Cruz de Navajas
Mecano siglo XXI, espectáculo total
«Quieres flotar»… y lo consigues. Esta vez logras no hundirte. «Sabes que nunca has ido a Venus en un barco», pero en esta ocasión sí vuelas. Sobre todo si eres fanático, o al menos conocedor, de uno de los grupos más recordados de la música española. Y eso que en su origen sus componentes tuvieron que soportar el señalamiento, por no utilizar otra expresión, de la mayoría. No pertenecían a la Movida, como otras bandas, lo que en la época suponía cierta discriminación. Pero Mecano tenía poder, tanto en el peculiar estilo que otorgaba a sus canciones como en sus letras y el éxito resultó, ya de inicio, inevitable. Más de tres décadas después de su separación oficiosa y casi 25 años tras la ruptura oficial, su legado pervive en forma de espectáculo innovador y de pleno siglo XXI. Un show que el jueves llegó a Córdoba.
En plena Feria, el Gran Teatro se vistió de ochenta y comienzos de los noventa para acoger el estreno en la ciudad de Cruz de navajas. Durante más de dos horas y media vibró el público, que se reunió en torno a media y tres cuartos de entrada. Que el lleno se resistiera no fue óbice para que elenco y espectadores conectaran de lleno desde un comienzo potente en música hasta un final por todo lo alto con ese ‘Barco a Venus’ que sí navegó por el aire. Como mínimo, de forma imaginaria para quienes gozaron de un espectáculo donde lucen el sonido y la imagen, en una especie de multimedia, pero que brilla esencialmente por los cantantes, bailarines y músicos. Las cantantes y las bailarinas, que la rigidez del lenguaje no deje a nadie fuera.
Bajo la dirección de Gonzalo Pérez Pastor, Cruz de navajas es una pesada máquina cuyos múltiples engranajes están perfectamente colocados. Engrasada, función y hace funcionar. Cierto es que no se trata de un musical en sentido estricto pues no existe un hilo argumental en torno al cual surgen las canciones. Pero no lo es menos que todo lo que sucede en el escenario tiene interés. El punto de partida, por supuesto, es aquella extraña colección de temas de todo tipo que dejaron los hermanos Cano en la voz de Ana Torroja y que marcó distintos hitos en la música española. No en vano, Mecano supo trascender las fronteras del país y del tiempo, como queda demostrado hoy por hoy, desde el tecno pop a la rumba de ‘Una rosa es una rosa’, que también se pudo escuchar en el Gran Teatro.
Homenaje al grupo nacido en 1981 y con adiós traumático en 1998, el espectáculo se encuentra en el tramo final de su primera temporada de gira, que arrancó, al igual que el curso, en septiembre. Con el show, el escenario se convirtió tan pronto en un café jazz de Nueva York como en una suerte de tablao flamenco. Y el público lo percibió, cada instante, cada melodía y cada escenografía con su emoción correspondiente. El quejío, que habría dicho Salvador Távora, de la sevillana Laura Alcoba anticipó ese inolvidable ‘Mujer contra mujer’ que en 1988 era un grito sereno pero enérgico contra la homofobia. Tiene riles que en 2018 acusaran a la banda de ello por incluir el término mariconez, que ni siquiera existe, en ‘Quédate en Madrid’. Los revisionismos, cuando se hacen sin el contexto, suelen ser perniciosos.
Esa mariconez fue pronunciada, por suerte, mucho después de que también sonara ‘El blues del esclavo’, otro ejemplo de que los Cano no es que fueran, precisamente, poco tolerantes. Hubo descanso, por cierto, sino sería trabajo de mulo antiguo para todo el elenco un show cargado de actividad y esfuerzo vocal. Merecido tendría el reparto al completo una respuesta tan cálida como la que obtuvo el jueves en los dos días que le restan en Córdoba. Porque además serán hasta cuatro funciones las que, de forma titánica, habrá de completar un magnífico conjunto de artistas, que tan rápido te baila como te canta o te toca el piano. Y todo desde una juventud ofensiva para quienes cumplen -cumplimos, que el que escribe también tiene su edad- un buen puñado de años. El espectáculo fue un recorrido por la discografía del grupo, que sólo publicó seis álbumes de estudio pero reventó listas de ventas. Lo poco pero bueno es siempre mejor que lo mucho y bah. Con Mecano sucedió exactamente eso, desde su primer trabajo de 1982 -con título de la propia banda- hasta su Adalai de 1991. De este último fueron muchos de los temas interpretados, aunque hubo al menos uno de cada uno de los seis elepés. No faltó Cruz de navajas, claro está.
Por si fuera poco, el show introdujo en su repertorio cuatro canciones legendarias del rock internacional. Entre ellas, ‘The Best’, con la cubana Lieta Molinet en la piel de la reina. Fue verla salir al escenario como si fuera ella y el público enseguida reaccionó con un sonoro aplauso. Tras la actuación, en pie y ovación cerrada. Apenas habían transcurrido 24 horas de la muerte de Tina Turner y, sin esperarlo, los presentes, los espectadores, tuvieron ocasión de brindarle un emocionante homenaje. De ‘El 7 de septiembre’ a ‘Un año más’, con paso por ‘Maquillaje’, ‘Hoy no me puedo levantar’ o ‘Aire’, Mecano concedió diversión de nuevo décadas después. Y con alguna sorpresa en la escenografía que no se puede contar. «Ahí me colé y en tu fiesta me planté»… pero cualquiera está invitado. Si el que lee, duda, que deje de hacerlo, que hay vida más allá de El Arenal.
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