Tu ausencia, tu ejemplo

Para Mila y por el Pueblo Cubano.

Quedaria: Como escribió el premio nobel José Saramago, permítanme que, “con el corazón pesado y la pluma temblorosa”, me dirija a Mila, la viuda de Juanjo, y a sus hermanos Araceli, Lorenzo y Lola, para ofrecerles mi más sentido pésame por la irreparable pérdida que han sufrido. La partida de Juanjo ha dejado un vacío immenso en el corazón de todos aquellos que tuvieron la fortuna de conocerle, y no hay palabras que puedan aliviar el dolor que sienten.

Pero, más allá de la tristeza, quiero celebrar la vida de Juanjo, ese “ser humano más noble y solidario” que Mila ha descrito con tanta razón. “Sus 20 años juntos fueron una verdadera bendición, y el amor y la amistad que compartieron” son un legado invaluable que durará siempre.

 En medio del dolor, también quiero expresar mi más profunda indignación por la injusticia que sufre Cuba. Es inaceptable que un país que ha dado tanto al mundo, en términos de medicina, solidaridad y amor, no esté recibiendo la ayuda que necesita en su momento de necesidad. El hecho de que otros países hayan bloqueado la ayuda a Cuba, privándola de medicamentos y equipos esenciales, es un vergonzoso reflejo de los tiempos que vivimos.

Pero, como dijo Mila, no debemos perder la esperanza. Debemos seguir luchando por lo que es justo, y exigir a nuestros gobiernos, incluidos España y a la Unión Europea, que tomen medidas para proporcionar la ayuda necesaria al pueblo cubano. Hay que enviar contenedores de medicinas, alimentos y colchones, y hay que hacerlo ya. El pueblo cubano no es un pueblo más, es un símbolo de resistencia, amor y solidaridad, y merece nuestro apoyo.

Querido Director, le ruego que publique esta carta, no sólo como un homenaje a Juanjo y Mila, sino también como una llamada a la acción a todos aquellos que la lean. Permanezcamos unidos y exijamos a nuestros gobiernos que asuman la responsabilidad de su inacción. Mostremos al mundo que nos importa, y que no nos quedaremos de brazos cruzados mientras se deja sufrir a un pueblo noble y solidario como el cubano.

Sé que el camino por recorrer será largo y difícil, pero tengo fe en el poder del amor y la solidaridad. Tengo fe en el espíritu humano y sé que juntos podemos cambiar las cosas.

Apoyemos a Cuba, apoyemos a Mila y apoyemos a todos aquellos que lo han perdido todo. Demostrémosles que nos importan, que estamos aquí para ellos y que no les abandonaremos cuando lo necesiten.

Marquemos la diferencia, hagamos un cambio, y mostremos al mundo que el amor y la solidaridad pueden vencer incluso los tiempos más oscuros.