En busca de la estructura perfecta
El más difícil todavía. Los equipos que quieren aspirar a un ascenso o a un hipotético play off deben tener un esqueleto básico que conformar el once inicial más potente posible. El Córdoba ha usado 25 alineaciones diferentes en los 28 partidos de su vuelta al Grupo IV. Además, en las jornadas donde el conjunto califa estuvo dirigido por Enrique Martín, el sistema blanquiverde fue variando sin llegar a coincidir en un once titular básico. Por otro lado, Raúl Agné lo buscó e incluso repitió tres alineaciones distintas, pero sin darle una continuidad necesaria para dominar en la categoría. Con el cambio de entrenador, Juan Sabas deberá redirigir el rumbo de la nave califa en busca de una estructura sólida.
Enrique Martín, un vuelo sin rumbo
La expectación cordobesista generada por la llegada al banquillo del navarro era necesaria -y más por los problemas extradeportivos-, pero acabó saliendo por la vía rápida. Tras perder claramente en el Cartagonova frente al Cartagena (2-0), por aquel entonces, la directiva de Jesús León quiso prescindir de sus servicios y traer a Raúl Agné, muy conocido por Alfonso Serrano. Hasta entonces, la bruja había dejado muchas dudas, sobre todo por su inesperado sistema ya que no beneficiaba a De las Cuevas y Javi Flores, llamados a ser los referentes de este Córdoba.
El ex técnico del Osasuna probó desde el inicio con un sistema comandado por tres centrales. Chus Herrero, Fidel Escobar y Ángel Moreno debutaron como titulares en el partido frente al Recreativo Granada, volviendo a coincidir en la segunda jornada. Ahí acabó la regularidad en la parcela defensiva y empezó el baile de cambios hasta acabar con un esquema parecido al actual. Martín implementó el 4-2-3-1 dando más libertad en la media punta a Javi Flores, pero esto no fue suficiente. Con la lesión del cordobés, el conjunto blanquiverde entró en una mala dinámica que le costó el puesto al navarro en detrimento de Raúl Agné.
Algo más de continuidad, pero innecesaria
La entrada del aragonés pareció darle un aire fresco y un orden no visto antes en el vestuario blanquiverde. De hecho, en sus dos primeras jornadas repitió once y varió esquema para empezar a utilizar el 4-4-2 con Novaes y Owusu en punta. A partir de aquí, y viendo el rendimiento de la parte ofensiva, el técnico dio un paso atrás para volver al 4-2-3-1 en busca de una salida de balón más fluida con Imanol y José Antonio González en el pivote. Y desde ese esquema, el de Mequinenza volvió a repetir un once diferente en las jornadas 14 y 16 -Mérida y Atlético Sanluqueño, respectivamente-.
Por otro lado, el mercado invernal sirvió para que el técnico blanquiverde asentara sus ideas en la plantilla. Por ello, Raúl Agné volvió al 4-4-2 con Willy y Piovaccari como puntas de referencia. Esto hizo que el aragonés repitiese once titular ante Yeclano y Badajoz, dos rivales directos por el play off. Desde el Nuevo Vivero, el Córdoba no ha vuelto a reproducir una misma alineación debido a las bajas obligadas por lesión. Esto hace que Juan Sabas esté envuelto en una papeleta complicada para buscar una estructura perfecta que encaje con el juego blanquiverde tras el parón obligado.
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