La borrasca Claudia inunda el yacimiento mozárabe

Las persistentes precipitaciones que está dejando la borrasca Claudia en Córdoba han inundado los restos arqueológicos del complejo de época mozárabe hallado en el terreno donde se proyecta la Ronda Norte, un yacimiento de carácter único en la Península Ibérica por la relevancia de la basílica cristiana que ha descubierto.

La lluvia caída hasta media tarde de este viernes en la capital -cerca de 40 litros por metro cuadrado en dos jornadas-, ha desbordado el geotextil que se colocó el pasado 30 de octubre para proteger del agua los restos y ha acabado anegándolos, como se puede ver en las imágenes y el vídeo de esta información.

Ya el pasado 29 de octubre, con las primeras lluvias copiosas de la temporada, el yacimiento sufrió una inundación cuando aún no estaba cubierto con el geotextil, que se instaló un día después, pese a las advertencias que había habido por parte de los técnicos para proteger el yacimiento mozárabe.

De hecho, una resolución de la Delegación de Cultura y Patrimonio fechada el 3 de octubre instaba a que el promotor de la obra se hiciera cargo de la protección, pero permanecieron sin esta hasta después de la intensa lluvia del 29 de octubre.

Asimismo, en la ponencia técnica se señalaba que, “dada la fragilidad del yacimiento exhumado, compuesto por pavimentos de mortero de cal y por muros con alzado de tapial, el promotor deberá presentar por el procedimiento de urgencia un proyecto de conservación preventiva mediante su cubrición ante el peligro de pérdida y deterioro de dichos elementos, con motivo de las condiciones ambientales, especialmente la lluvia”.

Este mismo viernes, los grupos políticos del PSOE y Hacemos Córdoba en el Ayuntamiento han presentado una denuncia en la Fiscalía contra las consejerías de Fomento y la de Cultura por un supuesto delito contra el patrimonio ante la falta de protección adecuada que han tenido los restos del yacimiento.

Los restos

El conjunto hallado está encabezado por una basílica cristiana de tres naves, con ábside al oeste y posible nártex al este, con unas dimensiones aproximadas de 20 metros en sentido este-oeste y 13 metros en sentido norte-sur. Adosados a la basílica, y sin comunicación directa con ella, se han documentado dos monasterios, uno al norte (masculino) y otro al sur (femenino), ambos simétricos y organizados en torno a claustros porticados. La presencia de un posible baptisterio o estructura hidráulica en la mitad oriental de los terrenos completa el panorama de este importante sitio.

La cronología de este núcleo se sitúa desde el siglo VIII y a lo largo del IX, coincidiendo con el periodo emiral, y es notable la ausencia de materiales califales. Los muros principales son de tapial, enlucidos y pintados de blanco, y los pavimentos son de mortero de cal y gravilla, pintados a la almagra. Los restos evidencian una reconstrucción mozárabe de una iglesia anterior, de época tardorromana o visigoda, que habría estado en uso entre finales del siglo V y finales del siglo VII. Esta reconstrucción se relaciona con la autorización otorgada por Abd al-Rahman I en 784-85 a los cristianos para reedificar iglesias en la periferia de la Medina, a cambio de la cesión de la mitad de la basílica de San Vicente para la Mezquita Aljama.