A tomar viento
Reconocerán que cansa ya esto del tiempo. A mí al menos. ¿Cuánto tiempo, en minutos, le dedican los medios al día? Informativos y espacios propios. Seguramente, más de lo necesario. Intuyo que ocurren en el mundo cosas bastante más importantes, decisivas, y vitales para nosotros, que aquellas que pasan por encima nuestra. Cansa la plasta con que insistentemente nos enumeran la retahíla diaria de catástrofes bíblicas, de aquellas que tienen a los meteoros del cielo como protagonistas directos de nuestras desgracias, que la más de las veces tiene que ver con nuestra propia responsabilidad.
Tal vez así se entienda que el menda encargado de hablarles del tiempo pase numantinamente de su propio cometido. Tal vez, encuentre bastante más importante, o simplemente divertido, hablarles de la absurda carrera en la que toda la especie humana anda compitiendo por su propia extinción. Así, podría hoy, soltarles un inmoderado saco de exabruptos dedicado a aquellos vecinos que pretenden enjaular su propio saco de miedos infundados, tras una valla de 400.000 euros, en un barrio, el mío, que más que enjaular debería combatir, desde la raíz, un problema estructural, que tiene en el paro su razón de ser. Tal vez, podría dedicar esos mismos exabruptos, a las siglas que interesadamente quieren encabezar una protesta, que por más de razonada, no se encabezó cuando los gastos inútiles eran firmados por los de su propio partido.
O puede que por una vez, lo que ocurre en nuestros cielos sea tan divertido y potente como para ponerlo en un primer plano. Lo cierto es que desde finales del pasado año, la dinámica atmosférica del Hemisferio Norte está teniendo un comportamiento un tanto peculiar, que este que les escribe, al menos, no sabe identificar como normal o no. Lo cierto es que la sucesión de profundas borrascas atlánticas a la altura de las Islas Británicas, debe estar batiendo registros históricos en cuanto a frecuencia en la activación de avisos meteorológicos. El responsable de esta situación, que tiene día sí y día no a Salvamento Marítimo patrullando el litoral cantábrico, debe andar en lo que sea que ande alimentando las borrascas que se originan en Terranova. La mezcla que allí se hace entre las corrientes oceánicas del Atlántico medio, y las poderosas masas de aire polar ártico, viene alimentando auténticos monstruos barométricos que no encuentran oposición alguna en su recorrido oceánico.
Esa es la dinámica que hemos tenido, y esa es la dinámica que parece vamos a seguir teniendo. Auténticos bichos meteorológicos que se crean en Estados Unidos y que azotan Europa en forma de ola de 13 metros. Como la crisis. Un auténtico vendaval que nos está dejando unos decentes registros pluviométricos con componente de noroeste, una rara entrada de nubes para esta región, que tiene en la lluvia mansa, calaera, norteña, una característica huella que empieza a verdear las piedras de la ciudad. Y que si San Cucufato media, podría empezar a devolvernos la diversión de hace un año, de volver a atisbar el desastre en las puertas de esta ciudad de discretos.
Y es que seguirá lloviendo. Y bastante. Seguiremos teniendo esa sucesión de frentes que poco a poco, puede que vayan asimilando el presente mes, a los magníficos registros que se alcanzaron el pasado año. Pero eso, amigos, sólo debiera ser de interés para los freaks del tiempo. Al resto de seres normales que habitan el planeta, lo que en verdad debiera importarles es saber lo que pasa al otro lado de su puerta, y mandarnos a nosotros, a los del tiempo, a tomar viento.
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