Aferrados a un reciente grato recuerdo
La imagen es mejor jornada tras jornada. El relevo en el banquillo trae consigo, por el momento, una evolución favorable en el juego. Por mucho que éste sea más práctico que vistoso. Pero las sensaciones deben ser refrendadas con buenos resultados. Una premisa ésta cuyo cumplimiento es cada vez más urgente. El Córdoba necesita de una vez por todas alcanzar el triunfo. Más que nada porque ocupa la antepenúltima plaza de Segunda A y un nuevo partido es también un partido menos para la consecución del nuevo objetivo: la permanencia. De ahí que encare su siguiente choque liguero con una tarea ineludible. Al menos, a pesar de su comprometida posición, lo hace con la vibración positiva que le pudiera transmitir un triunfo anterior. El conjunto blanquiverde visita el sábado (20:00) al Lorca aferrado a un reciente grato recuerdo. Ése no es otro que el del encuentro que ambas escuadras disputaran a comienzos de septiembre en Copa del Rey.
Muy diferente es la situación, tanto como la competición. Lo cierto es que el Córdoba sabe que es capaz de hacer daño a su próximo rival. Conocedores de ello son, cuando menos, los futbolistas. Quizá lo sea menos Juan Merino, que en el precedente entre los dos equipos aún no estuviera ni siquiera en el pensamiento de la propiedad y del Consejo de Administración del club. Sea como fuere, el cuadro califal se desplaza a Murcia para medir fuerzas con un adversario a priori asequible y que tampoco vive momentos agradables. El Lorca es penúltimo, con un punto menos que la escuadra blanquiverde, y no gana desde el 30 de septiembre, cuando lo hiciera ante el Cádiz (3-0). Desde entonces, en la séptima jornada, los murcianos apenas suman un punto más: el cosechado dos duelos atrás ante el Tenerife (2-2).
Sin duda, vistos los números y su trayectoria, el Lorca es un rival propicio para volver a la buena senda. Así lo ve el Córdoba en esta semana después de igualar a uno con el Numancia y demostrar que puede reaccionar cuando inicia una contienda por debajo. A su favor tiene el conjunto blanquiverde, en efecto, el recuerdo del triunfo que lograra en Copa en el Francisco Artés Carrasco. El cuadro califal, de hecho, cuenta con un dato positivo en el brevísimo historial de enfrentamientos con los murcianos gracias a aquel partido. No en vano, es hasta ahora el único entre ambos conjuntos. El estreno de esa trayectoria común no puede ser más beneficioso para el presente estado de ánimo de la plantilla.
Dicho de otro modo, el Córdoba acude a Lorca con el grato sabor que le reportara en su momento el 2-4 en ese duelo de Copa. Un resultado con el que el equipo entonces dirigido por Carrión consiguiera seguir adelante en el torneo del KO -sólo por una ronda más dado el destrozo que ocasionara el Tenerife poco después-. Con todo, esta victoria guardada ya en el archivo de la memoria, sólo es un acicate más para buscar los tres puntos en el Francisco Artés Carrasco. Principalmente, porque también sigue perceptible la sensación de que el triunfo entonces fuera posible debido a una elevada dosis de fortuna o acierto. Esta vez los blanquiverdes no pueden permitir, no deben hacerlo, tantas ocasiones como generara hace semanas el cuadro murciano. Un festín de oportunidades falladas por suerte reducido a nada por los goles de Sergi Guardiola -con dos, uno de penalti-, Markovic y Alfaro.
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