Los escritores que huyen de la IA: “Esto puede ser una derrota de la humanidad”
La sociedad va evolucionando, pero eso no significa que siempre se desarrolle de manera positiva. La inteligencia artificial (IA) ha llegado para quedarse en la actualidad, y eso hace que los mecanismos y la tecnología cambien por completo. Y eso también afecta a diferentes puestos de trabajo, que corren peligro de ser eliminados en un futuro a corto plazo. Los escritores Manuel Rivas y Najat El Hachmi han protagonizado un encuentro con los medios de comunicación de Córdoba justo antes de su actividad en Cosmopoética. Ambos han explicado que esta nueva herramienta ha sido el detonante para un análisis profundo de la perversión del lenguaje, la fragilidad de la libertad creativa y la urgencia de resistencia social.
Una conversación que se ha prolongado durante cerca de una hora, pero la IA ha ganado un gran poder sobre la mesa del Hotel AC Córdoba, donde tanto Rivas como El Hachmi criticaron esta herramienta porque el hecho de llamarla “inteligencia artificial” se “humaniza de algún modo”. “Si se le llamase 'corporaciones extractivistas que se benefician del trabajo que han hecho otros sin pagar derechos de autor' nadie lo vería con tan buenos ojos”, explica Najat. Por su parte, Manuel Rivas ha insistido en que la IA es un “gran plagio” y una “apropiación de todo cuanto saber”. No hay una regulación que garantice los derechos de las personas creadoras“.
La muerte del autor y el lenguaje como campo de batalla política
Por otro lado, el crecimiento de la IA y su falta de barreras en la actualidad hace que, según El Hachmi, acelera “la muerte del autor” porque coge todo sin preguntar al escritor. Por su parte, Rivas ha apuntado que está en juego “una derrota de la humanidad”. Además, estas informaciones hace que se propague una mala utilización del lenguaje, que el propio Manuel Rivas ha explicado que está siendo manipulado. “Quien impone el lenguaje es quien gana la batalla política”.
Asimismo, El Hachmi ha ejemplificado esta presión al mencionar su lucha por “neutralizar ese lenguaje externo artificial e interesado”, que se infiltra en la capacidad de imaginar, otro aspecto que la IA está dañando por completo. Especificamente, la autora de origen marroquí ha criticado el uso de la palabra “racializada”. “Me horroriza porque viene de un posicionamiento de reivindicación identitiaria y no con el uso que se está usando”.
Refiriéndose a la literatura en su totalidad, Manuel Rivas ha explicado que este género es el lugar de los por qués porque hay un ambiente, más que necesario, de “palabra de origen y arenga”. “La literatura es diversidad y excitación creativa” porque se considera “una tarea ecológica”, ya que se define como un “laborioso trabajo de desistinción” frente a un “tiempo de exinciones”. Además, y a la hora de escribir, Rivas ha aseverado que es necesario “eliminar el miedo” a la par que El Hachmi teme a la autocensura, que define como “un virus que te corroe”.
La desaparición del humor y la ironía, y el crecimiento del racismo
Además, la proliferación de ciertas tendencias políticas y el crecimiento negativo de la sociedad está provocando que el humor y la ironía esté siendo algo más tabú en la actualidad. Estos dos aspectos son base de la tradición popular, pero ahora es distinto. “Es dificilísimo encontrar cualquier trazo de humor en los discursos actuales”, ha aclarado Manuel Rivas a la par que El Hachmi ha subrayado que el ánimo de bromear “está en riesgo”.
Por su parte, Rivas ha situado la crisis actual, citando a Ulrich Beck, en el marcado de la sociedad de riesgo, señalando que esta condición no es exclusiva del tercer mundo. “Es transversal, está en todas partes”, por lo que genera la sensación de que “nos sentimos un poco en las afueras”. Ya nadie escribe desde el interior, aunque es cierto que ahí es “donde mejor se ve la situación”. El Hachmi, asimismo, se ha referido a que el centro es el lugar donde está el poder y “cada vez somos menos los que tenemos poder”.
Entretanto, y poniendo el foco finalmente en su último libro, Najat El Hachmi ha puesto el foco en las realidades invisibilizadas, como las de los hijos de la inmigración en Cataluña. Su novela juvenil, Los secretos de Nur, surgió de la necesidad de reflejar las “experiencias y vivencias interesantísimas” de estos jóvenes, quienes actúan como “puentes” entre su familia y la sociedad española. La escritora ha advertido de que la ola antiinmigración en Cataluña, tras el procés, ha sustituido al enemigo anterior por el inmigrante, en un discurso que considera “autodio” porque “Cataluña sin la inmigración no existiría”.
El Hachmi ha sido clara al señalar que el racismo específico en España es el “racismo hacia el moro”, pero argumentó que en el fondo es un “clasismo” que está “completamente invisibilizada”. Citó que los discursos antiinmigrantes no atacan a los que vienen “con dinero,” sino a los inmigrantes pobres.
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