Según el guion: doble solicitud de recusación del juez Fernando Caballero
Todo sigue su curso sin giros argumentales. Es decir, la actualidad en materia jurídica continúa según el guion. Porque las novedades, que es una pero por partida doble, se producen de forma en que se intuyera desde hace semanas. O más bien, como fuera sencillo prever dada la relación entre las distintas partes y las acciones llevadas desde tiempo atrás. Lo cierto es que desde sólo un día después de ser oficialmente nombrado como el relevo de Antonio Fuentes, el magistrado Fernando Caballero ya cuenta con no una sino dos peticiones de recusación en su contra. El juez es el designado para resolver acerca del proceso de venta de la unidad productiva del Córdoba CF SAD, el cual está en el Juzgado de lo Mercantil número 1 con oposición de otros implicados. Entre ellos se encuentran Bitton Sport -empresa de Luis Oliver y Joaquín Zulategui- y un acreedor. Ambos son quienes elevan sendos incidentes en la Audiencia Provincial en este sentido.
Sólo una jornada hubo que esperar para que las partes contrarias a la venta de la unidad productiva del Córdoba CF SAD tomaran la iniciativa. Fue el jueves, cuando tanto Bitton Sport como el mencionado acreedor acudieron a la Audiencia Provincial de Córdoba para presentar escritos de solicitud de recusación del juez Fernando Caballero. Así lo adelantó Cope Córdoba y pudo confirmar este periódico. Este último fue designado finalmente, después de tres meses de espera, como el sustituto de su compañero Antonio Fuentes al frente del procedimiento llevado a cabo en noviembre y que terminó en diciembre con la compra de la unidad productiva de la sociedad por parte de Unión Futbolística Cordobesa (UFC) -y por ende de Infinity-. En este sentido, cabe recordar que el titular del Juzgado de lo Mercantil número 1 fue apartado de este caso tras ser admitido el incidente de Magdalena Entrenas, ex abogada y consejera de la SAD. Ocurrió en febrero.
Ya en mayo, el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) propuso al referido Fernando Caballero, que fue precisamente quien supervisó el primer concurso de acreedores del Córdoba CF SAD, el desarrollado entre 2011 y 2012. Pero se hacía necesaria la aprobación por parte del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), lo que se produjo al fin el miércoles. De esta forma, dicho magistrado se hacía cargo de un procedimiento cuya resolución requiere no sólo una posición en torno a los autos de segundo proceso concursal y venta de la unidad productiva de la sociedad. Ha de responder también a los cinco recursos en contra que existen. De ahí que todavía se demore un tanto una decisión: firmeza jurídica o reprobación.
En cualquier caso, era de esperar que surgieran escritos de recusación de Fernando Caballero. Sobre todo cuando meses atrás un acreedor anónimo -que es el mismo al que Jesús León, de cuando era propietario y presidente del club, adeuda más de un millón de euros por un préstamo por esta cantidad no devuelto- envió misiva al CGPJ contra el magistrado. A este hecho continuó una querella de Bitton Sport contra éste y contra Antonio Fuentes por un presunto delito de cohecho. Una denuncia ante el TSJA cuya Sala de lo Civil y Penal no admitió, medida ante la que hubo recurso. Esta última sociedad elevó el incidente para reclamar que Caballero sea apartado durante la mañana del jueves, mientras que el otro acreedor realizó los trámites por la tarde.
Diferente es la postura de Azaveco, la mercantil de Carlos González. Al menos así es hoy por hoy. No en vano, el propio empresario dejó clara el martes en los micrófonos de Radio Córdoba Cadena Ser su confianza en que Fernando Caballero va a reprobar los autos con que UFC aguarda su inscripción en la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) tras realizar los trámites y cerrarse el plazo para ello el pasado lunes, si bien existe ampliación hasta el próximo miércoles. “El juez Caballero, si lo designan, dirá que es algo que no se puede aplicar”, aseveró el tinerfeño dos días atrás en torno a este asunto, que parece va a continuar enquistado, como mínimo, hasta que no haya una respuesta -de admisión a trámite o no- sobre los incidentes elevados por Bitton Sport y el otro acreedor.
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