Para bien o para mal: Benja se mira en el espejo de Onega
Pocas noticias pueden sacar una sonrisa a la sufrida afición blanquiverde en estos momentos. El descenso a Segunda División B está a las puertas de producirse -el domingo a las 20:00 horas en Las Palmas ya hay opciones para ello- mientras que la situación institucional no arroja escenarios positivos a los que agarrarse. No obstante, entre tantos problemas y vaivenes del destino, apareció desde Argentina el pequeño Benjamín posando orgulloso con la elástica cordobesista. ¿Y quién es este niño? Tal vez muchos se sorprendan al ver la instantánea y no encuentren sentido a esa pasión, pero si se resalta que es el nieto de Daniel Onega, la cosa cambia completamente.
Mónica, la abuela de Benja, mostró a través de las redes sociales dos fotografías de su nieto con la camiseta del Córdoba CF y el 10 que vistiera uno de los mitos -posiblemente el mayor de todos- de la entidad. Esos documentos gráficos de gran valor sentimental fueron acompañados de unas palabras que provocan inevitablemente un cosquilleo de satisfacción y emoción a partes iguales. “Benja, aunque sabe en la situación que se encuentra el Córdoba, se quiso poner para ir a entrenar todo el equipo de éste. Heredó y mamó de su abuelo el gran cariño hacia el club tanto como a River Plate. En las buenas y en las malas mucho más”, reza el texto. De generación en generación se transmitió un sentimiento único que hace más grande si cabe la leyenda de Onega.
La relación de Daniel Germán Onega Sirotto con el conjunto cordobés se inició en la temporada 1973-94. El centrocampista arribó como una auténtica estrella tras su brillante paso por River Plate y el Córdoba -presidido por Rafael Campanero en aquel instante de la historia- desembolsó una cantidad de 5 millones de pesetas (30.000 euros). De hecho, el mandatario se desplazó hasta Buenos Aires para convencer a un futbolista diferencial que marcó una época en la Segunda División española. En total disputó 125 encuentros marcando 20 goles, el primer de ellos a los tres minutos de su debut frente al Deportivo de la Coruña con García Verdugo de entrenador. Pese a que el cuadro andaluza no logró ascender a Primera División durante los cuatro años que permaneció en España, Onega fue un referente absoluto de una hinchada que todavía añora al elegante medio.
https://twitter.com/Mimionega/status/1126235285317144583
Hace dos años, concretamente en septiembre de 2017, el exjugador regresó a Córdoba para recibir el homenaje de compañeros y de la grada del estadio El Arcángel. Onega, que aprovechó las vacaciones para revivir la maravillosa etapa en tierras cordobesas, se reunió con viejos amigos como Manuel Garrido y Carmelo Salas, otros dos futbolistas que formarán parte de la historia del club. La cita más emocionante se produjo sobre el verde, lugar donde el sudamericano encandiló con su juego, en la previa del duelo contra el Tenerife. Los blanquiverdes vencieron 2-0 a los canarios, aunque a buen seguro muchos se quedarán con la emoción de un hombre que lo dejó todo por unos colores y que, décadas después, consiguió contagiar dicha pasión a su nieto nada más y nada menos que en la otra punta del mundo.
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