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Julián Maeso: “Me gustaría hacer algo con un flamenco”

El cantante Julián Maeso, tras su concierto en Modo Califa

Juan Velasco

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Que Julián Maeso es uno de los músicos más talentosos de la escena española queda fuera de toda duda cuando uno tiene la oportunidad de verlo en directo. Este sábado pasó por Córdoba con su proyecto Jazz Funk, The JMs, una banda con la que sale a jugar y a divertirse reinterpretando canciones de Michael Jackson, Saint Germain, Kenny Rogers o Bobby Blue Bland en clave de Groove. Todo bajo un halo de improvisación en el que el teclista se mueve con soltura, cercado entre su órgano, su piano y su sintetizador, y que le permite marcar distancias con respecto a la melancolía que destilan sus composiciones originales.

Alérgico a las redes, Maeso vive en medio del campo, mimando sus órganos y componiendo canciones. Una postal bucólica que se rompe en cuanto pone un pie en el escenario y se transforma en una mala bestia. Verlo en directo aullar y aporrear el piano es una experiencia catártica para los amantes de la música afroamericana, que saben que Maeso es un tesoro nacional. Arrancarle un selfie, por otro lado, ha sido casi un milagro.

PREGUNTA. La última vez que tocaste en Córdoba fue hace ya un par de años y ahora vuelves con un proyecto distinto. Me gustaría saber en qué ha cambiado Julián Maeso en estos dos años.

RESPUESTA: Pues aquella vez vine con el disco anterior, que había sido más rockero. Y bueno, luego saqué Somewhere, Somehow, que es más onírico, con unos cambios de armonía y también es más jazzero. Y bueno, supongo que he madurado como músico y como persona en este tiempo.

P. De alguna manera el título de ese último disco, En algún lugar, de cualquier manera, remite a lo incierto, ¿no?

R. Bueno si. Y tiene lógica si nos fijamos en cómo están sucediendo las cosas hoy en día. Estamos un poco perdidos y no sabemos adonde vamos. Y las cosas, además, pueden pasar de muchas maneras. En el mismo sitio y en el mismo lugar, puede haber una persona haciendo mucho bien y repartiendo mucho amor, o puede haber un hijo de puta quemando bosques o intentando fracturar el país. A eso me refería, a esa bipolaridad inherente del ser humano.

P. A nivel compositivo, si bien el disco tiene un sonido mucho más refinado, también por el título me sugiere la idea de que tú mismo compones en cualquier sitio y de cualquier manera.

R. Pues si. Digamos que todo parte de las ideas que me vienen en cualquier momento del día y que voy grabando en el móvil. Y luego voy madurándolas y dándoles vueltas, y juntándome con los músicos hasta que llegamos a una canción final.

P. Y en qué momento estás a nivel compositivo. ¿Eres de los que estás siempre concibiendo cosas nuevas o de los que también está volviendo a retomar su material antiguo?

R. No soy de los que suele volver atrás. Es que ni siquiera escucho mis discos después de grabarlos. Generalmente intento buscar otras músicas, incluso aquellas que yo no domino, para hacer otros estilos. Yo que se, desde el flamenco, la bossa nova o la música africana, por ejemplo. Me gusta escuchar músicas que no controlo para que se me vayan quedando las armonías y pueda asimilarlo poco a poco.

P. De hecho a Córdoba has venido con una formación con la que juegas con una música con la que no se te relaciona tanto como es el Jazz.

R. Bueno, los JMs es un modo de expresión, de salirme de mi zona de confort. Es un taller de experimentación, porque estoy buscando otros ritmos. De alguna manera, con los JMs si que vuelvo atrás. Porque vuelvo a retomar mi parte más funky y más soul, pero mezclándolo con otros estilos más modernos. Y además, está abierto a la improvisación, es más libre, y menos cerrado. Es también un divertimento. Vengo a tocar y a expresarme, al igual que los músicos que me acompañan y que al final la gente disfrute.

P. De hecho en el concierto se ve que sacas tu parte más bailable. ¿Te apetecía esto?

R. Si porque siempre ha habido un punto de melancolía en los discos de Julián Maeso, y ya el cuerpo me pide un poquito de marcha.

P. ¿Y hay algún músico o referencia que te haya empujado hasta este proyecto?

R. Bueno, hay uno que me gusta mucho que es Cory Henry, un increíble organista americano que también toca sintetizadores, y canta, y es un grandísimo músico. Y muy joven. Y luego también está Jacob Collier. Son dos chicos jóvenes que tienen una visión moderna del Jazz en la que revisan lo clásico y dándole la vuelta. Sí que me gusta escuchar cosas que se salgan de lo clásico.

P. En general también eres más clásico. No eres de estos artistas muy prolíficos en las redes. ¿Cómo ves esta nueva forma de comunicarse para los artistas? ¿Este contacto directo?

R. Bueno… No nos queda otra que estar activo en redes porque es una herramienta de publicidad y promoción. Pero he de reconocer que no es lo mío y siempre me ha gustado más tocar y componer que estar subiendo fotitos, porque al final se desvirtúa un poco la movida. De hecho, me he quitado las tres o cuatro redes que tenía en el móvil, porque al final estoy perdiendo el tiempo. Y ese tiempo lo quiero emplear en disfrutar del campo, de mis amigos o de la comida. Yo es que soy de la vieja escuela. Y las nuevas tecnologías tienden hacia la deshumanización y mucha gente está fatal de la cabeza, porque ha desconectado con la naturaleza para meterse en un mundo en el que desarrollan personajes, pero que es etéreo. No me convence, la verdad.

P. Una preguntita para terminar. ¿Con quién te gustaría hacer una colaboración?

R. Uff… En un futuro, cuando sepa algo más, me gustaría hacer algo con un flamenco. Ya, por suerte hoy en día hago colaboraciones con músicos que me encantan. Además también tengo la suerte de tocar con unos músicos excepcionales y estoy muy satisfecho. Pero, en futuro ¿Por qué no?

P. Bueno, aquí tenemos a Lin Cortés, que te viene al pelo.

R. Jajajaja… Lo conozco, tengo la suerte de conocerlo, es una persona muy divertida y con mucho arte.

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