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REPORTAJE
Los guardianes de los tesoros escritos que explican la historia de Córdoba desde hace siglos

Trabajadores del Archivo Histórico Provincial de Córdoba

María Berral

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Un documento firmado por el rey Carlos V en el siglo XVI en el Señorío de Benamejí es uno de los documentos más importantes que se conservan en el Archivo Histórico Provincial de Córdoba. ¿Cómo se ha logrado que permanezca intacto tantos años? Alicia Bravo, la directora del mismo, Miguel Ángel Sánchez, asesor técnico de Conservación e Investigación y Rafael Martínez, asesor técnico de Gestión Documental, tienen las claves.

Estas pautas tan desconocidas son algunos de los secretos para la conservación de este tipo de documentos, que hacen que aún puedan coger en sus manos un cantoral de archivos notariales. La limpieza, el control de temperaturas y humedad y la prevención de hongos o acidez en el papel, son algunas de las claves que han revelado a Cordópolis.

Entre los miles de documentos que se conservan en el Archivo Provincial, los tres expertos destacan el más antiguo, un cantoral de documentos notariales, o un pergamino de 1268, “aunque data de 1298 porque está fechado en la Era, otra forma de fechar en los documentos medievales”, según detalla la directora; o un pergamino de lujo. Este último es del siglo XVI del Señorío de Benamejí que fue firmado por el Rey Carlos V.

Entre ambos pergaminos puede apreciarse claramente la diferencia. El primero, está restaurado “a propósito, para que se note y que no se siga deteriorando”, aclara Martínez; el segundo cuenta con numerosos colores que adornan el documento –aunque solo sea en la primera página–. Como curiosidades, Sánchez aclara que hace siglos “había muchos perdones a cambio de dinero, como ocurría con las infidelidades, y todo quedaba registrado”.

Necesidades de conservación

Para que estos escritos perduren durante siglos, son necesarios unos procesos de tratado y unos controles rigurosamente estrictos. Desde que se recepcionan los documentos por medio de cualquier vía el proceso es el siguiente: “la desinfección, limpieza, el tratamiento y la organización, la descripción en una base de datos, y la instalación”, detalla Bravo.

Los técnicos y la directora muestran el resto de un fondo de diligencias recibido de Rute en el año 72 – y en el que aún siguen trabajando– como muestra del largo proceso. Estos, según explica Martínez llegaron en “unas 400 cajas que metieron en sacos, los subieron a un camión y los dejaron en Hacienda”. Aún, detalla, se encuentran “quitando las grapas porque enmohecen por el óxido el documento”, después tienen que numerarlos, meterlos en una carpeta, describirlos, meterlos en un catálogo y por último digitalizarlo. Además, separan los documentos con papel barrera, un papel especial “con menos acidez que el industrial y que evita que uno manche a otro”, aclara la directora.

Cuando los documentos bajan al depósito tienen que seguir un control de temperatura y humedad que regulan con unos medidores. Además, cuentan con un sistema de ventilación para adaptarlo, detalla Martínez. Los archivos tienen que tener un sistema de climatización diferente, según menciona, pero en este no se puede “por las características del edificio”, por ello tienen que ir regulándolo con los aparatos.

Existen, según menciona Martínez, unos límites dentro de los cuales se puede estar y que varía según el material del documento. Para el papel son entre 15 y 25ºC y entre 45 y 65% de humedad, aunque esto puede variar levemente. “Lo que no puede haber son oscilaciones bruscas, puedes estar un poco por encima de esos límites si esa temperatura o humedad se mantiene estable”, menciona. El control se va realizando regularmente, y mensualmente “se descargan los datos para ver si ha habido alguna problemática”.

Por otra parte, Sánchez resalta la importancia de la limpieza y de “controlar los hongos, que generan una mancha rosácea y eso queda latente. Aunque haya parado su proceso, pueden volver a la vida en cualquier momento si se da la circunstancia de humedad”. Los técnicos del Archivo Provincial también tienen que controlar las termitas que hay bajo el Casco Histórico. Lo hacen mediante una “conservación preventiva” ante la imposibilidad de restaurar.

Sistema de digitalización

Además, en el Archivo Provincial cuentan con “la mejor forma de conservación posible”: la digitalización. Todos los protocolos se están digitalizando y los pergaminos también están ya disponibles en Internet para quien quiera consultarlos, menciona Bravo. El tener online todos los documentos para cualquier consulta es “lo mejor para parar una destrucción”.

Pero el problema de este proceso es la lentitud, aunque ya están todas las fotografías, pergaminos, y planos digitalizados, salvo los que han llegado nuevos. Al principio, era más lento, pero ahora, con la maquinaria disponible y cedida por la Universidad de Córdoba en un convenio con sus estudiantes, la digitalización avanza a un ritmo más ágil. De esta manera, aunque el trabajo principal sea de estos tres guardianes de documentos, todo el que acceda a ellos a través de Internet estará contribuyendo a su mejor conservación, evitando así su exposición al exterior.

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