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Bienvenido Mr. National

Antonio Monterroso

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(El Golpe sobre la Córdoba Romana del documental del National Geographic)El Golpe

No se si invocar el Bienvenido Mr. Marshall de Berlanga o el Golpe de Roy Hill con Robert Redford y Paul Newman, al final los dos, para definir la picaresca de documental que tantas semanas nos ha tenido en expectación y en vela. El verdadero show que tanta y tanta publicidad ha tenido. Laser scan, Georradar, técnicas de ultima tecnología para desvelar los secretos escondidos de la Córdoba romana. ¡Os vamos a colmar en patrimonio, cordobeses! Nada de sofisticado, un pucherazo de toda la vida. Churros congelaos en vez de jeringos, salmorejo de bote, nos han pagado con nuestro dinero y se han ido de largo.

Toda la vida haciendo tesis doctorales, excavaciones, artículos, carreras arqueológicas que condicionan nuestras vidas, sudores, espaldas, pieles… y llega un zahorí desde ultramar, con una varita de avellano en forma de espada Láser, y nos reconstruye en veinticinco minutos los misterios de la Córdoba romana; si seremos catetos, que no lo hemos hecho antes. En la faz la hez, venga la hez aquí, que merecido lo tenemos.

Los que ocurre, es que únicamente algo es misterioso, cuando no se conoce, claro. He buscado en las bases de datos científicas, google scholar, Clarivate, o Scopus, etc, qué curriculum tiene este usufructo de arqueólogo del NG llamado Fabio Esteban Amador. Sólo aparece en la última y sin producción científica alguna.  Busqué también qué experiencia tiene en el mundo romano y andalusí como para atreverse con toda la Córdoba arqueológica, ahí es nada: cero. Un rosco. Les aseguro que cualquier arqueólogo de Córdoba, y los alumnos del Grado de Historia de la Facultad de Letras, saben mucho más de arqueología y de Córdoba que este buen Amador que se ha quedado con todo el personal. Muchos alumnos lo hubieran hecho increíblemente mejor. Sin embargo, así los tratamos: alabando toda una oda al fomento de la ignorancia de Córdoba, como la que nos ha zampado a boca abierta el National Geographic.

Lo de este artefacto de documental afrenta además la propiedad intelectual de algunos arqueólogos. Es notablemente grave, porque se hace violentando y manoseando el estatus histórico de la Córdoba romana. Es burdo, porque se obvian y silencian otros enclaves arqueológicos de Córdoba, que podrían haber entrado con más tango que alguno de los incluidos. Finalmente, y esto es lo más importante, es desolador, porque nada menos que un catedrático de Arqueología y una directora del Museo Arqueológico amparan un falso, una desinformación, una falta de preparación y una simplificación de nuestra profesión arqueológica y nuestro patrimonio como pocas ha habido en Córdoba. Y si no fue así, tendréis que emprender acciones contra la empresa. En Córdoba, en general, sabemos manejar esa “nueva” tecnología de sobra y además tenemos formación para investigar los monumentos. Pero nos hacía falta un paseante que nos lo luzca y nos lo farde.

Ninguna recreación virtual sobre monumentos de la Córdoba romana de las que aparecen en el asunto está hecha por el National Geographic. Ninguna es nueva. Sólo son de ellos las nubes de puntos que capta el laser en algunos lugares, su máscara coloreada, y los gráficos innecesarios, que aparecen y desaparecen como la gaseosa, sin significado ni razonamiento alguno. Todo eso lo hacen algunos alumnos bastante mejor, con el debido conocimiento y encima lo publican en revistas científicas. Todo el virtual, es cosa de la Arqueología Somos Todos de Desiderio Vaquerizo. Esas recreaciones están realizadas con la información investigada por él y su equipo y también por otros arqueólogos de Córdoba silenciados en este documental. Esa información ya existía y aquí se pone, yo creo que se malgasta, al servicio de este ignorante enamorado con la varita de humo en ristre, eso si, marca National Geographic.

Esa Córdoba romana tan burdamente presentada, está hecha sobre el sudor y la espalda de muchos arqueólogos, que por supuesto no se citan, ni tan siquiera con una frase de modo general. Sobre nuestro teatro romano, asesores, ya que os lo quedais, por lo menos ponedlo entero como fue, y no como sale. Que no es, ni de lejos, en algunas imágenes, el de Córdoba. Querida Lola: La maqueta que dejáis que os birlen, la que tiene la misma interpretación que Ángel Ventura le cedió a Vaquerizo para su vídeo 3dno es del National Geographic, ni siquiera del Museo: como sabes, es obra artesanal de J. Antonio Ortega Anguiano a dictado científico de Ángel Ventura pagada por la Universidad de Córdoba y donada al Museo en 2002!!!!. Lo que únicamente es del museo, y no de este buen Amador, es el 3d de las estructuras, aunque lo hizo la U. del Pais Vasco creo por encargo tuyo, y que no aporta nada nuevo a la interpretación del teatro.

Me pregunto: cuando hablemos de divulgación patrimonial, ¿qué tenemos que enseñar ahora en clase? ¿A readaptar, acumular y esquilmar ideas como se hace y se permite aquí? ¿Les tenemos que decir además a los alumnos que Córdoba se reconstruye sin la más mínima formación, que cualquiera con amor sabrosón, un cuaderno y un láser puede hacerlo? ¿Que la arqueología es la patraña que vimos ayer?

Sobre todo, hay un rubor y un camelo mayores en esta historia, para finalizar: ese que dice que Córdoba fue igual o más que Roma. Y ese que proclama que la Córdoba andalusí nunca sería lo que fue sin la Córdoba romana. Como si la Mezquita le debiera algo a alguien. Como si hubiera que enfrentar una Córdoba a otra.

Todo ello nos hace ser una verdadera tasca como ciudad más allá del Muriano: un verdadero sarcasmo que ya tiene una difusión imparable de sus jaramagos. No Marca, sino una verdadera Muesca Córdoba, para risa de muchos, es este “documental”. Toda una verdadera metodología sobre cómo “divulgar” el patrimonio arqueológico de Córdoba.

Ni La Trinca hubiera hecho un guión mejor.

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