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Un museo dentro del teatro romano más importante de Hispania

Unos especialistas, antes de entrar al Museo Arqueológico de Córdoba

Alfonso Alba

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Hasta los años noventa del siglo XX los arqueólogos no se ponían de acuerdo sobre dónde estuvo el teatro romano de Córdoba, capital de la Bética y, ya se sabía, uno de los más importantes de Hispania. Entonces, un joven arqueólogo llamado Ángel Ventura lo ubicó sin ningún género de dudas en las entrañas y alrededores del Palacio de Jerónimo Paéz, curiosamente sede del Museo Arqueológico de Córdoba. El Gobierno decidió ubicar el museo en este antiguo palacio cordobés en los años cuarenta. Ya entonces se sospechó que la presencia de unos llamativos restos arqueológicos podrían significar que ahí estaba el teatro, pero sin certezas. En los años sesenta se compraron nuevos solares (para facilitar la expansión del museo) y se excavaron, pero no se llegó tampoco a una interpretación concreta sobre qué era aquello que había aparecido en el subsuelo.

En los años noventa del siglo XX, gracias al Seminario de Arqueología dirigido por la profesora Pilar León se iniciaron las excavaciones en el llamado Patio Romano del Museo Arqueológico. Los trabajos fueron dirigidos por un joven Ángel Ventura en 1994. Tras un intenso trabajo, Ventura propuso sin ningún género de dudas que estaban ante el teatro romano más grande de Hispania jamás encontrado.

La zona del llamado Patio Romano ha sido objeto de intensas excavaciones arqueológicas desde entonces. En el año 2000 se lleva a cabo una gran excavación, tras la que se acaba demoliendo un almacén de cemento que había en la zona. Los arqueólogos, ya con la incorporación también de Antonio Monterroso junto a Ángel Ventura, localizan una plaza entera, dos escaleras intactas, un edificio derruido entre las escaleras a causa de un terremoto y justo encima, oculta entre montones de tierra, la fachada del antiguo teatro romano de Corduba, caída pero intacta a causa de un histórico seísmo.

Ya entonces, aquel trabajo de investigación concluyó con una propuesta: la recuperación del parque arqueológico. En aquellos años, el Ministerio de Cultura planteaba la ampliación del Museo Arqueológico de Córdoba, un espacio que se había quedado sin sitio y que necesitaba lugares más amplios para poder mostrar y comprender la importancia que ha tenido en la historia el asentamiento de Córdoba. El plan, que ya ha tenido dos fases de ejecución, planteaba la puesta en valor de un parque arqueológico único en la ciudad, ya que se habían localizado estructuras originales y enteras de época romana, y que se habían conservado así gracias al terremoto del siglo III después de Cristo, documentado desde Cartago hasta Baelo Claudia. La ciudad de Córdoba ha ido asentándose y reconstruyéndose sobre sí misma, legando muy pocas estructuras enteras o en buenas condiciones de época romana. Un ejemplo: el Templo Romano de la calle Claudio Marcelo es una reconstrucción donde la mayor parte de lo que se ve es un añadido.

Ahora, 30 años después del descubrimiento y dos décadas más tarde de aquella propuesta, el Gobierno de España, a través del Ministerio de Cultura, acaba de sacar a licitación un concurso público para la redacción de un proyecto de obra que tiene que concluir con la definitiva ampliación del Museo Arqueológico de Córdoba y con la puesta en valor del Patio Romano. En la propuesta original de musealización de este espacio, se llegaba a plantear la recuperación de la fachada derrumbada por el terremoto (están todas sus piedras) volviéndola a levantar, y la conexión del propio museo con el yacimiento, recuperando el recorrido inicial romano.

No será, desde luego, la única parte del antiguo teatro romano visible. Al contrario. En la primera fase de ampliación del Museo Arqueológico el mismo equipo trabajó en una excavación muy compleja que acabó dando frutos y que es hoy visible. Bajo el nuevo edificio junto a la portada renacentista del Palacio de Jerónimo Páez pueden contemplarse restos de la cávea del antiguo teatro romano, con un incipiente graderío. Pero es fácil imaginar con esos restos las enormes dimensiones que tuvo aquel gran espacio escénico de Corduba: 125 metros de diámetro y con una capacidad para acoger a entre 13.000 y 15.000 espectadores. No hubo ningún teatro así de grande en toda la Península Ibérica.

El proyecto

La ampliación del Museo Arqueológico de Córdoba es una de las obras más ambiciosas del Ministerio de Cultura en Córdoba. El Gobierno, en la memoria, asume que se trata de “uno de los museos arqueológicos más relevantes a nivel nacional, pues cuenta con unas colecciones de excepcional valor histórico y arqueológico, con piezas que abarcan desde la Prehistoria hasta la Baja Edad Media”.

Para las obras, se ha previsto una inversión de unos nueve millones de euros, con un plazo indeterminado de ejecución, aunque se plantean 36 meses. Antes, se tiene que redactar un proyecto de obra que es muy complejo, con una multitud de trámites pero sobre todo de detalles. De hecho, el Ministerio de Cultura calcula un plazo de al menos un año, más los 36 meses siguientes para la dirección de las obras.

En el pliego, el Gobierno ya deja claro qué es lo que quiere que el equipo de arquitectos y arqueólogos planteen:

  • “La rehabilitación del edificio histórico del Palacio de los Páez de Castillejo, con el objetivo de readaptarlo a su uso como museo, de acuerdo a los actuales criterios y tendencias museológicas. Supone la rehabilitación de un edificio histórico que ha sufrido profundas transformaciones y que ha sido en gran parte modificado a lo largo del siglo XX, así como readaptado a las funciones del uso museístico. El proyecto deberá contemplar, como actuación previa a la de rehabilitación, la retirada o protección y restauración in situ de las colecciones del museo que en el momento todavía ocupan parte de sus salas.
  • La intervención en los vestigios arqueológicos conservados en el llamado Patio Norte, con el objetivo de recuperarlos para su inserción en el futuro recorrido por la exposición permanente“.

El origen

El Museo tiene su origen en 1844, cuando las piezas arqueológicas procedentes de las desamortizaciones de los conventos cordobeses se reúnen en el entonces Museo Provincial de Bellas Artes, formando la Colección de Antigüedades. En 1920, ya de modo independiente, el Museo Arqueológico se instaló en el edificio que ocupa el número 4 de la plaza de San Juan, donde permaneció poco tiempo, trasladándose a una casa de origen mudéjar situada en la Calle Samuel de los Santos. Esta etapa de transición, de 1921 a 1959 culminó con el traslado a la sede definitiva. Desde 1959, el museo ocupa su actual sede principal, el Palacio de los Páez de Castillejo, también llamado de Jerónimo Páez.

Fue adquirido por el Ministerio de Educación en 1942. En los años 50 fue restaurado y rehabilitado por el arquitecto Félix Hernández. Su instalación museográfica actual se inauguró en 1962. En ese mismo año, tanto este edificio como sus colecciones, fueron declarados Monumento Histórico Artístico (Decreto 474 de 1 de marzo). En esta etapa produjo un incremento considerable de los fondos conservados, la creación del servicio de investigación de arqueología urbana, el nacimiento de su excelente biblioteca especializada en arqueología, y la edición de una revista científica, Corduba Archaeologica. El Museo Arqueológico de Córdoba se convierte entonces en uno de los más completos de España, detalla el Ministerio en la memoria del proyecto.

La reforma del Museo se planteó en dos fases sucesivas: Una primera fase de ampliación de nueva planta (1998-2011) y una segunda fase de rehabilitación y adecuación de la sede histórica, que es la que se va a acometer a partir de ahora.

El teatro romano

Los cimientos y parte de la cavea (el graderío) del teatro romano de Corduba, del siglo I D.C., se encuentran bajo el Museo Arqueológico de la ciudad. Llegaban hasta donde hoy se dispone la plaza de Jerónimo Páez y en la fachada frente al museo se encontraba el frente escénico. Bajo todo ello existen aún bolsas de agua a cinco metros de profundidad, depósitos de los veneros que bajan hacia el río y que descubrieron los geólogos durante la excavación del teatro.

El teatro romano de Corduba es superado solo en seis metros por el de Marcelo, el mayor de todo el imperio romano. Según los estudios, el teatro aprovechó el desnivel natural del terreno en esta zona de la ciudad de Córdoba. Gracias a hasta tres niveles de terrazas, facilitaría el acceso de los espectadors a las gradas.

Se cree que el teatro está también fosilizado en parte en la plaza de Jerónimo Páez. Tanto la orchestra como la scena se localizarían en la propia plaza y en la calle Marqués del Villar. Durante su excavación se descubrieron los restos de derrumbe provocados por el gran terremoto de los años 260-270 después de Cristo que asoló el sur de la Península Ibérica.

Para saber más: Borrego.J. (2011): “El teatro romano de Córdoba” Córdoba Reflejo de Roma Catálogo de la exposición. https://www.academia.edu/1260365/El_teatro_romano_de_Córdoba

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