Los arqueólogos piden proteger los restos de la basílica mozárabe hallada en la Ronda Norte
Un hallazgo arqueológico de “importancia capital” en la futura Ronda Norte de Córdoba ha llevado a los arqueólogos a solicitar la protección integral del complejo religioso descubierto, según el informe preliminar enviado a la Consejería de Cultura al que ha tenido acceso este periódico y que ha avanzado Diario Córdoba. El documento ha sido elaborado por el equipo de investigación de la empresa Salsum, dirigido por Manuel Cobo Aguilera y codirigido por Antonio J. Criado Algaba, además de un equipo integrado por los profesores Ángel Ventura, Carlos Márquez y Camino Fuertes.
La intervención arqueológica preventiva, realizada en la franja de terreno situada al norte de la actual Avenida de Arruzafilla, entre la Glorieta Académica García Moreno y la Glorieta de Santa Beatriz, ha revelado un complejo religioso cristiano de época mozárabe. Este complejo, que abarca aproximadamente 5.000 metros cuadrados, de los cuales se ha excavado algo menos del 20% (unos 820 metros cuadrados), es calificado como único hasta el momento en Córdoba y en el resto de al-Andalus.
El conjunto hallado está encabezado por una basílica cristiana de tres naves, con ábside al oeste y posible nártex al este, con unas dimensiones aproximadas de 20 metros en sentido este-oeste y 13 metros en sentido norte-sur. Adosados a la basílica, y sin comunicación directa con ella, se han documentado dos monasterios, uno al norte (masculino) y otro al sur (femenino), ambos simétricos y organizados en torno a claustros porticados. La presencia de un posible baptisterio o estructura hidráulica en la mitad oriental de los terrenos completa el panorama de este importante sitio.
La cronología de este núcleo se sitúa desde el siglo VIII y a lo largo del IX, coincidiendo con el periodo emiral, y es notable la ausencia de materiales califales. Los muros principales son de tapial, enlucidos y pintados de blanco, y los pavimentos son de mortero de cal y gravilla, pintados a la almagra. Los restos evidencian una reconstrucción mozárabe de una iglesia anterior, de época tardorromana o visigoda, que habría estado en uso entre finales del siglo V y finales del siglo VII. Esta reconstrucción se relaciona con la autorización otorgada por Abd al-Rahman I en 784-85 a los cristianos para reedificar iglesias en la periferia de la Medina, a cambio de la cesión de la mitad de la basílica de San Vicente para la Mezquita Aljama.
Santa Eulalia de Mérida
Los arqueólogos han presentado una serie de argumentos sólidos para identificar el complejo con la Basílica mozárabe de Santa Eulalia de Mérida. Así, destacan que su ubicación coincide con las descripciones de Eulogio y el calendario de Recemundo, que sitúan la Basílica de Santa Eulalia “in vico Fragellas” y “prope Cordubam”, a medio camino entre la ciudad y la sierra. También plantean que la orientación del ábside en el lado occidental, contraria a la canónica, es característica de iglesias martiriales.
Se han encontrado un capitel visigodo con palomas y cruces, donde las palomas aluden al alma de Santa Eulalia según Prudencio y San Gregorio de Tours. También una basa ática romana decorada con toros que asimilan coronas martiriales, simbolizando la doble corona de Virgen y Mártir de Santa Eulalia. Las pinturas de suelos rojos y paredes blancas de la basílica mozárabe también representarían la sangre del martirio y la pureza de la virginidad de Eulalia.
Aparte, el informe incide en la posible presencia de las tumbas de Santa Columba y Santa Pomposa en las fosas alrededor del ábside, junto con la mención de monjes recogiendo sus cuerpos, sugiere un monasterio asociado a la basílica.
El material arquitectónico recuperado, un lote “excepcional” en cantidad y variedad (basas, fustes, capiteles romanos y visigodos, fragmentos de transenna), demuestra un proceso de reutilización de piezas de alta calidad, algunas procedentes de Mérida, lo que refuerza la idea de una intencionada selección para decorar el edificio.
El abandono y expolio del complejo mozárabe, alrededor del año 900 después de Cristo, plantea la hipótesis de que la comunidad monástica emigró a León, fundando el monasterio de San Miguel de Escalada en 913 y llevando consigo reliquias de mártires cordobeses como Santa Columba.
Ante la relevancia de este descubrimiento, el equipo propone una serie de actuaciones urgentes. Entre ellas, continuar la excavación del lateral septentrional del complejo, donde se ubica el monasterio norte, actualmente solo parcialmente excavado; realizar sondeos arqueológicos en los sectores central y oriental del yacimiento para evaluar la extensión y características de los restos, que la prospección geofísica sugiere son abundantes.
El documento insta a la Consejería de Fomento, Infraestructuras y Ordenación del Territorio a que el Proyecto de la Ronda Norte de Córdoba solo se desarrolle una vez que se haya completado la documentación arqueológica de la totalidad del complejo religioso y se garantice que su soterramiento no afectará los restos.
El equipo considera de “gran interés la evaluación de otras alternativas de trazado” que permitan la ejecución de la infraestructura sin renunciar a la futura conservación, puesta en valor y continuidad de las investigaciones en este singular complejo cristiano. Finalmente, se solicita la protección inmediata de los vestigios ya excavados ante la previsión de lluvias otoñales.
Ahora, la decisión la tendrá que tomar la Comisión Provincial de Patrimonio. Fuentes del gobierno andaluz señalan que no fue hasta este lunes cuando el equipo conoció el documento y se puso a trabajar sobre el mismo.
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