Robert Capa, Gerda Taro y 'Chim' regresan a Córdoba
Hace 80 años eran desconocidos para el gran público. Los tres eran fotógrafos, tenían poco más de 20 años, se conocieron en París y los tres murieron en una guerra. Los tres, además, comenzaron a darse a conocer en España pero en el extranjero. Un día del mes de septiembre de 1936 Robert Capa y Gerda Taro entraron en la provincia de Córdoba. En Espejo, hicieron una foto icónica, presumiblemente un montaje: la del miliciano cayendo herido de muerte fusil en mano. Desde ese día, nada volvió a ser igual para ellos.
Ahora, más de 80 años después de aquel día, de aquel instante, de aquella fotografía, Robert Capa, Gerda Taro y su amigo David Seymour alias Chim regresan a la provincia donde empezó casi todo, el sitio en el que comenzaron a fotografiar los horrores de la Guerra Civil española. Todos esos horrores caben en una maleta de más de 4.500 negativos que estuvo escondida en un desván de México durante décadas. Los negativos, las fotos, eran de Capa, Taro y Seymour. Capa los abandonó huyendo de otra guerra, la Segunda Guerra Mundial, en la casa del embajador mexicano en la Francia de Vichy, ocupada por los nazis. Hoy, esos negativos, esa historia, son protagonistas de la exposición más importante de la Bienal de Fotografía de Córdoba. Si acaso, conforman la exposición más importante que jamás haya acogido la Bienal de Fotografía de Córdoba en sus 15 ediciones. Y además tienen una enorme carga simbólica para la provincia donde empezó todo para Robert Capa (que entonces no se llamaba así) y para Gerda Taro.
La sala de exposiciones Vimcorsa acoge desde la noche de este jueves una delicada exposición en tres fases de la Maleta Mexicana, que en España tan solo se ha expuesto en Barcelona. El material es propiedad del ICP (Centro Internacional de Fotografía de Nueva York), creado por el hermano de Robert Capa (Cornell) y hoy dirigido por Cynthia Young, que ha presidido la inauguración de la exposición cordobesa.
El hallazgo reproduce los 126 rollos de película de los tres legendarios fotógrafos. Las imágenes, tomadas entre 1936 y 1939, registran episodios claves de la contienda como el frente de Aragón, la batalla de Brunete y el confinamiento de los vencidos en campos de concentración. En Córdoba hay dos escenas en dos años diferentes. La primera, de 1936, representa la siega de los jornaleros de Valsequillo y pequeñas escaramuzas en la zona de Cerro Muriano (donde siempre se pensó que había sido tomada la foto). La segunda, de 1937, son combates en La Granjuela, donde Gerda Taro documentó una intensa batalla.
Young detalló en la presentación el sentido de la exposición. Son tres fases, una por fotógrafo y época ordenadas de manera cronológica. Así, aparece Chim, con un estilo muy delicado y una fotografía de gran complejidad, más interesado en retratar la vida diaria de las víctimas de la guerra, según explicaba la comisaria de la muestra. También el estilo directo de Taro (“a very brave woman”), más atrevida. Y la visión física y “llena de acción del propio Robert Capa”, sin duda el fotoperiodista más conocido del mundo.
La exposición también incluye material audiovisual, como una película rodada por Henri Cartier Bresson pero en la que hay planos filmados por el propio Robert Capa (que no se incluyeron dentro de la Maleta Mexicana). Y todas las revistas europeas y norteamericanas en las que comenzaron a publicarse las fotografías de los tres amigos, que tuvieron el mismo desenlace: morir con las cámaras puestas en acto de servicio para el fotoperiodismo mundial.
Un pequeño spoiler para los que acudan a la muestra: no busquen la foto del miliciano. Sus negativos no están en las cajas de la Maleta Mexicana. Pero eso es otra historia.
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