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Con margen de mejora y dudas ante el inicio del campeonato

El Córdoba, en la pausa de hidratación de un amistoso

Rafael Ávalos

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Tiene gol, pero no continuidad para lograrlo. Atrás es solvente, aunque no tanto como debiera. La balanza en las áreas, por ahora, pierde el equilibrio de forma desfavorable. Pese a ello, los guarismos de victorias y derrotas no son del todo negativos. Eso sí, no son los deseados tampoco, por mucho que a estas alturas sean más importantes las sensaciones que los resultados. Quizá por la impresión global en cuanto a juego se da más relevancia esta vez a los marcadores. Y también es probable que por ello encare el Córdoba con más dudas de las debidas el comienzo del campeonato en Segunda RFEF. Básicamente porque el balance de la pretemporada es realmente discreto, al menos con los números en la mesa y por la percepción de que el habitual margen de mejora -otro tópico del fútbol- es demasiado grande.

El conjunto blanquiverde finalizó el domingo su período de preparación, muy extenso también en esta ocasión, con un empate ante el Pozoblanco, rival de inferior división y, siempre a priori, rango deportivo en el campo. Cierto es que logró el Trofeo Ciudad de Pozoblanco, pero no lo es menos que la consecución del torneo a un partido se dio en una necesaria tanda de penaltis. El desenlace del último encuentro de pretemporada del equipo dirigido por Germán Crespo fue un reflejo de lo visto en el césped, con falta de ideas por muchos momentos. De ahí la incertidumbre por la capacidad del cuadro califal para encarar el importante desafío que tiene por delante. Su deseo es terminar en primera posición de su grupo para lograr el ascenso directo a Primera RFEF y lo cierto es que hasta la fecha, sin puntos en juego y con bastantes condicionantes, no supo mantener regularidad en relación a su imagen y los tanteadores.

Lo curioso en este verano es que el Córdoba arrancó con una derrota pero con gratas sensaciones. Cayó ante un rival de superior categoría como el Linares (0-1), si bien lo hizo con un juego atractivo tan sólo falto de acierto de cara a puerta contraria. Desde aquel choque, el conjunto blanquiverde vivió altibajos significativos. Incluso dentro de los propios partidos, como ocurrió ante el Marbella, un Tercera RFEF ante el que llegó a ganar por tres tantos para terminar con un ajustado 4-3 tras verse igualado. En este escenario, la mejor circunstancia es que el cuadro califal tuvo la facultad de crecer en duelos con adversarios de superior competición. Se impuso al Algeciras (0-1), el Rayo Majadahonda -y esta vez con remontada incluida-  (3-2) y el Extremadura (1-0). Fue tras completar su peor contienda hasta entonces, ante el Recreativo (1-0).

Sin embargo, de las buenas sensaciones el conjunto blanquiverde pasó a las dudas en juego y marcadores. Antes de igualar a cero con el Pozoblanco, cedió sendas derrotas ante el Recreativo Granada (1-0) y el Linense (2-0). Más allá de los acontecimientos puntuales, el balance no es favorable. Porque el Córdoba perdió tantos partidos como ganó, con sólo un choque finalizado en tablas -el último de todos, precisamente-. Ahí cabe la puntualización de que tres de las victorias se produjeron antes clubes que en la campaña 2021-22 militan en Primera RFEF. Como contrapunto, el cuadro califal fue incapaz de superar a un rival de idéntica competición y dos de Tercera RFEF. Pero las categorías son lo de menos en este período, cuya relevancia está en la evolución en planteamientos técnicos y tácticos. Y en la progresión en cuanto al equilibrio entre las dos áreas, la propia y la ajena.

Acerca del último apunte, el Córdoba concluye la pretemporada con bastantes deberes por hacer tanto defensiva como ofensivamente. De entrada, demostró un magnífico potencial en ataque, pero no supo canalizarlo. Marcó nueve goles, con un promedio de uno por encuentro y hasta siete anotados en sólo dos. Es decir, en base al dato más próximo, el cuadro califal acumuló hasta cinco de nueve duelos sin ver puerta. Queda claro que el caudal anotador ha de fluir con más facilidad y no en forma de torrentes puntuales. Sobre todo cuando atrás el equipo no termina de lograr la solvencia idónea. Aunque los de Germán Crespo ofrecieron sensación de seguridad en la retaguardia, el conjunto blanquiverde encajó diez tantos, uno más de los que firmó, con tres choques en los que recibió más de uno. Como añadido, apenas dejó su puerta a cero en tres de sus citas estivales. En consecuencia, la manida idea del margen de mejora se hace muy real en este sentido. De no frenar mucho mejor las vanguardias rivales y otorgar más rentabilidad a la propia, los triunfos van a resultar mucho más complicados. Y con ello, la consecución del objetivo.

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