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El laboratorio de incendios forestales donde la ciencia ayuda a luchar contra el fuego

Laboratorio de incendios forestales de la UCO

Carmen Reina

29 de junio de 2025 20:26 h

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En un espacio del edificio Da Vinci del Campus de Rabanales de la Universidad de Córdoba, la ciencia se pone a disposición de la lucha contra uno de los principales temores que el verano y las altas temperaturas traen consigo: los incendios forestales. Se trata del Laboratorio de Incendios Forestales, donde la última tecnología, la investigación y los estudios de expertos, así como trabajos sobre el terreno, ayudan a conocer cómo se comportan los fuegos y cómo atacarlos de la mejor manera para apagarlos.

Este particular laboratorio, que depende del Departamento de Ingeniería Forestal de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica (Etsiam), trabaja científicamente la gestión de incendios, poniendo el foco en tres momentos: la prevención, la extinción y también la restauración de zonas afectadas por el fuego. Pero, sobre todo, ponen sus esfuerzos en las dos primeras, para minimizar las consecuencias de los incendios.

En el laboratorio, un simulador ofrece la visión de cómo se propagaría un incendio, cómo sería su crecimiento potencial, teniendo en cuenta factores como la topografía de un lugar concreto y las condiciones meteorológicas como el viento o la humedad, que influyen en el fuego. Se puede ver la velocidad a la que se desplazarían las llamas, la longitud de las mismas o la intensidad del frente que va quemando el monte, calculando también el área que estaría calcinada en un determinado tiempo.

Junto a ello, en una mesa de arena en este laboratorio, se moldea la orografía de un terreno, si hay ríos o viviendas, para proyectar la simulación de un incendio y ver cómo se comportaría. A partir de ahí, se decide la estrategia para actuar ante el fuego y ver a dónde se envían los medios aéreos y terrestres para sofocarlo, en una simulación que se hace en tiempo real.

Las cámaras térmicas -sobre el terreno o desde un dron-, ayudan a conocer exactamente dónde está el fuego, mientras otras cámaras autónomas de vigilancia dispuestas en lugares estratégicos del monte envían alertas cuando detectan humo y cuando ven llamas. El laboratorio también cuenta con un vehículo con una estación meteorológica propia para saber sobre el terreno todas las condiciones en tiempo real que influyen en un incendio, con un repetidor de comunicaciones capaz de establecerlas tanto con medios terrestres de extinción como con los medios aéreos.

Laboratorio de incendios forestales de la UCO

Conocimiento para decidir la mejor manera de atacar el fuego

Todo ese conocimiento teórico que aquí se estudia permite, con un incendio real y sobre el terreno, adoptar las decisiones más oportunas para atacar el fuego, explica a Cordópolis el director del Laboratorio de Incendios Forestales, Juan Ramón Molina. E, incluso a posteriori, hacer un cálculo real de las pérdidas y los daños que provoca un incendio, de manera similar a cuando estos se conocen casi de manera inmediata en el caso de cultivos afectados por tormentas o inundaciones.

Todos los factores y condicionantes que influyen en un incendio forestal se estudian en este laboratorio, donde también se analiza -por ejemplo-, la vegetación, que es el combustible de los fuegos. Con un epirradiador se comprueba el tiempo y el modo de combustión de cada especie vegetal, lo que condiciona también el modo y la velocidad de propagación de un incendio y, por ende, las medidas de protección de la población y cómo afrontar la extinción de las llamas. Con estas pruebas, se puede ver el comportamiento de especies del monte como el lentisco, el pino o la jara ante el calor próximo del fuego.

Laboratorio de incendios forestales de la UCO

En la práctica, toda esta información se pone a disposición de quienes tienen que luchar contra el fuego en el monte. El Laboratorio de Incendios Forestales de la UCO colabora con el Infoca y con otros organismos de la administración, con estudios preventivos y pronósticos de varios días sobre el estado de la vegetación, la temperatura y humedad, que aportan información tal como el índice de dificultad de extinción que tendría un incendio.

Junto a ello, realizan también estudios posteriores sobre grandes incendios, que aportan conocimiento para la lucha contra otros fuegos. Y, por ejemplo, con equipos medidores ven las condiciones de un árbol afectado por el fuego, su humedad y si será capaz de sobrevivir o cómo ha afectado el incendio al suelo y cómo será su regeneración.

Además de todo esto, estos investigadores también llevan a cabo el control de quemas monitoreadas y preventivas, utilizando el fuego en beneficio del entorno. Esta pasada semana, por ejemplo, los especialistas del laboratorio participaban en la quema de un espacio para eliminar la vegetación cercana a una refinería y evitar que, en caso de un incendio, este se aproxime a este centro con el consiguiente peligro. Se trata de conocer, en toda su amplitud, al fuego, para poder luchar contra él.

Laboratorio de incendios forestales de la UCO
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