Adelante Andalucía llena en Córdoba anunciando que van “a dar la sorpresa”
Más de 1.500 personas han abarrotado el pabellón de La Fuensanta en el que de momento es uno de los grandes mítines de la campaña electoral en Córdoba. El acto central de Adelante Andalucía (la confluencia de Podemos, Izquierda Unida, Primavera Andaluza e Izquierda Andalucista) llenó el recinto en un acto en el que sus líderes coincidieron en una frase: “El domingo vamos a dar la sorpresa”.
A ritmo de la canción Que trata de Andalucía de Los Aslándticos, los líderes de la confluencia andaluza, Teresa Rodríguez y Antonio Maíllo, con los de la confluencia estatal, Pablo Iglesias y Alberto Garzón, entraron en un pabellón que tronaba después de un concierto homenaje a Silvio. Entre gritos de “sí se puede, sí se puede” y de “presidenta, presidenta” en referencia a Teresa Rodríguez, las más de 1.500 personas que llenaron el pabellón se confabularon en la necesidad de dar esa sorpresa.
“Hay mucha gente que todavía no sabe a quién va a votar”, arrancó Alberto Garzón, asegurando que estas serán unas “elecciones muy disputadas”, que se jugarán “en unos pocos miles de votos”, por lo que instó a sus simpatizantes a convencer a los indecisos. “Buscad a 50 personas”, clamó Teresa Rodríguez. “No dejéis una sola persona por llamar. El cambio es posible. Decídselo. No penséis que sois meros espectadores en un mitin. Que el domingo se note a la Andalucía trabajadora diciendo en las urnas que la cosa puede cambiar”, arengó Pablo Iglesias.
El macromitin de Adelante Andalucía, de casi tres horas, tuvo un orden extraño. Arrancó con David Moscoso, continuó con Alberto Garzón y Pablo Iglesias, para continuar con Teresa Rodríguez, Luzmarina Dorado, Ana Naranjo y Antonio Maíllo. Todos arengaron a los suyos con un coincidente discurso andalucista. Hasta el propio Pablo Iglesias dijo que “España se construye desde Andalucía”, habló de que “el 4 de diciembre y el 28 de febrero ocurrió algo” y de su “nacionalidad histórica”, en un acto lleno de banderas blanquiverdes y alguna, escasa, republicana.
Todos los discursos, también, coincidieron en una adversaria concreta: Susana Díaz, que “le abrió la puerta a la derecha”, dijo Teresa Rodríguez. “Andalucía no se merece ser el segundo plato”, insistió Pablo Iglesias. “Nos están robando y nos están saqueando”, lamentó Alberto Garzón. “Por vez primera en Andalucía hay una fuerza progresista con capacidad para gobernar y no se llama PSOE. Aquí tienen su casa los votantes y simpatizantes del PSOE en Andalucía. En esta casa el socialismo tiene futuro y no pasado. Que lo sepan los socialistas de verdad. Susana Díaz es el pasado y el peor enemigo del socialismo. ¡Viva el socialismo libre!”, gritó David Moscoso, actual parlamentario de Podemos.
Otro punto coincidente: que varios militantes de Ciudadanos confundieran en redes sociales la Mezquita Catedral de Córdoba con la Catedral de la Córdoba de Argentina. “Hay dos partidos que solo hablan de Cataluña. Ya está bien. Hay otros que se van más lejos de Cataluña y se van a Argentina. Y confunden la catedral de Córdoba con la Mezquita”, criticó Pablo Iglesias. “Ciudadanos confunde la catedral de Córdoba con otra argentina porque ponen en Google 'catedral de Córdoba'. No saben que lo que tenemos en Córdoba es una mezquita”, condenó Teresa Rodríguez.
Y por encima, Vox. “En el debate del otro día, Susana Díaz hablaba de Vox. ¿Es eso todo lo que usted tiene que decir? La única fuerza política que está hablando de Andalucía en estas elecciones es Adelante y eso se va a notar el domingo”, atajó Pablo Iglesias. “Las derechas han venido a Andalucía ultramontanas, diciendo cosas que en Andalucía no se dicen en la calle. Y lo dicen unos señores que están de mierda hasta aquí”, agregó Teresa Rodríguez en referencia al PP. “No ganarán ni nos gobernarán los malvados. No ganarán ni nos gobernarán”, dijo Antonio Maíllo.
“Sospecho que esa manera de invisibilizar a Andalucía en los discursos tiene una intención. Quieren tener a Andalucía calladita. Eso de ser nacionalidad histórica no es para Andalucía, sino para otras nacionalidades históricas. Son los mismos que ahora dicen que viene el lobo con la extrema derecha. No se puede construir España sin Andalucía. Así de claro”, arengó Pablo Iglesias. “¿Va a volver a abrirle la puerta de la derecha de nuevo?”, se preguntó Susana Díaz “Sus votantes tienen derecho a saberlo. Que responda. Queremos saber si Susana Díaz va a seguir siendo la cordera de la derecha”, dijo. “¿Puede seguir siendo presidenta de la Junta de Andalucía quien dio un golpe de estado a los suyos para que Rajoy siguiera en La Moncloa?”, preguntó a la militancia Maíllo. “¿Puede ser presidenta de la Junta de Andalucía quien tiene al gobierno andaluz como segundo plato?”, insistió. “El socialismo está aquí, en Adelante Andalucía”, resaltó Maíllo.
“El factor decisivo para que salgan adelante los presupuestos va a ser lo que ocurra en Andalucía este domingo”, aventuró Pablo Iglesias. “A esta tierra le corresponden 4.000 millones de euros más al año” de financiación del Estado, reclamó Teresa Rodríguez. “Si ella renuncia”, en referencia a Susana Díaz, “esa bandera la cogemos nosotros”.
“¿Cómo puede hablar Susana Diaz de estabilidad si ha sido incapaz de acabar una sola legislatura?”, se preguntó Teresa Rodríguez, que criticó la presencia en Córdoba de Juan Pablo Durán como número uno en su candidatura. “El mismo señor que le adjudicó un contrato a su sobrino. O colocó a su hermana de directora general”, clamó.
“Que no nos relajemos de aquí al domingo. Que nos quitemos de la mirada la niebla y la hojarasca. Es el momento de tirar para adelante”, arengó. “Demos desde Andalucía un mensaje claro. Frente a los que quieren una Andalucía de miedo vamos a llenar las urnas de votos que alientan una Andalucía de esperanza. Frente a quienes quieren una Andalucía de resignación, de más de lo mismo, debemos llenar las urnas de Adelante para decir que queremos una Andalucía de cambio”, concluyó Antonio Maíllo, tres horas después del inicio de un acto que nunca dejó de estar repleto. “Vamos a ganar estas elecciones”, cantaba el público al finalizar el mitin.
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