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Las seis mujeres que rompieron techos de cristal en la Escuela Politécnica de Belmez

100 aniversario de la Escuela Politécnica Superior de Belmez

Alejandra Luque

18 de abril de 2024 20:26 h

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Mercedes entró por primera vez en la Escuela Politécnica Superior de Belmez en 1971, dos años antes de que el centro formara parte de la Universidad de Córdoba. Junto a ella, otras cinco jóvenes decidieron que su futuro estaba en la Ingeniería de Minas. Poco a poco, eran más las mujeres que decidían embarcarse en esta carrera, profundamente masculinazada. Pero, mientras la sociedad les cerraba las puertas para ejercer como ingenieras, la Universidad se las abría. Fue así como Mercedes, Francisca, Mari Carmen, Esther, Cori y Magdalena se convirtieron en las seis únicas alumnas que, después, fueron trabajadoras de la escuela. Un mural en el edificio Emilio Iznardi, anexo a la escuela, recuerda para siempre sus nombres por haber batallado contra una sociedad que las echaba a un lado.

Ellas han sido este jueves las protagonistas del acto inaugural de las actividades programadas para conmemorar el 100 aniversario de esta escuela. Durante la dictadura de Primo de Rivera, el rey Alfonso XIII decidió, en 1924, trasladar desde Vera a Belmez la Escuela de Minas, ha recordado el actual director, José Ramón Jiménez. Así nació la Escuela Práctica de Obreros Mineros, en la plaza del Santo de la localidad, trasladándose en 1977 al edificio donde hoy se encuentra.

Ya entonces, Mercedes Ñúñez Demaniel se encontraba trabajando en la escuela, a la que entró en 1971. Tras completar sus estudios como ingeniera de minas, obtuvo el premio Fin de Carrera. Después de 38 años como docente en el centro, se ha jubilado. El haber estado casi media vida entre aquellas paredes le hace reafirmarse en que la escuela ha sido su “casa”, “su mundo”.

Ella fue la primera alumna que después ejerció como profesora. Echando la vista atrás, en aquel momento “no era consciente de lo que estaba consiguiendo”. No obstante, no hay que olvidar que estas seis mujeres encontraron trabajo en la Universidad porque las empresas a las que acudían, estando tan preparadas como sus compañeros, les decían que no por el simple hecho de ser mujer. De hecho, Mercedes afirma que antes de empezar a trabajar como docente universitaria se planteó “trabajar en la empresa privada, pero siempre” se encontraba con el no por delante.

Pese a estudiar Ingeniería Técnica de Minas, nunca fue profesional “en el campo de batallas, pero sí de la docencia”, por lo que anima a todas aquellas jóvenes que estén dudando en estudiar una carrera STEM (Ciencias, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas). “Que estudies una carrera determinada no significa que vayas a acabar trabajando en ella. A todas esas chicas, les diría que sigan adelante y que nunca digan que no a nada de lo que se les presente porque, posiblemente, sus destinos estén en el punto menos pensado”.

Dos años después entró Francisca Pérez Taboada y en 1977 comenzó a trabajar como maestra de talleres. Hoy también está jubilada, aunque sigue ligada a la Universidad a través del Centro Integeneracional. En el recuerdo de todos los asistentes ha estado Magdalena García Alcántara, que en 1974 comenzó sus estudios y desde 1978 a 1997 fue técnica de laboratorio.

Otro testimonio de vida que ha arrancado las risas y los aplausos del auditorio ha sido el de María del Carmen Moreno Soriano, estudiante en 1979 y trabajadora de la escuela desde 1985 hasta su jubilación. Ha ocupado diferentes puestos, como los de secretaria académica y directora adjunta a la residencia universitaria de Belmez, y ha tenido recuerdos para dos directores de la escuela: Germán Castro y Rafael Hernando. “Ellos fueron los que nos dieron la oportunidad para poder trabajar cuando las empresas nos la cerraban”, ha denunciado esta mujer, que ha contado auténticos episodios de discriminación laboral, como ser rechazada para un puesto por ser mujer pese a que la empresa reconocía su valía.

Cabe señalar que de los 15 directores que han presidido la escuela, solo una ha sido mujer: Francisca Daza. Y a ella también se han referido las premiadas. Pese a no ser ingeniera, “llegó a ser la primera y la única mujer directora de la escuela”, ha recordado María del Carmen.

Quien también fue pionera fue Cora Castillejo González, la primera bibliotecaria de la escuela, ya que en 1989, el centro carecía de este puesto. “Recuerdo que era la diferente en la Biblioteca Universitaria dado que las demás procedían de la rama de Humanidades”, ha expresado. En su currículum también está el haber sido la primera secretaria académica de la Universidad siendo personal de administración y servicios, ya que este cargo “siempre había sido desempeñado por profesores”. Tanto Cora como Esther Jiménez Gómez siguen en su puesto de trabajo, esta último, como Técnico Especialista de Laboratorio.

Evolución de la escuela

A lo largo de los años, la escuela ha adoptado diferentes nomenclaturas y ha ido ampliando sus estudios. Junto a este centenario, este año también se conmemora el 25 cumpleaños de la primera promoción de Ingenieros Técnicos de Obras Públicas, estudios que fueron aprobados en 1999. Gracias a la elevada demanda de estos estudios, la escuela alcanza más de 1000 alumnos matriculados en el año 2009, lo cual demuestra la gran actividad académica del centro.

El cambio de la ordenación de las enseñanzas oficiales motivó que en 2010 se aprobaran los Planes de Estudio de las titulaciones: Grado en Ingeniería Civil (IC) y Grado en Recursos Energéticos y Mineros (IREM), con una duración de cuatro años, siendo su Director José María Fernández. En 2011 se aprueba impartir el Doble Grado de IC y IREM de 5 años de duración, y desde el curso 2017/2018 se imparte el Máster Interuniversitario en Ingeniería de Minas y el Doble Grado IC e Ingeniería Eléctrica.

Retos

Sobre el futuro de la escuela, su director ha hecho alusión a varias cuestiones. La primera, el relevo generacional. “Es muy importante que los egresados puedan formarse en el centro porque ellos son la escuela”, ha señalado, aludiendo también a la necesidad de mejorar algunas infraestructuras “que datan de 1977”. Trabajar por la internacionalizaicón, apostar por la docencia en inglés, la formación dual y a distancia, así como mejorar los laboratorios para ofrecer docencia “de vanguardia” han sido otros de los retos a los que se ha referido al director.

Durante este año, la escuela tiene previsto multitud de actos para conmemorar la efeméride, como exposiciones -una de ellas, itinerante-, participar en ferias, jornadas flamencas, un espectáculo ecuestre en la plaza de toros del municipio, una cata de vino Montilla-Moriles, un concierto sinfónico del Coro Averroes, torneos deportivos, un concurso de dibujo y un reencuentro de antiguos alumnos.

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