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Aquí no marca nadie, salvo Di Stéfano: el récord del Córdoba en Primera

Miguel Reina posa para una entrevista a CORDÓPOLIS | MADERO CUBERO

Rafael Ávalos

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“El Córdoba tiene un historial que es digno de recordar y tener en cuenta”. Así de claro lo tenía José Luis Navarro del Valle. Quien fue y será, como es hoy por hoy, la mayor leyenda deportiva del club realizó tal aseveración allá por 2016. Fue en una entrevista N&B de CORDÓPOLIS en la que el futbolista con más temporadas y partidos oficiales con la elástica blanquiverde, tristemente fallecido en enero, demostró como siempre su sentimiento hacia la entidad. También defendió su historia… “En el año 65 quedamos los quintos en la clasificación (en Primera). Actualmente hubiéramos jugado la Copa de la UEFA, que entonces era de Ferias”, recordó sobre uno de los hitos del conjunto califal. Ocurrió la temporada 1964-65, en efecto, y fue consecuencia, entre otros, de un logro que supuso un récord todavía no superado en la élite del fútbol español…

Aquella campaña era la tercera del Córdoba en Primera tras su ascenso en Huelva en 1962. La entidad apostó por un entrenador joven pero con cierto recorrido que además fue una leyenda como jugador. Ignacio Izaguirre tomó las riendas de un equipo en el que mantenía el liderazgo el propio Navarro y aún eran piezas claves otros mitos como Juanín o Simonet. Dentro de la plantilla, sin embargo, sobresalió otro futbolista. Tenía apenas 18 años y fue capaz de hacerse con la que quizá sea la posición más compleja de todas, la portería, ante José Ramón García. Ese muchacho era Miguel Reina, quien se convirtió en un auténtico muro infranqueable a lo largo de la mejor temporada de la historia del cuadro califal. Gracias a él en buena medida pero sobre todo a la solvencia defensiva del conjunto, dirigido precisamente por alguien que había sido guardameta, los blanquiverdes sólo recibieron dos goles en El Arcángel en todo el curso.

Probablemente haya quien no conozca tal hecho pero la cifra mencionada supone un récord histórico en Primera que nadie pudo superar hasta ahora… y transcurrieron ya casi 60 años. Cierto es que sí hubo un equipo que consiguió igualar ese registro. Fue otro histórico pero humilde como el Pontevedra, que repitió la gesta cuatro campañas después, la 1968-69. Entonces era más cierto que nunca aquello de “hai que roelo” en Pasarón, estadio en el que, por cierto, el Córdoba selló su pasaporte para la final del play off a Segunda A de la 2006-07. Aunque el campo gallego estaba muy renovado en buena parte. El caso es que tanto los blanquiverdes como los granates mantienen el dato más positivo de tantos encajados con el rol de local en la élite nacional. En efecto, fueron dos en todo el curso, lo que significó un par en 15 partidos.

Con la vista puesta únicamente en la temporada 1964-65, el primero de los dos goles que recibió el Córdoba en El Arcángel se produjo precisamente en el debut liguero en el viejo coliseo califal. Se midió entonces al Espanyol dentro de la segunda jornada del campeonato de Primera. Ese encuentro lo disputó después de ganar por 2-4 al Sevilla en el Sánchez Pizjuán y arrancar la campaña como líder. El conjunto blanquiverde se adelantó en el marcador justo antes del descanso y encarriló definitivamente el triunfo en el minuto 69. Los dos tantos los anotó otro jugador histórico: Miralles. La calma fue la tónica del choque hasta que un minuto antes del final apareció uno de los mejores futbolistas de todos los tiempos. Fue Alfredo Di Stéfano, que con 38 años estaba en el ocaso de su brillante carrera -colgó las botas tras la 1965-66-, el hombre que remató en el área local para establecer un 2-1 que, por fortuna, ya no se movió.

Quizá ni él ni nadie podía imaginar entonces que aquel gol sería el único que un rival conseguiría esa temporada en El Arcángel. Porque, así es, después de la Saeta Rubia nadie marcó en el viejo estadio, cuyo lugar ocupa ahora el centro comercial con mismo nombre. De esta forma, el Córdoba sólo cedió tres empates como local a lo largo del curso. Estos se dieron ante el Atlético de Madrid, el Real Murcia y la Unión Deportiva Las Palmas. Curiosamente, en el duelo con el Espanyol defendió la meta García. Tras la cuarta jornada, Miguel Reina, con sólo 18 años, ganó el puesto bajo palos. Es decir, el entonces joven cancerbero sólo encajó un gol en tierras califales aquella 1964-65. El dato no tuvo parangón cuando el Pontevedra igualó el récord blanquiverde pues Cobo sí tuvo que recoger el balón las dos veces que su equipo recibió en Pasarón.

Y si el único adversario que marcó fue Di Stéfano, ¿quién hizo el segundo gol recibido en El Arcángel? Esta historia dentro de la Historia del Córdoba, está claro, tenía que escribirse como un gran relato. La narración se completó en la vigésimo tercera fecha liguera, en la que el conjunto blanquiverde se enfrentó al Real Zaragoza, que contaba con futbolistas como Canario o Lapetra. Ricardo Costa adelantó al equipo de Ignacio Eizaguirre y la afición tuvo que esperar al 84 para que Miralles le diera los dos puntos en juego. Entre medias llegó la diana fantasma del récord, que supuso el empate en el 65. Su autor fue precisamente quien otorgó la ventaja a los locales ese día, un Ricardo Costa que tuvo el infortunio de mandar el balón a su propia portería. Miguel Reina sólo fue batido ese día.

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