Segunda División

— Córdoba CF

La sangría defensiva reaparece en el Córdoba CF: cuatro partidos seguidos encajando gol

Las alarmas defensivas han vuelto a encenderse en El Arcángel. La derrota del Córdoba CF en la última jornada ante el Elche CF por 1-2 no solo supuso un tropiezo en la clasificación, sino que confirmó una tendencia preocupante: la fragilidad atrás, un mal que ha acompañado al equipo durante gran parte de la temporada y que resurge con fuerza tras cuatro partidos consecutivos recibiendo goles. A este dato se suma uno más preocupante referido al último partido: los ilicitanos tan solo necesitaron ocho tiros, con dos ocasiones claras, para lograr anotar los dos goles de la victoria.

Eso sí, lo que más inquieta al entorno blanquiverde no es solo la derrota en sí, sino la sensación de déjà vu. Tras un tramo de la temporada en el que el conjunto dirigido por Iván Ania pareció haber encontrado mayor solidez y seguridad en la retaguardia, logrando incluso dejar la portería a cero en varias ocasiones y transmitiendo una confianza renovada, los viejos fantasmas han regresado. Esa fortaleza defensiva sirvió para escalar en la tabla y soñar con todo, aunque la actual racha negativa evidencia que los problemas estructurales en defensa persisten o, al menos, no se han erradicado por completo.

Este reciente bache defensivo, culminado con la derrota en casa por 1-2, ha supuesto encajar un total de cinco goles en apenas cuatro encuentros, una cifra que dificulta enormemente la suma de puntos y genera intranquilidad. A esto se suma el hecho de que, con 48 goles encajados, el Córdoba CF posee el peor registro en este sentido de los 19 primeros clasificados de la liga, empatando con el Tenerife en vigésima posición, y tan solo superado por los dos colistas: el Racing de Ferrol con 52 tantos encajados, y el FC Cartagena con un total de 60 dianas recibidas.

La portería, en el punto de mira

Además, esta fase de debilidad defensiva coincide con un cambio bajo palos y cierta incertidumbre. Ramón Vila ha sido el guardameta titular en los dos últimos encuentros, relevando a Carlos Marín. La versión oficial apuntaba a una lesión en el sóleo del meta titular, una dolencia que, sin embargo, no le impidió formar parte de la convocatoria y sentarse en el banquillo en el último choque liguero. Eso sí, el almeriense no se ejercitó ni en el calentamiento previo al partido, puesto que fue Arévalo quien estuvo practicando junto a Ramón Vila bajo palos.

Esta circunstancia añade un matiz de duda a la situación. Si bien la lesión pudo haberle impedido estar al cien por cien para competir, su presencia como suplente sugiere que podría estar cerca de su recuperación. Cuestionado en este sentido en rueda de prensa, Iván Ania subrayó que “estaba en el banquillo, por lo que estaba para jugar”, aunque eso no impidió que finalmente “nos decidimos por Ramón -Vila-”. Por lo tanto, la decisión de alinear a Vila podría tener también un componente técnico tras la renovación del arquero, aprovechando además las dolencias de un Carlos Marín que vio la cuarta tarjeta amarilla de su ciclo desde el banquillo.

Sea como fuere, la realidad es que el Córdoba CF vuelve a mostrarse vulnerable en su área. Corregir esta sangría de goles se antoja fundamental para las aspiraciones del equipo en el tramo decisivo de la temporada. El cuerpo técnico tiene ante sí el reto inmediato de encontrar soluciones urgentes para devolver la fiabilidad a una línea defensiva que vuelve a estar en el centro de las preocupaciones del cordobesismo, a pesar de que las actuaciones de Xavi Sintes y Rubén Alves han convencido al respetable. El Córdoba CF debe crecer desde la portería a cero, y tiene esta próxima jornada una gran oportunidad ante un Málaga CF que apenas ha vencido uno de los últimos cinco duelos.