridad ni prestigio (todo sucumbe frente al experimento).
Era un niño cuando Doñana fue declarado Parque Nacional (1969) y alcancé la mayoría de edad cuando se aprobó su ampliación (1978). Poco más tarde, aprobada mi primera oposición, la UNESCO declaró el Parque como Reserva de la Biosfera (1981). Un año antes se publicó una noticia breve en la que la denominada Estación Biológica de Doñana alertaba del peligro de contaminación derivado de las actividades mineras del entorno (1980). Tuve información, recién constituido el Parlamento de Andalucía, de la creación de una Comisión Permanente para el seguimiento, investigación y control de las presuntas actividades irregulares ocurridas en el Parque Nacional de Doñana (1983). Era una época de tensión y reivindicación competencial. Una reseña del periódico informaba del nombre de la empresa que acababa de comprar la explotación de Minas de Aznalcollar: Boliden-Apirsa (1987). Tiempo después se hará muy famosa. En 1989 la compañía Unión Fenosa anuncia que “está buscando” hidrocarburos en Doñana y su entorno. Estas noticias se alternan con el permanente anuncio de proyectos y trazados para la carretera Huelva-Cádiz (naturalmente todos esos anuncios iban acompañados del compromiso de no dañar Doñana y su entorno). Doñana es un gran y suculento pastel al que no paran de acudir las moscas.
Las Dunas del Asperillo son uno de los parajes más hermosos de Doñana. Ahí se proyecto un enorme complejo urbanístico: Costa Doñana (32.000 plazas hoteleras, 1.000 chalets y 2.000 apartamentos). Entre sus promotores estaban reconocidos empresarios que presumían de tener excelentes contactos políticos. Era el año 1990 y esa noticia provocó la realización de mi primer Informe documental sobre Doñana. Un trabajo exhaustivo que reunía la legislación vigente, jurisprudencia, actividad parlamentaria, normativa internacional, documentación científica... Fue un buen trabajo profesional. En la calle se constituyó la plataforma Salvemos Doñana con la pretensión de avisar del peligro de las moscas y los riesgos del pastel. Lo lograron aunque fueron ridículamente acusados de ser cómplices del empresariado turístico malagueño. Ay! En 1994, mientras las moscas revolotean cabreadas por no haber alcanzado el pastel, la UNESCO declara Doñana como Patrimonio Mundial. En 1995 la compañía REPSOL anuncia un proyecto de gaseoducto. Más moscas. Un hombre, Manuel Aguilar, denuncia irregularidades en la balsa de residuos de Minas de Aznalcollar. Esta denuncia la presenta, en 1995, ante los órganos competentes de la administración. Había sido jefe de carga y descarga de la empresa. Fue valiente y alertó.
Sanlúcar Golf Country Club es el “castizo” nombre de un nuevo proyecto urbanístico. Estamos en 1996 y se pretende construir un puerto fluvial sobre el Guadalquivir, 3.000 apartamentos y un campo de golf. Las moscas son espantadas (momentáneamente) y vuelven a la carga años después con otro nombre menos original: Sanlúcar Club de Campo. En 1998 sucede la tragedia. La balsa de residuos de Minas de Aznalcollar revienta. Un escándalo mundial. Todas, todas las autoridades manejan una consigna: ¡Doñana no ha sido dañada! Las moscas están escondidas durante un tiempo. Nuevo siglo. Moscas más atrevidas. En 2003 la refinería Balboa presenta públicamente el futuro trazado de un oleoducto Extremadura-Huelva (naturalmente afirman que no dañará Doñana. Las moscas atentas. En 2009 se inicia un extraño juego: el presidente del Consejo de Participación de Doñana, Ginés Morata, biólogo y Premio Principe de Asturias de Investigación Científica, es cesado. Lo sustituye Felipe González, ex Presidente del Gobierno. Dura poco. En 2010 dimite y es nombrado miembro del consejo de administración de la compañía Gas Natural Fenosa. Ese mismo año se aprueba, por el Ministerio de Industria, la construcción de un oleoducto y cinco pozos de extracción de gas a la empresa Petroleum Oil & Gas España (filial de Gas Natural Fenosa). Es la misma empresa que el pasado mayo de 2016 presentó cuatro proyectos de transporte y almacenado de gas natural. En mayo se aprobó uno de los proyectos denominado Marismas Occidental. En agosto de este año han comenzado las obras... Las moscas están como locas. El pastel está a un tiro de piedra. ¡Salvemos Doñana!
Nota:
Recomiendo a mis amigos modernos que vean con atención la película “En tu cabeza”. Están todos los actores de moda: Hugo Silva, Rossy de Palma, Daniel Guzmán, Ana Morgade, Fernando Tejero, Michelle Jenner... solo falta Dani Rovira. La propaganda de la película, presentada en el Festival de San Sebastián, dice: “Andrea es una joven habitante del futuro cuyo trabajo consiste en meterse en nuestras cabezas para concienciarnos sobre la importancia que tiene la eficiencia energética para preservar el medio ambiente (...)”. La película está producida por GAS NATURAL FENOSA. ¡Ay!
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