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“Hemos hecho de nuestra vida un selfi continuo”: la reflexión de la tecnología, opinión y postura en Cosmopoética

Coloquio de Santiago Alba Rico y Chantal Maillard en Cosmopoética

Jesús Ventura

30 de septiembre de 2025 23:59 h

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El Palacio de Orive ha acogido una nueva sesión de Cosmopoética. En el ecuador de uno de los eventos más singulares de la ciudad de Córdoba, la organización sabía que este miércoles era un día fuerte, donde la gente iba a acudir en masa a este emplazamiento y así ha sido. El ciclo ‘Versos expandidos’ ha tenido como protagonistas al filósofo Santiago Alba Rico y a la poeta Chantal Maillard, dos figuras de este género literario a nivel nacional y que ha hecho que la expectación en este recinto haya sido máxima.

Un primer tema en el que ambos autores han conversado y han abierto, además, la opinión del público ha sido sobre el uso de la palabra en el espacio público. Por un lado, Santiago Alba Rico muestra su preocupación en este sentido y ha hecho referencia al ‘apocalipsis cultural’, es decir, cuando las palabras tienen mucho significado o, sin embargo, cuando apenas quieren decir nada. “Esa expansión del significado lo he denominado como ”pansemia“ como recordatorio de la pandemia. Hay ciertas palabras que se han degradado demasiado y ahora no quieren decir nada. La manera de defender el papel poético de la palabra es recordar que no sabemos del todo qué significan las palabras”.

Coloquio de Santiago Alba Rico y Chantal Maillard en Cosmopoética

Asimismo, Alba Rico ha defendido que nadie debe correr riesgos por ser palestino, mujer o inmigrante. “Hay dos terrenos en el que debemos correr riesgos: el amor o la literatura. Eso sí que son espacios para correr riesgos”. Por su parte, Chantal Maillard ha comenzado su opinión explicando que debatir y dialogar son dos términos “muy diferentes” porque el primer término es “llevar el contrario al otro o tener la razón”. “La razón no actúa con la opinión o la creencia. Cuando una emoción se carga de idea viene el sentimiento. Y no es lo mismo opinión que sentimiento”. La poeta ha apuntado que lo peor en este sentido es cuando la opinión tiene cierta influencia con la política. “Si tú disminuyes al enemigo, te disminuyes a ti mismo. Si tienes un buen enemigo, puedes quitarte el sombrero cuando haga una buena jugada. Yo siempre quiero un buen enemigo cuando juego porque también me da altura. Pero no quiero descalificar al enemigo porque todo vuelve como un boomerang”.

Alba Rico, tras escuchar a Maillard, ha querido defender la opinión. “Vivimos en un mundo en el que hay algo peor que la opinión: la postura o posición. Estamos todos los días continuamente teniendo que tomar una postura o posición incluso antes de habernos forjado una opinión. El pensamiento es muy lento y la posición es visceral”. Además, el autor ha subrayado que no hay recursos para formar opiniones. “Las redes sociales y las nuevas tecnologías, la necesidad de responder con ejercicios físicos. Tenemos que pronunciarnos constantemente a estímulos y ahora no hay tiempo ni para pensar ni para una opinión fundada. Queremos tener un contrincante que nos engrandezca, pero la degradación de la palabra ha hecho que no tengamos una opinión forjada”.

La llegada de las nuevas tecnologías

Por su parte, Chantal Maillard ha querido resaltar la palabra ‘postura’, que ha diferenciado de ‘situarse’. “La posición es aquel que tiene que justificarse dónde está. No estoy muy en lo de posicionarme. Prefiero viajar. La buena literatura, música o arte me hace viajar. Es muy diferente hacer turismo que viajar. El turista es aquel que se da una vuelta. Es aquel que vuelve, se da una vuelta a lo mismo. Nunca sale de sí. El viajero sí que sale de sí, y tienes que toparte con lo otro. Para eso tienes que abrirte”. Por tanto, ha querido dejar claro que para viajar no se puede posicionar una persona. “Nosotros estamos muy pegados a la historia del ser y a los griegos. Los científicos se han dado cuenta de que eso del ser no funciona porque no somos, vamos siendo”.

Hilando con las nuevas tecnologías, Alba Rico ha incidido que la conexión con internet puede ser una herramienta, pero que aún se desconoce lo que es. “Puede que sea un territorio, una técnica o un órgano. A mí me da la impresión de que la digitalización de la vida cotidiana parte de que es un órgano. Para que fuese verdaderamente útil, tendríamos que neutralizar o debilitar la vertiente orgánica. Cuando uno clava un clavo, mete la herramienta en su cajón. Pero la gente no sale sin su riñón. A mí me da miedo porque somos parte de un supraórgano en el que no podemos desconectarnos y genera una falsa sensación de transparencia. Hay que defender la opacidad”. Asimismo, el autor español ha recalcado que la gran cantidad de información y la posterior solapación que le llega a los usuarios hace que exista cierta “desconexión” con lo realmente que está pasando. “Hay veces que llegan memes de gatitos y después imágenes de lo que está sucediendo en Gaza”.

Coloquio de Santiago Alba Rico y Chantal Maillard en Cosmopoética

Continuando con esta temática, Maillard ha insistido en el papel de la conciencia y la inconsciencia hace que muchas veces no veamos la realidad de las cosas. “Esto es provocado por el conducto que nos llega. Nuestro cuerpo es pura imagen. Hemos hecho de nuestra vida un selfi continuo. Vivimos en la época de la representación y eso sí que es literal. La vida de los móviles que vemos en nuestros conocidos es más real. Hay una inversión en el sistema de representación. Eso es real y ficticio”. La profesional de la poesía ha explicado que los seres humanos necesitan un plus para que vivan un impacto. “Las películas de acción nos gustan más cuando hay un plus que nos asombra. Y el asombro es un placer”.

Alba Rico ha hecho referencia a lo que las personas han podido llegar a transformarse con la llegada de las pantallas y las nuevas tecnologías. “No distinguimos en cosas de comer y cosas de mirar, porque nos comemos las mercancías como cambiar de gadget cada cierto tiempo o las imágenes que nos vienen de la pantalla. Comemos con los ojos y los ojos están provistos de dientes. Lo que está demasiado lejos, no nos puede representar y no nos conmueve. Estamos constantemente viendo cosas que están pasando lejísimos. Estamos demasiado cerca, pero totalmente desprovisto de distancia. Vivimos en un mundo en el que no renunciamos a comernos nada”.

La palabra poética como distinción

Por su parte, Maillard ha recogido la palabra ‘paisaje’, destacando que ahora mismo no estamos delante de este término. “No estamos conscientes de la cantidad de cosas que están vivas al lado de nosotros. Cada cuerpo es un universo. Fuera de las palabras no hay límites, como la piel que no tiene límites. Respiramos el aire con la cantidad de bichos que hay y eso lo respira otro. Es totalmente circular”. Retomando el motivo del encuentro, la autora ha aseverado que la palabra se ha alejado mucho de las cosas que dice. “Nosotros vivimos más en las palabras que en las cosas y hablamos acerca de las palabras y no de las cosas. La palabra poética sí que habla de las cosas. Por eso es capaz de decirnos que somos un animal porque encuentra nuestro animal y que el animal sabe mucho más”.

“Me gustaría estar en desacuerdo contigo”, recalca Alba Rico. “Entonces no hay debate”, sorprende Maillard ante las risas del público. Y es que el autor español ha explicado que la palabra es lo más íntimo que tiene el ser humano. “Es muy importante que haya otra palabra (la poética) que hable de las cosas. Estamos atrapados en el lenguaje y tenemos que descascarillar para asomarnos al exterior. Los poetas utilizáis las mismas palabras: limón, cara, cielo… Pero para saber qué es eso, lo usáis para eso. Es un fantasma de las cosas que sabemos y que no podemos alcanzar el más allá. Es fundamental que la lengua poética renombra las cosas y está constantemente renombrando las cosas”.

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