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Crónica

Luz verde y el sueño continúa

Jugadores del Córdoba celebrando un gol

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El camino de la ilusión volvía al reino ribereño. Luz verde para una nueva batalla deportiva. Animen a su equipo, tal y como rezaba tifo de Brigadas Blanquiverdes en los prolegómenos del partido. Un homenaje a la popular serie El juego del Calamar, aunque ahora en clave cordobesista. Solo uno debía sobrevivir y era el Córdoba el que quería sumar un nueva víctima a su historial. Y en este caso, el adversario era la UD Montijo, otro que se estrenaba en El Arcángel. Un choque que se inició a ritmo intenso y con rápidos acercamientos por bandas. Con los dos clubes queriendo proponer. 

Precisamente por el lateral llegó la oportunidad más clara de los blanquiverdes en el arranque. A los 6’ de partido, un balón al hueco de Luismi acabó en un centro que remató Puga de tacón. No obstante, el esférico se marchó lamiendo el poste. Con todo, los de Juan Marrero -recordemos, extécnico del Córdoba B- proponían un planteamiento atrevido y siempre buscando salir con el balón jugado desde el principio, huyendo, al igual que los cordobesistas, de los golpeos en largo. Pero ahí surtía efecto la presión de los de Germán Crespo, que con el paso de los minutos fueron poco a poco maniatando a los extremeños.

Sería tras un error en el despeje cuando llegó la primera ocasión de los visitantes, aunque el disparo lejano de éstos lo atajó sin apuros Felipe Ramos. Pero ese juego valiente acabaría por traer problemas al Córdoba. Cercano al cuarto de hora, un balón colgado al área tras saque de falta acabaría en una jugada trastabillada y en la que, en segundo intento, Gabri Cardozo acertaba en la meta califal con un potente disparo cruzado. El primer golpeo lo dieron los extremeños. No quedaba otra que trabajar para intentar reconducir la situación. 

Desde el trabajo en el centro del campo llegó la mejoría blanquiverde. Y también el acierto, cómo no, en jugadas por banda y de los pies de Willy. Un centro por la derecha de Puga lo recogió el ariete extremeño para impactar una volea perfecta imparable para Fedotov. De nuevo había espacio para creer. En efecto, el tanto dio otro espíritu al plantel de Crespo, que ahora sí se fue con todo al ataque. Con el delantero como gran referente en la punta de lanza, el Córdoba lo intentó de todas las formas. De hecho, el propio Willy tuvo en sus botas el segundo, primero con otro remate de cabeza y después con un golpeo desde la frontal que le salió mordido. No obstante, el electrónico no volvió a moverse en los primeros 45 minutos de partido.

La efervescencia continuó tras la pausa. El Córdoba ya andaba a una marcha superior que su rival, que sin embargo, aguantaba muy bien plantado sobre el césped. Pero es innegable el potencial ofensivo de los califas, cuyo caudal comenzó a brotar progresivamente. Willy y De las Cuevas probaron fortuna en dos jugadas de peligro, aunque la más franca la firmó Javi Flores, que impactó un golpeo perfecto desde fuera del área y que, para desesperación del de Fátima, se topó contra la cruceta. No obstante, tanta insistencia acabaría teniendo su premio y fue para el extremo alicantino, que apenas diez minutos después de saltar al césped ya demostró que su pólvora sigue intacta para convertir el 2-1 tras desenvolverse a la perfección en la diagonal del área pequeña. 

Los de Germán Crespo dominaban a su antojo la situación ante un Montijo limitado a poco más que intentar contener el asedio cordobesista. En esas, el tercero pudo convertirlo Puga, que se coló hasta la inmediaciones de la meta de Fedotov tras una gran jugada con Ekatiz, aunque el disparo a bocajarro de éste lo detuvo de manera milagrosa el arquero. Lo siguió intentando el Córdoba, en busca de poder cerrar definitivamente el partido. Willy buscó su doblete en un mano a mano con el guardameta, pero su disparo de vaselina salió con poca fuerza.

Atrevido hasta el final, la recompensa volvería a llegar con el tercero de la tarde en clave cordobesa. Y lo firmó otra vez Miguel de las Cuevas, al rematar un centro medido de José Ruiz. Indudablemente, el 10 ya está plenamente recuperado y no hay mejor forma de volver al verde que con un doblete. El tramo final fue realmente tranquilo en defensa y con muchos intentos en ataque. Fuentes, Casas o José Cruz pudieron dar otra alegría a la afición, aunque ya no hubo puntería de cara al gol. Sea como sea, tres nuevos puntos y la racha sin perder sigue intacta. No cierren mucho los ojos. Esto es historia cordobesista. Y el hambre sigue intacto.

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