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Expertos defienden “agilizar” las balsas de agua ante la sequía y sus efectos en cultivos de secano

Balsa de agua para un sistema de regadío, en una imagen de archivo.

Redacción Cordópolis

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Los expertos Julio Berbel, profesor de la Universidad de Córdoba (UCO) y miembro del Comité de Expertos de la Sequía de la Junta de Andalucía, y Emilio Camacho, catedrático de Ingeniería Hidráulica de la UCO y también miembro del citado comité, han advertido este miércoles de la situación que atraviesan los cultivos de regadío y especialmente de secano ante los efectos de la sequía, apostando por medidas como “agilizar” el impulso a balsas de agua en la región para un suministro controlado.

Antes de asistir al Encuentro SER 'Gestionar el agua: el reto de una sociedad en tiempo de sequía' en Córdoba, Julio Berbel, quien aborda la relación urbano-rural en el comité, ha manifestado a los periodistas que “el daño más fuerte y potente que se observa es en el secano, que es brutal, porque llevan cinco años sin lluvia”, mientras que “el regadío ha sido capaz de aguantar cuatro años”, de modo que “con cinco años de baja lluvia sólo al quinto año el regadío empieza a estar seriamente afectado”, ha apuntado.

No obstante, ha comentado que “no es lo mismo la sequía como la viven en Almería, donde tienen desaladoras, que como se vive en el Guadalquivir, donde no hay posibilidad de desalar, o como la viven en Huelva, donde hay un poco más de agua”. “La sequía es muy compleja en cada sitio”, ha remarcado, para subrayar que “el secano está sufriendo muchísimo y el regadío depende del sitio”.

En relación con las balsas, Berbel ha explicado que son “muy importantes y hay que agilizarlas”, porque “ahí no hay conflicto”, de manera que “se puede coger el agua invernal cuando el río Guadalquivir lleva agua, que a veces lleva”, aunque ha aseverado que “está siendo muy lenta la Confederación en la autorización de las balsas”.

“Hay personas que llevan cinco años tramitando los papeles y hay que agilizar eso”, ha defendido el experto, quien ha agregado que “si es que no, que sea que no, pero si es que sí, no tardar cinco años en dar la autorización”, porque “cuando la den, ojalá ya no haya sequía”, pero que “la den de una vez para que en la próxima sequía haya flexibilidad”, ha manifestado, para apostillar que “las balsas permiten al agricultor, sin que consuma más, administrar mejor el agua”.

Ante las peticiones de los agricultores de depurar el agua del río Guadalquivir para regar, Berbel ha indicado que “el río lleva un caudal, si se depura para regar, se quita al río”. “Eso lo puedes hacer sólo en las aguas que van al mar, porque en Andalucía las aguas que van a los sistemas, ya sea acuíferos o río, están contadas al milímetro”, ha apuntado.

En este sentido, ha señalado que “en la ciudad de Córdoba hace 20 o 30 años, o más incluso, ya se le pidió a la Confederación utilizar el agua de la depuradora de La Golondrina para regar y la Confederación dice que no”. Y es que, ha añadido, “cuando llega la sequía, guste o no, en el mes de agosto o septiembre el agua que circula por el río es de las depuradoras”. “Si se le quita al río, se deja seco”, ha advertido.

Tras avisar de “la sobreexplotación” del Guadalquivir, ha citado que “hay 120.000 hectáreas de toma directa, que son los agricultores que tienen derecho a tomar directamente del río”. “Son muchas hectáreas, pero si a esos agricultores se les quita el agua de la depuradora no van a poder regar y tienen su derecho, algunos desde hace cien años”, ha aclarado.

Por otra parte, Berbel ha afirmado que “el sector urbano hasta ahora, con la excepción del norte de Córdoba, porque se han cometido algunos errores, no está siendo afectado” en el consumo del agua.

Como ejemplo de labor para garantizar dicho suministro, ha detallado el trabajo en la Costa del Sol, “en la Autovía del Agua, que va desde Gibraltar hasta Vélez Málaga-Torre del Mar, donde se ha hecho una autovía donde se cede agua de un sistema urbano a otro”.

Así, “ahora mismo Torre del Mar y Vélez Málaga beben porque la ciudad de Málaga le está sirviendo el agua, y eso se ha conseguido porque había infraestructura y se ha hecho un convenio donde ha sido todo el mundo bastante razonable”, ha resaltado el experto, quien ha enfatizado que “sin infraestructuras no hay nada que hacer”.

Mientras, Emilio Camacho, quien tiene su actividad en el comité de expertos relacionada con la agricultura y el regadío, ha declarado que “esta sequía está afectando de manera importante al regadío, porque se han reducido enormemente las dotaciones, pero sobre todo a la agricultura de secano, que es la gran perjudicada”.

Al hilo, ha recordado que “el año pasado la cosecha de olivar fue prácticamente un 30% y este año, con las predicciones, va a haber una cosecha muy pobre”, algo que ha calificado de “preocupante”.

“Aunque la situación es bastante alarmante, estamos algo mejor que en la sequía de 1995”, ha expresado Camacho, para aseverar que “desde entonces hasta ahora han mejorado muchas cosas”.

“Ha habido actuaciones en cuestión de infraestructuras que han mejorado la garantía de suministro en los sistemas y se han realizado actuaciones en modernización de regadíos enormes, que han permitido mejorar la eficiencia en el uso del agua”, ha destacado.

Asimismo, ha indicado que se están pasando “unos años bastante malos desde el punto de vista de aportaciones a los embalses --que se han reducido de forma importante--, hidrológicamente años secos”, si bien “se ha conseguido no reducir las dotaciones hasta cero como en el año 1995”.

En cualquier caso, ha avisado de que “el problema puede empezar cuando en octubre o noviembre no venga la lluvia”, de manera que “eso es lo que realmente preocupa de la sequía, que sabes cuando entra, pero no sabes cuando sale”. “Eso crea una incertidumbre, una angustia y un agobio que hay que estar en el sector para darse cuenta de lo preocupante que es”, ha transmitido.

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