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Córdoba Futsal
Goles y lucha sin premio

Lance del duelo entre el Barça y el Córdoba Patrimonio

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Lucha, entrega y sacrificio. Pero sin recompensa final. El Córdoba Patrimonio regresó este viernes a la competición en un escenario de altísimo nivel como el Palau Blaugrana, donde esperaba un Barça que ha mantenido su inercia ganadora en el arranque de la nueva temporada. Un choque de golpes constantes, donde se demostró que, en lo que a nivel ofensivo se refiere, el conjunto catalán sigue siendo superior. Una dura caída en caliente, pero que vuelve a evidenciar el crecimiento del proyecto califa, que luchó hasta el último instante por sacar algo positivo de uno de los recintos más complicados del fútbol sala mundial.

El duelo comenzó como cabría esperar dada la entidad del rival, con máxima exigencia. Así es, el Barça quiso ofrecer de inicio una presión muy alta, mostrándose muy incisivo en la salida de balón de los blanquiverdes, incómodos en los primeros compases, aunque igualmente con actitud y aptitud desafiantes frente al campeón de liga y Champions. Es más, pese a que el primer acercamiento fue de los locales, lo cierto es que la primera oportunidad de gol la firmó el Córdoba Patrimonio, a través de una jugada ensayada que finalizaba en una doble oportunidad de Saura y, acto seguido, de Jesulito, aunque ambas se resolvieron con buenas intervenciones de Feixas.

Eso sí, ese atrevimiento pareció, al fin, despejar la mente de los cordobeses, que encontraron la magia en una espectacular acción individual de Pulinho. El brasileño, en el primer balón que tocaba, dejó sentado a un defensor azulgrana y culminó su internada hacia la portería azulgrana de manera perfecta, con un disparo seco ajustado al palo que suponía el primero de la tarde. Aunque no el último, ya que el tanto despertó ahora el lado más hambriento de los locales, y si hay alguien con pólvora ofensiva de sobra en el conjunto barcelonés, ese no es otro que Ferrao. En primer término, los contragolpes en forma de ocasiones de peligro llevaron la firma Coelho y Matheus, aunque en ambos casos se toparon con la madera.

No obstante, el que sí acertó fue el de Chapecó, que no falló tras un gran servicio en la frontal de la meta defensiva por Fabio. Y justo en la siguiente acción, el Barça consiguió darle la vuelta al electrónico Y es que su potencial ofensivo es inabarcable y en un abrir y cerrar de ojos te hacen un gol. Lo demostraron los de Jesús Velasco, en este caso, desde el saque de esquina, ya que un pase de Antonio lo remató con precisión de nuevo Ferrao, que perdona muy poco cuando se trata de mirar hacia portería. Fue el peor tramo de los califas, ya que la inercia estaba ahora completamente de cara para los catalanes, mucho más enchufados que el Córdoba Patrimonio en aquellos instantes. De hecho, esos desajustes de concentración se evidenciaron en un nuevo error en la salida de balón entre Ismael y Pulinho, el cual lo aprovechó Sergio González para hacer el 3-1 con un gran disparo que no pudo detener Fabio. Tres minutos después del tanto visitante, el contexto era radicalmente distinto.

Sea como sea, pese a ese cambio de escenario, y siendo conscientes los cordobeses del enorme rival que tenían enfrente, estaba claro que no se iban a rendir. Y llegó pronto la respuesta. A balón parado encontró la recompensa el conjunto de Josan, en una acción en la que Lucas Bolo recibió en la diagonal e impactó un fuerte disparo que se estrelló directamente en la escuadra de la portería local, siendo inalcanzable para el meta. La cosa iba de golazos en unos minutos frenéticos sobre el parqué del Palau, que ya había sido testigo de cinco goles en apenas un cuarto de hora.

Así, el partido se relajó en cierto modo en el tramo final del primer acto, donde ambos dispusieron aún así de oportunidades, aunque los problemas de faltas, cinco los locales y cuatro los visitantes, dejaron un desenlace del primer tiempo más sosegado, con lo que el 3-2 iluminaba el marcador camino de vestuarios.

El segundo tiempo no pudo empezar mejor para el Córdoba Patrimonio, que tardó pocos segundos en encontrar otra vez las mallas rivales. Y no de una forma cualquiera, ya que lo suyo iba de goles de increíble factura. Otra vez Lucas Bolo decidió quitarle las telarañas a la portería con un disparo lejano que volvió a adentrarse por toda la escuadra. Empate y todo por decidir en otros 20 minutos que se auguraban muy emocionantes. Asimismo, el 3-4 lo acarició Pulinho al desviar hacia portería un disparo lejano de Miguelín. Sin embargo, Feixas lo evitó con una intervención milagrosa tirando de reflejos.

No se puede perdonar absolutamente nada ante un equipo como el Barça, que castiga severamente cualquiera error del rival. Otra vez en la salida llegó un fallo en la circulación, el cual lo recogió Dyego que se plantó solo ante Fabio y no falló en el uno contra uno. Y de nuevo el derrumbe anímico. Cada golpe en contra lo sufre en demasía el Córdoba Patrimonio, que un minuto después encajó el 5-3 en otra contra perfectamente finalizada por Catela. Con todo, no había tiempo para el despistes, pues el conjunto cordobés quiso otra vez levantarse, ya que consiguió recortar distancias al poco tiempo en un gran robo de Pablo del Moral, que la cedió al segundo palo para que Miguelín pusiera la rúbrica. 

Ese nuevo tramo de plena intensidad dio paso a otro llano en el partido, tanto de goles como de ocasiones. Se destensó en cierto modo la contienda, y ambos conjuntos siguieron intentándolo, aunque ahora también con la mentalidad fijaba en cometer los menos errores posibles. El tiempo se consumía y eso no hacía más que jugar en contra del Córdoba Patrimonio, más obligado a mostrarse vertical. Y eso, como se ha dicho antes, lo sabe castigar a la perfección el Barça. Dyego fue el encargado de establecer el 6-4 en otra buena acción individual del brasileño, la cual acercaba un poco más a los suyos a la victoria.

Apenas restaban cuatro minutos y la diferencia volvía a los dos tantos. Pero los blanquiverdes no dejaban de creer, y fue a falta de algo menos de tres cuando Josan decidió poner en escena el portero-jugador. Hubo circulación y ocasiones. Pero no más goles. Y para más desdicha, Pablo del Moral se retiró cogido en brazos por sus propios compañeros, tras dolerse de un golpe en su pie en un contacto con un jugador rival. Segunda derrota consecutiva, aunque tras ésta hay que mantener la cabeza bien alta. Se ha peleado ante seguramente el mejor equipo del mundo. Tocará seguir confiando.

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