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Vicky López: “El bajón de las expectativas del 15M ha sido muy grande”

Vicky López, concejal de Ganemos Córdoba | ÁLEX GALLEGOS

Juan Velasco

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El último mandato (2015-2019) en los ayuntamientos españoles seguramente se acabe estudiando en las universidades como un fenómeno electoral que ha sido, a la vez, significativo e irrepetible. Un periodo en el que, después de décadas de bipartidismo casi perfecto, la foto fija de la España roja y azul se fragmentó y por las grietas se colaron otros colores. “Los ayuntamientos del cambio”, es el nombre en el que se reconocen aquellas ciudades que desalojaron al PP aunando propuestas de izquierdas y sumando concejales de distintos partidos, muchos de ellos, novatos en la política municipal.

Qué duda cabe, la mal llamada “nueva política” ha quemado algunos puentes, ha sacado las costuras a algunos partidos, ha descubierto alguna estrella y ha apagado a otras. A Vicky López, concejala hasta mayo del Grupo Ganemos en el Ayuntamiento de Córdoba, se la puede ver, como decía la canción de Robert Altman, andando entre las cenizas de los puentes que tendió. Su entrada en el Ayuntamiento de Córdoba hace cuatro años fue fruto de una anomalía -una agrupación de electores que acaparó miles de votos-, que a su vez fue fruto de una anomalía aún mayor: el 15M, un movimiento ciudadano capaz de marcar la agenda política de un país que parecía inerte al desconcierto, y que se despertó de repente en las plazas.

Su salida del Ayuntamiento será igualmente anómala porque no habrá ruido. El comunicado en el que López renunciaba a optar a un segundo mandato no ha levantado apenas polvareda en Córdoba en un momento en el que los partidos y agrupaciones de izquierdas todavía están pensando qué quieren ser en el nuevo ciclo electoral y en el que su fragilidad está más expuesta que nunca. El hecho de que ni siquiera los rivales políticos hayan aprovechado la renuncia de López para hacer leña del árbol torcido dice también mucho del respeto que se ha ganado en Capitulares, donde ha protagonizado algunos de los más sonados debates dialécticos de la legislatura.

Un día después de que Ganemos apoyara los presupuestos y dos días antes del fracaso asambleario para lograr la confluencia entre Podemos, IU, Equo y Ganemos, López se cita con CORDÓPOLIS en su barrio, el Sector Sur. Lo que sigue es, ni más ni menos, que el relato de uno de los miles de concejales que hace cuatro años, empujados por el 15M, se propusieron cambiar sus ciudades y quisieron hacerlo desde los ayuntamientos.

PREGUNTA. Ahora me imagino que vas a retomar tu actividad médica. Han pasado cuatro años. ¿Cómo esperas encontrarte el sector?

RESPUESTA. La verdad es que espero... Por lo pronto, he trabajado en la medicina desde un sentido amplio. He trabajado como médica de familia, pero también en el ámbito de la investigación y salud pública y como docente. Entonces, tengo ese abanico de posibilidades a la hora de volver. Sé que me encuentro un sector bastante debilitado. Ahora mismo, de hecho, tenemos multitud de huelgas de profesionales porque, bueno, la situación de los profesionales, sobre todo de atención primaria que es a lo que me dedico, está siendo bastante precaria. Y, además, me encuentro con un cambio de gobierno en Andalucía. Así que no sé qué va a pasar a partir de ahora, y desgraciadamente tampoco me espero nada bueno.

P. ¿A ti cómo te puede afectar este cambio de gobierno?

R. Bueno, yo no tengo plaza. Yo estoy en la bolsa temporal de empleo. Así que, si reducen profesionales, pues evidentemente me puede afectar teniendo un trabajo todavía más precario del que normalmente tenemos, con más horas, más guardias, menos sueldos...

P. Es lo que te cuentan tus compañeros, me imagino.

R. Sí. La verdad es que, ahora mismo, hay una situación algo mejor porque faltan médicos porque la gente se ha ido. Porque la situación era tan mala y las condiciones que se ponían eran tan pésimas que la gente se ha ido a otro sitio. Pero si se mantienen estas condiciones, pues evidentemente van a seguir haciendo falta médicos. Porque no es que no haya médicos suficientes, es que las condiciones que ponen son lamentables.

"El Ayuntamiento es un lugar privilegiado para llegar a sitios donde antes no llegabas"

P. ¿Por qué crees que la sanidad andaluza ha sido la que más ha tardado en movilizarse?

R. Bueno, creo que hay otros sitios donde la sanidad ha estado privatizada. Aquí, quizá el problema de las privatizaciones no lo hemos tenido tan presente, aunque sí es cierto que se han aumentado muchísimo los conciertos en la privada. Pero, al final, en Andalucía se ha intentado mantener un servicio público a costa de los trabajadores. Lo que sí estoy segura es de que los trabajadores y trabajadoras son de los más afectados en los últimos años. Y es por eso, porque se ha intentado mantener el mismo catálogo de prestaciones, prácticamente, pero a costa de explotar trabajadores. Entonces, bueno, si han tardado en movilizarse es porque a los sectores precarios les cuesta muchísimo movilizarse y, precisamente, a todas estas personas que están con contratos mes a mes, intentando buscarse la vida, yendo de un pueblo a otro, les es difícil organizarse.

P. En tu caso, has trabajado en atención primaria, investigación y docencia. ¿Cuál es el campo que más te ha gustado?

R. Pues no podría elegir. Cada uno son complementarios. La atención primaria es una ventana al mundo. Porque sí que es cierto que en una consulta de atención primaria, toda la gente que entra llega con una historia y una vida detrás, y te da una dosis de realidad que no me gustaría perder. Pero luego me encanta la docencia. Me gusta mucho enseñar, y más en mi campo. Yo trabajo mucho en desigualdades sociales en salud y esa parte me encanta. Y finalmente, la investigación la veo necesaria para seguir avanzando. Así que... Si pudiese más o menos ir complementando todas, elegiría eso.

P. Parece difícil, las tres están maltrechitas estos días.

R. Sí...

P. De las tres, parece que es la atención primaria la que más podría haberte conectado con el activismo. ¿O ya venía de antes?

P. Ya venía de antes. Yo el activismo lo llevo dentro creo que desde la adolescencia, porque tuve una adolescencia bastante complicada, y creo que con el activismo aprendí mi manera de estar en el mundo. Había cosas en el mundo que yo no era capaz de entender, y el saber que de una u otra manera podía intentar transformarlas me hizo sentir más a gusto.

P. Igualmente, pocos trabajos puede haber más pegados a la realidad que el de pasar consulta.

R. Claro. De hecho, por eso escogí atención primaria. Yo cuando terminé medicina tenía muy claro que quería ser médica de atención primaria, y además dedicarme a la rama de comunitaria, que es un rama muy olvidada. Yo sabía que quería trabajar desde los barrios y desde un sector activista. Yo escogí la atención primaria por eso.

P. Supongo que compartes las actuales reivindicaciones de los médicos de atención primaria. Dicen que son los más olvidados a pesar de que son los que más capacidad de prevención tienen dentro del sistema.

P. Totalmente. Creo que hay un gran fallo en este sistema. Y es que, a pesar de que viene escrito en todos los tratados y en todos los planes estratégicos y en todos lados que la atención primaria es la base del sistema, luego la verdad es que no se da. La atención primaria ha sido la gran olvidada y la única que siempre ha ido disminuyendo en financiación, y es una especialidad a la que no se le presta atención.

"La atención primaria es una ventana al mundo"

P. ¿Y eso por qué?

R. Pues porque no da tantos votos. Es una realidad muy dura, pero es así. Da muchos más votos todo lo que hagas en atención hospitalaria y lo que hagas en inversión en maquinaria que la inversión en atención primaria. Es como si no cumpliera una función esencial, cuando la realidad es que el 80 y tantos por ciento de los problemas de salud de las personas pueden ser tratados desde una consulta de atención primaria. Entonces, si tienes una atención primaria fuerte, tienes un sistema de salud fuerte.

P. Ya me lo has insinuado, pero intuyo que no esperas que la cosa mejore con el nuevo Gobierno Andaluz y con el equipo escogido para dirigir el Sistema Andaluz de Salud.

R. Bueno, el gerente que han traído... Pues la verdad es que sus antecedentes en Castilla-La Mancha no me dan muy buena espina. Yo estuve trabajando unos meses en Castilla-La Mancha. En Calzada de Calatrava, en Ciudad Real. Y la verdad es que la situación allí era bastante dura. Yo me encontraba en un pueblo donde prácticamente no tenía medios para hacer mi trabajo. Y pensar que eso pueda pasar en Andalucía me da mucho miedo. La elección de cargos que han hecho es una declaración de intenciones. Ellos piensan que el papel lo aguanta todo. A pesar de que dicen que van a reforzar la atención primaria y todo lo que han ido diciendo estos días, quiero ver luego todo lo que pasa.

P. ¿Qué año fue ese? Yo conozco Castilla-La Mancha, porque estuve trabajando en Guadalajara antes y después de la llegada de Cospedal.

R. Sí, fue en época de Cospedal. Fue en 2013.

P. Tú tienes un Máster en Salud Pública y Gestión Sanitaria. ¿Por dónde empezarías a meterle mano? Meterle mano que ya suena mal, ¿eh? ¿Por dónde empezarías a gestionar el sistema?

R. Bueno... Puff... ¿Por dónde empezaría? Bueno, creo que hay una cosa básica, que es empezar por aumentar la inversión en salud pública. Salud pública al final es lo que planifica el sistema. Entonces, si no tenemos una buena salud pública es difícil que podamos tener luego un sistema bien planificado.

"Las élites económicas son cada vez más fuertes y eso cambia la configuración de las ciudades"

P. ¿Eso hoy por hoy no lo tenemos?

R. Ni por asomo. Así que por ahí empezaría. Luego también mantendría una educación sociosanitaria. Yo apuesto porque lo sanitario tiene que ir con lo social y la mayoría de los problemas de salud llevan acarreado un problema social. Si tú tienes cualquier enfermedad que te da una discapacidad, si la pata social no la tienes también, volverás una y otra vez al médico o al hospital, porque no tienes esa otra pata cuando te dan el alta en el hospital. Entonces, eso es una de las cosas por abordar. Hay sitios como el País Vasco donde se está haciendo desde hace muchos años y donde funciona muy bien. A eso, le metería mano. Y luego, el tema de la estabilidad laboral. Un sistema sanitario que no cuida a sus trabajadores devalúa la calidad de la atención. Tener trabajadores que muchos de ellos están con contratos temporales no tiene sentido cuando se necesitan muchísimos más. Sacaría plazas y daría estabilidad laboral.

P. ¿Y de cara al usuario por dónde irían los tiros?

R. ¿A qué te refieres?

P. A la relación entre el usuario y la sanidad. Antes hablabas de que lo sanitario tiene que ir con lo social y eso tiene dos patas, la de la propia sanidad y la de la sociedad hacia la sanidad. Esta otra pata ¿cómo la trabajarías?

R. Bueno, hoy en día tenemos un problema que es que a los usuarios les han hecho creer que son clientes y no ciudadanos, y eso hace que se comporten como clientes. En lo único que, digamos, piensan que pueden opinar dentro de la salud es en si debemos tener una determinada prestación u otra o si tenemos un pediatra por la mañana o por la tarde. Pero la realidad es que yo creo que los ciudadanos pueden aportar mucho más. Yo creo que, más que campaña, lo que intentaría es integrar una participación dentro del sistema sanitario. Y una participación de verdad, en la que el ciudadano se sienta parte de las decisiones que se toman ahí, y donde además haya una formación previa. Es que muchas veces, lo primero que demandamos para que el ciudadano pueda participar es que se le forme también en cómo funciona el sistema sanitario. Tú le preguntas a la mayoría de la gente y no tienen ni idea de cómo se financia el sistema sanitario, ni cómo funciona, ni siquiera sabe qué caminos tiene que seguir para llegar a un sitio. Eso no puede seguir pasando.

"A los sectores precarios les cuesta muchísimo movilizarse"

P. ¿La sociedad actual es salubre?

R. No. Rotundamente no. Los mayores determinantes de la salud son los determinantes sociales, y una sociedad plagada de desigualdades no es salubre para nada. Una sociedad donde hay gente que es desahuciada, que no tiene casa, que vive por debajo del umbral de la pobreza, sin acceso a alimentación... Eso no puede ser salubre. Yo creo que lo primero para ser salubre es ser justa.

P. Entiendo escuchándote que la mejor campaña de salud es dignificar las condiciones de vida.

R. Claro.

P. ¿Las condiciones con las que te mueves por la vida son más importantes que salir a hacer deporte o comerte cinco piezas de fruta al día?

R. Claro, porque además desde la sanidad hemos culpabilizado al paciente, y le hemos dicho: “Tú tienes esto porque fumas o porque no te alimentas bien o porque no haces ejercicio”. Pero en realidad las elecciones no son libres. Tú le dices a una persona que se levanta a las siete de la mañana y va a trabajar a un trabajo en negro, tiene luego que ir a recoger a los niños al cole, buscar comida donde sea, volver por la tarde.... Tú no le puedes decir a esa persona que fuma o que no hace deporte “porque quiere”. Eso no es una realidad. La realidad es que los condicionantes de vida son los que hacen que una persona tome unas elecciones o tome otras. De hecho, el índice de fumadores es más grande en la población de menos renta que en la población de más renta. ¿Por qué? Pues porque hay un nivel de estrés que lo provoca. Y desde la nueva salud pública en la que trabajamos desde hace tiempo venimos diciendo que hay que cambiar los condicionantes sociales para aumentar la salud.

P. ¿Esta vertiente de trabajar por la salud es lo que más has echado de menos en estos cuatro años?

R. Bueno, no la he aparcado del todo. Yo he estado como concejala al 75% y conservaba un 25% para seguir haciendo este tipo de cosas. Y luego, al final, esto lo impregna todo. Yo también ponía esta mirada cuando lanzaba políticas desde el Ayuntamiento.

"Una sociedad plagada de desigualdades no es salubre para nada"

P. Te escucho y me cuesta creer que vayas a dejar el altavoz de la política para denunciar todo esto.

R. Ya. Bueno, para mí es un compromiso ético dar un paso atrás. Yo me comprometí por cuatro años y firmé un código ético que decía que iba a estar cuatro años y que podía estar ocho solo si la asamblea me lo permitía...

P. Pero...

R. (se ríe) Sí, yo no he llegado a preguntarle a la asamblea, todo hay que decirlo. Pero para mí, la política no es una profesión. En la política se entra a hacer servicio público durante un determinado tiempo, y luego uno vuelve a su vida. Estoy profundamente convencida de que es así, y de que es bueno que sea así. Y que si un proyecto es colectivo, nadie es imprescindible.

P. ¿Qué es lo que más te ha cambiado en tu trabajo en el Ayuntamiento?

R. Bueno, creo que, por un lado, me ha abierto mucho la mente y me ha quitado muchos prejuicios de encima. Porque el Ayuntamiento es un lugar privilegiado para llegar a sitios donde antes no llegabas. Yo he conocido muchas partes de esta ciudad y a gente de Córdoba a la que quizá no hubiera llegado nunca en mi vida de otra manera. Entonces, eso me ha cambiado bastante. Y, luego, estoy cada día más convencida de que el municipalismo es el camino. De hecho, si yo me metí en esta aventura pensando que el municipalismo podía ser algo para cambiar esta ciudad, ahora estoy totalmente convencida.

"Para mí es un compromiso ético dar un paso atrás"

P. ¿Córdoba es municipalista?

R. (se ríe) Parte sí y parte no. Yo cuando hablo de municipalismo no hablo solo de un ámbito donde ejercer la política, sino que hablo de una forma de ejercerla, en la que hay una democracia directa, hay un derecho a la ciudad, la gente puede construir la ciudad que quiere.

P. Y desde esa perspectiva, insisto, ¿Córdoba es suficientemente municipalista?

R. No. Le queda todavía. Tiene que trabajar para ser así. Creo que estamos en un camino y yo creo que Córdoba ha sido un referente en muchos temas de participación y construcción de la ciudad y tenemos, dentro de lo que cabe, un urbanismo amable, una movilidad sostenible...

P. A pesar del ruído...

R. A pesar del ruido, claro. Pero creo que, si lo comparamos con otras ciudades, tenemos una situación ventajosa. El problema es que las élites económicas son cada vez más fuertes y eso cambia la configuración de las ciudades.

"Una base de ilusión es importante a la hora de cambiar las cosas"

P. Entiendo que también eso ocurre porque el municipalismo está cada vez más débil. Cada vez cuesta más conseguir que la gente se implique y participe.

R. Bueno, yo no sé si cada vez cuesta más. Yo creo que hay un mito con eso de que cada vez la gente participa menos. A lo mejor es que los modos de participación son otros y seguimos insistiendo en modos de participación de hace treinta años y quizá es que ahora la gente participa de otra manera. Pero no creo que la gente participe menos. De hecho, el 15M surge por un montón de gente que lo que quiere es que la democracia sea democracia de verdad, que quiere participar de las decisiones políticas... Yo no creo que la gente ahora participe menos.

P. Sí, pero es que ocho años después del 15M tenemos peor valoración de la política, más abstención, partidos como Vox en los parlamentos, y en las primarias de los partidos cada vez se vota menos. ¿Se fue más romántico que práctico con el 15M?

R. Hombre, se fue muy romántico... Es que yo creo en las cosas que te pellizcan, para mí son un motor de cambio. Yo soy profundamente emocional y creo que una base de ilusión es importante a la hora de cambiar las cosas. Entonces, que se fue romántico... bueno, decíamos “vamos despacio porque vamos lejos”... Es que yo creo que todavía queda mucho que trabajar de ese 15M. Es que el 15M no solo fue aquello que pasó en las plazas, sino todo lo que estamos viviendo ahora mismo. ¿Que ahora mismo estamos viviendo un momento que puede parecer oscuro? Puede ser. Pero no creo que no sea reversible

P. Dices “puede parecer oscuro”. ¿No estás segura de ello? Hay un bloque que ya está posicionado en frente de cara a los procesos electorales y que está diciendo que va a ser un muro de contención contra políticas de izquierdas. Supongo que es un momento oscuro para quien lleva cuatro años haciendo políticas de izquierdas ver cómo se forma eso.

R. Sí. Tienes razón. Es un momento duro. Es verdad. Soy entusiasta también.

"Lo sanitario tiene que ir con lo social"

P. ¿Qué crees que ha ocurrido para que parte del voto del descontento se haya ido del 15M y los ayuntamientos del cambio a Vox? Sé que es muy poco, pero está ahí. Y, sobre todo, es una parte pequeña que ha votado, mientras otra parte del voto del descontento se ha abstenido.

R. Pero es que esa parte es ínfima. En realidad, la mayor parte de los votantes de Vox son gente que antes eran votantes del PP.

P. Correcto. Muy pequeña. Un 3, un 4 o un 5%. Pero es que ese pequeño porcentaje de votantes, miles o cientos, han ido a votar a Vox. Y eso se junta con que hay decenas de miles que no han ido a votar. Algo ha pasado, es evidente.

R. Claro. Ése es el problema. Para mí el problema es el 40% que no ha ido a votar. Qué desafección de la política tenemos como para que haya todas esas personas que ni siquiera vayan a votar y que en otras circunstancias hubiesen votado. Para mí ése es el quid. Más que esa gente que sale para Vox, que creo que es ínfima, y que probablemente era gente...

P. Bueno, son gente descontenta. De izquierdas y de derechas. Pero es un descontento que llegó a verse reflejado en el 15M y que ahora se está viendo reflejado en un partido como Vox.

R. Yo es que creo que hemos tenido demasiadas expectativas. Cuando entramos, yo tenía terror a no cumplir expectativas. Y es porque la gente pensaba que íbamos a llegar a las instituciones y lo íbamos a cambiar todo de repente. Y eso no es así. Las instituciones no funcionan así. De hecho, las instituciones son lentas, y duras, y no era posible cumplir esas expectativas. Y el bajón de las expectativas del 15M ha sido muy grande. Y nos lo estamos comiendo ahora. Creo que la gente puso mucha ilusión en el fenómeno de la nueva política y a lo mejor esa pata no era capaz de conseguir lo que la gente quería que se consiguiese.

P. ¿Está Córdoba mejor ahora que hace cuatro años?

R. Hombre, yo creo que sí. ¿Que se podían haber hecho muchas más cosas? ¡Buah! Estoy segura. Pero mejor que con un gobierno del PP, seguro.

P. ¿En qué indicadores?

R. Bueno, pues por lo pronto se han paralizado privatizaciones. Eso es una realidad. Íbamos hacia la privatización de muchísimas empresas públicas que, cuando nosotros llegamos, estábamos tiritando, y eso se ha paralizado. Córdoba también tiene una mayor participación de la población en el Ayuntamiento, tiene una mayor oportunidad de participar. Antes no había prácticamente participación. Creo que se han intentado hacer políticas con una mirada de equidad, que no existía tampoco cuando estaba el PP. Hemos implementado el mínimo vital de agua y ya no hay nadie en esta ciudad que se quede sin agua. La oficina de la vivienda. Planes de cooperativas... La implementación del Plan de Milán, para que haya una alimentación más sostenible y un derecho real. Determinadas cosas que han servido para que la ciudad sea un poquito más justa.... Además, se está realizando una auditoría de la deuda para ver en qué se ha gastado el dinero el Ayuntamiento. En general creo que la ciudad es más respetuosa.

P. Es curioso, porque cuando le preguntas a la población, tú lo sabes y lo has visto, todo lo que quieren es empleo. Y ese indicador, que yo sé que el Ayuntamiento tiene pocas competencias, está igual o peor que hace cuatro años. Es que has dicho cosas que son muy importantes, no lo dudo, pero luego las que son importantes para el ciudadano de a pie, no hay manera de abordarlas. ¿No frustra no poder ir a lo concreto, a la demanda primordial?

R. Muchísimo. Lo primero es que el marco legislativo actual es más duro que nunca. El marco legislativo que puso el PP, con la Ley Montoro y tal, nos tiene atados a los ayuntamientos. Nos quita competencias y nos complica mucho la vida para hacer cualquier cosa. Y luego, ojo, la crisis del empleo es una crisis sistémica. No es algo que le pase solo a Córdoba. Hay una realidad, cada vez hay menos empleo para la gente. A mí me frustra mucho y, ojo, creo que algo más se podía haber hecho. Es verdad que los ayuntamientos tenemos las manos atadas, pero se podría haber intentado producir más empleo, y no se ha hecho.

P. ¿Alguna vez has pensado en tirar la toalla en estos cuatro años?

R. Muchas veces. La verdad es que sí, no te voy a engañar. Varias veces.

P. ¿Y por qué no la has tirado?

R. Pues porque tenía un compromiso con Córdoba y siempre hay momentos de bajón en los que piensas que ya no puedes más... Porque te sientes responsable. Son muchas noches sin dormir, pensando qué podría hacer yo aquí para que esto sea de otra manera. Al final, yo lo comparo mucho con la medicina, porque en la medicina me decían que tenía la vida de la gente en mis manos, pero ahora tengo una ciudad entera. Entonces, al final, el compromiso te hace seguir ahí. La esperanza de ir cambiando pequeñas cositas aunque no logres grandes cambios te hace quedarte.

"Capitulares es un micromundo que, como no te des cuenta, te aleja de todo lo demás"

P. Y lógicamente, bajo esa premisa, entiendes a quien, en mitad del mandato, ha decidido tirar la toalla y pirarse.

R. Sí, claro que lo entiendo. Yo entiendo todas las situaciones. Estar ahí es un privilegio pero no una obligación. Y entiendo que quien quiere irse es libre de irse.

P. ¿Alguna vez has sentido que Capitulares te alejaba de la gente?

R. Sí. Alguna vez lo he sentido y me he pegado una hostia en la cabeza. Me he pegado un guantazo para que eso no pasase. Capitulares es un micromundo que, como no te des cuenta, te aleja de todo lo demás. Porque parece que todo lo que pasa allí es lo más importante del mundo. Tú estás metida en un ritmo frenético y parece que todo lo que está pasando allí es la única realidad que existe. Y no es así. Hay que bajar a las calles. Yo siempre decía: “Hay que abrir las ventanas para que veamos la calle”.

P. Y sin embargo, casi siempre están las persianas echadas allí.

R. Vaya. Yo, de todas maneras, he intentado no estar demasiado en el despacho. He hecho mucho trabajo de despacho, pero también he estado en la calle.

P. De tu trabajo en Capitulares, yo lo que voy a recordar son tus intervenciones plenarias. Sabes tan bien como yo que los plenos son un poco tostón, pero siempre me ha dado la impresión de que tú te lo pasabas bien cuando intervenías. ¿Te has divertido? ¿Le has pillado el punto a este parlamentarismo local?

R. Sí. Me he divertido. Hay mucha gente que dice que muchas veces llevamos mociones simbólicas que no sirven para nada. Poner debates encima de la mesa siempre sirve. Creo que en esta legislatura se ha hablado de muchas cosas que es importante hablarlas desde el Ayuntamiento, tenga o no tenga competencias, porque es una institución pública. A mí, la pena que me da es que en esas instituciones no pueda participar más la gente. Que sería lo interesante. Pero sí que me he divertido y sí que considero esta parte útil en los plenos.

P. ¿En el debate dialéctico quién ha sido tu mejor rival? ¿Con quién has tenido mejores asaltos?

R. (Se ríe) Bueno, creo que Salvador Fuentes ha sido uno de mis...

P. Tu némesis, ¿no?

R. (Otra carcajada) Sí, cada uno en su estilo, porque tenemos diferentes estilos. Pero yo diría que sí. La persona con la que más veces he discutido en un pleno ha sido Salvador Fuentes.

"Si tienes una atención primaria fuerte, tienes un sistema de salud fuerte"

P. Y de todo el arco de concejales, ¿quién es el que más te ha sorprendido?

R. Eh... (duda mucho) Me ha sorprendido bastante gente. De todos los colores políticos... Eh... Es que decir nombres está feo... Amparo Pernichi me parece una persona espectacular y una concejala buenísima. Rafa del Castillo también. Aunque se fue, también he tenido... Son dos personas que para mí han sido compañeros...

P. ¿Crees que no entrar en el Gobierno fue una buena decisión?

R. Yo creo que sí.

P. ¿No piensas que, quizá, sabiendo ahora lo que sabes, habrías podido sumar al gobierno? Te lo digo porque hay una gran parte de la ciudadanía que os considera una pata indispensable del cogobierno.

R. Bueno, efectivamente yo creo que somos una pata y que desde fuera estamos haciendo cosas. El entrar dentro del gobierno nos hubiese atado más, porque eso te ata ya a unas decisiones compartidas que muchas veces para nosotros no lo son. Nosotros a veces tenemos nuestras diferencias. Entonces, yo creo que cumplimos con nuestra obligación, que era apoyar un gobierno y quitar al PP. Y eso es lo que hemos hecho, apoyar a un gobierno de izquierdas y quitar al PP.

P. ¿Ha sido el Gobierno del PSOE e IU de izquierdas?

R. Vaya pregunta. Pues en algunas políticas sí y en otras no.

"Que el miedo sustituya a la ilusión es algo muy feo"

P. Vaya respuesta. ¿El apoyo a los presupuestos de este miércoles se puede entender más como una imagen de bloque ante lo que pueda venir en mayo que como un apoyo explícito a las cuentas? Habéis criticado bastante los presupuestos. Más bien la ejecución de los presupuestos.

R. Claro. Exacto. Nosotros lo que hemos criticado mucho es la ejecución de los presupuestos. Porque el problema que tiene el Ayuntamiento es que el dinero no se gasta, porque a veces sobra dinero y no se gasta en lo que se tiene que gastar. Entiendo todas las limitaciones que tenemos ahora mismo de burocracia, limitaciones legislativas y la falta de personal en el Ayuntamiento. Todo eso es real, pero tenemos que trabajar para que todo lo que pintamos en los presupuestos salga hacia adelante. Y claro, eso no ha estado pasando a lo largo de estos años. Y sobre todo no ha estado pasando con acuerdos de Ganemos, que es nuestra principal crítica. La verdad es que no han cumplido los acuerdos en muchas ocasiones porque no han querido. Como el tema de la municipalizacion de la ayuda a domicilio, y otros tantos.

Sin embargo, nosotros creemos que la ciudad tiene que contar con unos presupuestos, que es importante que no se prorroguen, porque si se prorrogan no hay inversiones. Y la ciudad se merece esas inversiones. Entonces, hemos tenido un diálogo para acordar. Yo creo que nosotros tenemos muy claro quiénes son nuestros compañeros de viaje. Independientemente de lo que pase luego, sabemos quiénes son nuestros compañeros de viaje y quién está en frente. Y además, la ciudad nos pide acuerdos. Yo creo que ahora más que nunca, la ciudad nos los está pidiendo.

P. De eso ha tomado nota la derecha. Ya has visto la facilidad con la que llega a acuerdos.

R. Vaya.

P. Sin ruido interno ni externo. ¿No envidiáis eso de los partidos de derechas?

R. Bueno, también eso va motivado porque en la derecha hay menos participación y menos autocrítica. Cuando son tres personas las que se tienen que poner de acuerdo es mucho más fácil que cuando son tres organizaciones en su conjunto las que se ponen de acuerdo.

P. Pero bueno, no solo hay tres personas. Quiero decir, dentro de los propios partidos de derechas también ha habido voces críticas, aunque resuenan menos, o eso parece, que en la izquierda, donde a veces parece que hay tres partidos y seis opiniones. ¿No envidiáis esa facilidad para llegar a acuerdos?

R. Hombre, nos haría la vida más fácil pero también menos democrática. Es que, si acatamos las cosas desde arriba, no es democracia.

P. Es que la democracia quizá debería hacer la vida más sencilla a todos.

R. Bueno, puede ser que la democracia no sea lo más sencillo. Claro, es mucho más sencillo que a ti te digan lo que tienes que hacer que que lo tengas que pensar por ti mismo y ponerte de acuerdo con el de al lado. Pero ¿es eso lo que queremos? Yo creo que no.

"Se podría haber intentado producir más empleo, y no se ha hecho"

P. ¿Hay algún Gobierno de izquierdas que te parezca un modelo a seguir y te parezca que haya funcionado bien?

R. Barcelona en Común. Sin dudarlo. Para mí son el gran referente. Pero de todas maneras yo creo que los ayuntamientos del cambio, con todas sus limitaciones, han hecho un gran papel. Las mareas en Galicia, Zaragoza en Común, Barcelona en Común, Ahora Madrid, Cádiz... Yo creo que los gobiernos del cambio han hecho un gran papel.

P. ¿Y cómo crees que les va a ir en mayo? ¿Eres optimista, sinceramente?

R. (Se lo piensa) Pues no. Sinceramente no. Sé que está más difícil que en 2015, que no hay la ilusión de antes. Pero sé que la ciudadanía va a recompensar el esfuerzo que se ha hecho, porque además muchos de ellos están en sitios donde antes gobernaba el PP y yo creo que la ciudadanía va a ser capaz de ver ese cambio.

P. ¿Puede el miedo sustituir a la ilusión en estas elecciones? ¿Cómo lo verías?

R. Eso es muy feo. Que el miedo sustituya a la ilusión es algo muy feo. Sí que creo, espero, que se va a movilizar un cierto voto de miedo hacia Vox, pero creo que es trabajo nuestro conseguir que ese miedo sea ilusión y no solo miedo.

P. Si se consigue la confluencia -la entrevista se celebra dos días antes de la Asamblea- ¿va a sumar o va a restar, como ha ocurrido en los dos últimos procesos electorales?

R. ¿Estamos hablando de Córdoba?

P. Sí.

R. Yo creo que el ponerse de acuerdo suma. Ahora, podemos llamarlo confluencia, podemos llamarlo pacto pre o post electoral, pero yo creo que el dar la imagen de que somos compañeros de viaje suma. Por lo tanto, espero que la de este sábado no sea como la última y sea una asamblea en la que lleguemos a acuerdos y que de verdad la ciudadanía, en vez de vernos pelear, nos vea ponernos de acuerdo.

"Dar la imagen de que somos compañeros de viaje suma"

P. ¿El tiempo juega a vuestro favor o en vuestra contra?

R. Yo creo que va en contra, pero no del pacto, sino en contra de la izquierda. Ya lo estamos viendo, los partidos de la derecha se han puesto las pilas y ya vemos carteles por ahí de campaña electoral. Nosotros tenemos que decidir ya nuestra hoja de ruta. Para mí las personas no son tan importantes. Me da igual cuál sea nuestra lista, pero sí que tenemos que tener una hoja de ruta.

P. Te digo lo del tiempo a favor o en contra porque dentro de unos días es la huelga feminista del 8 de marzo. ¿Es posible que éste sea el factor que mueva un poco el tablero político actual?

R. Pues yo creo que, si algún movimiento puede darle la vuelta al tablero, ése es el movimiento feminista, y así lo ha demostrado en todos estos años.

P. ¿Es ahí donde se te va a ver a partir de ahora?

R. Por supuesto. Aunque de ahí nunca me fui. Siempre he estado y ahí se me va a ver, claro que sí. Ahí y en Colectivo Silesia, que es un colectivo que aglutina a gente de atención primaria y salud pública.

P. Si alguien te dijera ahora que piensa hacer activismo desde la política local, ¿qué le dirías?

R. Yo le diría que se arme de fuerza y de ganas y que adelante. A pesar de que es duro, yo no cambio estos cuatro años por nada. Yo me he emocionado, yo he llorado en plenos emocionada ante cosas que salían adelante. Y creo que trabajar por, para y con tu ciudad es un privilegio, así que le diría que adelante, pero que sepa que se va a encontrar una institución muy burocratizada en la que es muy difícil hacer cosas que lleven a un cambio. Y también le diría que intente tener presente siempre por qué está ahí. Que sepa que uno entra en el ayuntamiento para cambiar la vida de la gente y para ser altavoz de los colectivos más desfavorecidos. Que no pierda su horizonte. A veces, sentado en un sillón es muy fácil perder el horizonte.

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