La superación vital: “Todas las cosas que me he propuesto las he hecho”
Carmen María García nació sin algunas de las últimas vértebras de la columna, el sacro y el coxis, pero ha conseguido desarrollar su vida en todas las facetas gracias a su tesón y con la ayuda de unos aparatos en las piernas y unos bastones que le ayudan a caminar. En esa andadura vital acaba de cumplir una nueva etapa: la de ser madre y cumplir su deseo, pese a todo y a todos.
“Todas las cosas que me he propuesto las he hecho; de otra manera, pero las he hecho”, explica a CORDÓPOLIS esta mujer de 43 años, dedicada durante años al deporte con la práctica de la natación profesional en el Club Fidias. “La discapacidad no me impide hacer mi vida. Soy de espíritu inquieto”, afirma, convencida de que querer es poder.
Y esa máxima es la que ha aplicado ante su deseo de ser madre. Carmen María no tenía pareja pero deseaba tener un hijo y, gracias a un proceso que ha durado unos dos años y a la fecundación in vitro, su pequeño Alejandro ya está en este mundo.
Su hijo nació a finales de noviembre, después de un embarazo “normal, con el riesgo por mi edad, pero que fue bien”, explica la reciente mamá. Todo el seguimiento de la gestación se lo hicieron en el hospital Reina Sofía de Córdoba. “Sin ser alarmista, me explicaron cada paso del seguimiento, la realidad a la que me enfrentaba”, recuerda agradecida.
Y es que a Carmen María, por tener una anatomía diferente, el útero le ocupaba una parte superior a la habitual y “había que estar pendientes de que todo fuera bien”. Y todo fue bien.
El parto se programó y adelantó cuando el niño tenía 34 semanas de gestación. Pesó 2 kilos, midió 49 centímetros y pasó 19 días en la incubadora en el hospital. A su lado, recuperándose de la cesárea, Carmen María se movía allí en silla de ruedas y, poco después, recibían el alta -mamá e hijo- para empezar su nueva vida en casa.
La aventura de esta nueva etapa en su camino vital se la plantea “día a día”, explica mientras atiende a este medio después de haber dado de comer al bebé. “Me planteo el día a día, el ir superando los obstáculos cuando se presenten”, dice sobre su idea para desenvolverse en la vida.
Reconoce que, seguramente, habrá un momento en que necesite ayuda para atender al pequeño, pero cuenta con el apoyo de sus allegados para ello. De momento, lo que le ocupa es Alejandro y su desarrollo. Y poder dar ejemplo o servir de espejo de alguna manera a otras personas que se encuentren en su situación, con problemas de movilidad, y puedan ver que, todo, en la vida, es proponérselo.
Eso sí. Pide concienciación sobre las personas con distinta funcionalidad también a las empresas y, en este caso, comprueba que es “imposible” encontrar en España un carrito de bebé adaptado a su movilidad. “Es necesario visibilizar esta realidad y que los útiles para mamás y bebés sean adaptados”, reivindica.
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